Sainz se niega a abandonar
El madrileño tomó la salida horas después de lo previsto mientras sus mecánicos arreglaban los circuitos hidráulicos, contaminados con tierra.
En un vivac desierto, con todos los participantes en competición, esperaba paciente Sainz frente a su coche con el mono desabrochado. No había más que un par de mecánicos con desesperante calma alrededor de un Mini desmontado y quedaban unos minutos para el cierre de control, la descalificación era cuestión de tiempo. Entonces se acercó el madrileño a charlar, no tenía buena pinta. "¿Qué va a hacer?".
Los oídos se preparaban para escuchar de primera mano la noticia del abandono cuando el todavía vigente campeón del Dakar, serio, dijo: "Tenemos una hora desde que salga el último coche para salir a la especial y es lo que vamos a intentar". Sin nada que demostrar a los 56 años y sin compañeros a los que ayudar, porque abandonó Peterhansel tras un accidente en el que se hizo daño su copiloto, Castera. Pero el madrileño se negó a abandonar aunque la carrera esta vez le haya sido esquiva. El día anterior había hecho 230 kilómetros sin dirección asistida y este miércoles averiguaron el motivo: una brida introducía tierra en los conductos hidráulicos que accionan los gatos o hacen funcionar la dirección, estaban totalmente contaminados y hubo que cambiar todas las tuberías y resituar la toma más arriba.
Pero tres horas después de lo previsto, y ocho minutos antes del límite, Sainz y Cruz se subían al JCW Buggy y marchaban a una especial que ya habrían pisado todos los participantes antes que ellos, en pleno pelotón. Hizo el sexto mejor tiempo. Ganó la etapa Al Attiyah, virtual campeón. Nani consolidó el segundo ‘cajón’ del podio y Loeb el tercero, a pesar de estar parado más de una hora por problemas en su Peugeot.
