Examen a Las Vegas: aprobado gracias a la mejor carrera del año
Hacemos balance de los puntos negativos y positivos que ha dejado el regreso de la ‘Ciudad del Pecado’ al Mundial con un gran premio que no ha pasado desapercibido.
Es la gran apuesta de la Fórmula 1 hasta tal punto que Liberty Media, dueño del Mundial, es el promotor del gran premio, algo inédito y que explica bien la importancia de su inversión (400 millones de dólares) en Las Vegas. Por eso, el balance del tercer fin de semana este año en Estados Unidos se presenta tan determinante. Era clave tener éxito con el regreso de la Ciudad del Pecado al calendario después de su fracaso en los 80. ¿Y lo ha tenido? Desglosamos los aspectos negativos y positivos que ha tenido la cita en Nevada. Pero adelantamos la conclusión, la carrera lo compensó todo.
Puntos negativos
Horarios extremos. “Semana muy intensa, la que menos he dormido en mi vida”, escribía De la Rosa en X. Que alguien con una cantidad importante de viajes a sus espaldas afirme algo así da una buena medida de la paliza que fue el GP de Las Vegas para equipos y pilotos. Sin contar el retraso del jueves que alargó la jornada hasta más de las 4:00 de la madrugada, los horarios para la gente del paddock fueron agotadores para que Europa no tuviera que madrugar tanto. Quizá, tendría más sentido aplicar el horario de la carrera, 22:00 en Las Vegas, 7:00 en España, en todas las sesiones y evitar el de la clasificación, 00:00 y 9:00. Esas horas en la penúltima carrera de una temporada tan larga pesan demasiado.
El alcantarillado. Sin duda, fue la parte más criticada de todo el fin de semana, y con razón. Sellar bien las alcantarillas de la pista es de primero de circuito urbano, y también inspeccionar que así sea. La que se levantó en los Libres 1 tuvo dos consecuencias nefastas: los graves daños causados al Ferrari de Sainz que arruinaron su gran premio al recibir una sanción de 10 puestos en parrilla por tener que cambiar la batería, entre otras cosas (la FIA debería dar una vuelta a este tipo de penalizaciones); y el desalojo del público de las gradas por motivos de seguridad que ya le ha costado a la F1 enfrentarse a una demanda colectiva.
Sensación de ‘show’ prefabricado. Se entiende que celebrar un gran premio en la ciudad del espectáculo por excelencia conlleva abrazar lo que eso significa. Y eso es lo que hizo la F1 desde el primer momento en que confirmó su presencia en el calendario. “Estando ahí de pie pareces un payaso”, dijo Verstappen sobre la presentación de los pilotos durante el show del miércoles con media hora de un concierto con un cartel variopinto de artistas. Luces de neón, Elvis por todas partes, torneo de golf, capilla para bodas, decoraciones especiales por doquier, demasiada espera para el podio para ver las fuente del Bellagio… Quizá excesivo, pero propio de Las Vegas y, seguro, que para más de uno es un punto positivo.
Críticas al asfalto. Solo hay que escuchar declaraciones como las de Alonso para saber a lo que se enfrentaron los pilotos cada día: “No es muy divertido pilotar en esta clase de circuitos, a 360 km/h, sin agarre, sin visibilidad, con un rebote terrible…”. Y al que no le valgan las palabras, que vea el accidente inexplicable de Norris que acabó con un tremendo golpe en el muro y visita al hospital. El asfalto de los circuitos urbanos nunca es el más propicio para las carreras, pero el del Strip, combinado con las frías temperaturas, fue un reto constante.
Mala ubicación. A colación del punto anterior, ir al desierto de Nevada a mediados de noviembre lleva asociado el riesgo de sufrir unas temperaturas que la F1 siempre intenta evitar. Durante el día, se alcanzan los 20ºC por estas fechas, pero al correr de noche, las mínimas se acercan a los 10ºC y provocan un mix de condiciones muy difícil de controlar. Lleva demasiado tiempo llegar a la ventana adecuada del funcionamiento de los neumáticos y el trazado era una pista de patinaje por momentos, como en la salida en la que Alonso y Sainz trompearon. Aunque no es fácil, adelantar la fecha sería una solución, pero en 2024 volverá a ser el 24 de noviembre…
Puntos positivos
Espectacular en televisión. Da igual la sesión, con ver un solo minuto la emisión por televisión el GP de Las Vegas entra por los ojos. Tiene todos los ingredientes necesarios para atraer miradas: los coches más potentes del mundo por las calles de la ciudad más lúdica, con los hoteles más llamativos, luces de neón y pantallas por todas partes, y una esfera de luz gigante que ha deslumbrado al planeta. Los circuitos urbanos siempre son llamativos y si son nocturnos, como Singapur o Abu Dhabi, es una combinación ganadora. Y la de la F1 en Las Vegas es difícil de superar.
Importante llamada de atención. Siguiendo con esa idea, la Fórmula 1 y Las Vegas son dos nombres propios tan potentes que hasta el menos curioso se habrá enterado de que se ha celebrado un gran premio allí y, muchos, se han interesado por ello. Tanto los jefes de equipo como los propios pilotos están convencidos de que esta cita atraerá a un público que no es habitual en la F1, lo que solo puede significar buenas noticias. Un efecto llamada al estilo de la serie de Netflix que tanto éxito ha traído al deporte.
Penetrar más en EE UU. Durante un tiempo la F1 había dado de lado a Estados Unidos (de 2007 cuando se despidió de Indianápolis hasta 2012 con el estreno de Austin) y desde que Liberty Media se hizo con el Mundial uno de sus propósitos era volver de nuevo a un mercado tan importante como el americano y conseguir establecerse allí. La FIA también está por la labor, como dijo en AS su CEO, Natalye Robin: “Europa ha sido históricamente muy relevante en este deporte, pero me parece muy bien que empecemos a verlo más por el resto del mundo, y EE UU es un mercado muy grande y relevante”. Con Miami, Austin y Las Vegas la F1 va camino de conquistar América.
Posibilidades del circuito. Un trazado muy largo de 6,2 kilómetros (el segundo por detrás de Spa) con tres rectas enormes (la principal de casi 2 km), fuertes frenadas y zonas lentas. Sobre el papel, Las Vegas Strip ofrecía buenas oportunidades para ver adelantamientos y luego se confirmó en carrera gracias también a que los pilotos apretaron para hacer más larga la principal zona de DRS (había dos). Además, si se puede sacar un punto positivo de correr allí de noche en noviembre, es que las condiciones mezclaron más las cosas e incrementaron el caos. Bueno para el espectáculo, no tanto para los pilotos.
Una gran carrera. Dejamos para el final el punto que lo decide todo y que responde a la gran pregunta: ¿mereció la pena el GP de Las Vegas? Rotundamente, sí. De hecho, para muchos es la mejor carrera de 2023, y eso es decir bastante en una temporada que ha tenido grandes dosis de acción los domingos. Pasó de todo, tanto, que por momentos no había ojos ni cámaras suficientes para verlo. Una accidentada salida, presencias del coche de seguridad, grandes peleas en la pista tanto por el podio como por los puntos… No hubo tiempo para aburrirse el domingo de Las Vegas y, solo por eso, se merece ganarse un hueco en la F1.
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