No es la mejor época para enfrentamientos

En mundo se ha vuelto loco. O yo, al menos, no entiendo nada de nada. En los tiempos que corren, me parece que lo inteligente, lo práctico, es aunar esfuerzos, remar todos en la misma dirección para intentar remontar esta dichosa crisis que nos está asfixiando como pocas veces antes la economía lo había hecho. Sin embargo, las noticias que se suceden casi a diario apuntan en el sentido contrario. La FIA mantiene abierta una guerra frontal con los equipos de la Fórmula 1 y ayer también supimos que KTM, la marca más importante del Dakar, abandona la gran prueba desértica en oposición a la reglamentación impuesta por los organizadores. De verdad que esto se escapa de mi corto entendimiento... Las guerras siempre son inútiles pero en las circunstancias que padecemos, más todavía.

Que alguien me explique en qué se convertirá la Fórmula 1 sin Ferrari, McLaren o BMW; que alguien me justifique el interés que pueden tener estas marcas en ganar un campeonato sin categoría de Mundial y repleto de incertidumbres; que alguien me convenza de que un que certamen descafeinado no tiene interés para los patrocinadores, circuitos o aficionados; necesito saber cómo se hace un reglamento técnico para el Dakar sin contar con la marca más representada y laureada; y también descubrir qué ganará la organización de la ASO sin los equipos oficiales KTM, sin sus pilotos estrella, en la salida de Buenos Aires. Son sólo algunos de los disparates que está provocando una falta de entendimiento que es una muestra más de la sinrazón a la que en ocasiones puede llegar la especie humana. Espero que al final la lógica se imponga, porque de lo contrario el caos aguarda agazapado para instaurar su dictadura.