La FIA advierte del peligro de la crisis

Los ricos también lloran se llamaba una telenovela de los ochenta. Y para que el título de aquella serie no llegue a la Fórmula 1, Max Mosley se ha puesto a trabajar. El presidente de la FIA se reunirá con la asociación de constructores la próxima semana en Ginebra para proponer una drástica reducción de gastos.

El británico, según revela 'The Times', ha hecho llegar a las diez escuderías una carta en la que explica cómo está la situación: "La FIA cree que los costes de la Fórmula 1 son insostenibles. Incluso antes de que tuvieran lugar los problemas financieros actuales a nivel mundial, los equipos se gastaban mucho más de lo que ingresaban".

Mosley explica las consecuencias del derroche: "Como resultado de esta política, los equipos independientes son ahora dependientes de la voluntad de individuos multimillonarios y las escuderías oficiales de las fábricas dependen de las dádivas de las empresas matrices. En estos momentos existe un peligro real de que, en algunos casos, esas subvenciones desaparezcan. Esa situación podría desembocar en una reducción en el número de competidores, que se añadirían a las dos vacantes que ya ahora tenemos y la reducción llegaría entonces a un nivel inaceptable".

Mosley propondrá a las escuderías que los monoplazas tengan una serie de elementos comunes como la suspensión y hasta los motores. El máximo dirigente del automovilismo mundial explica cómo sería el presupuesto ideal de un equipo: "La FIA considera que la F-1 sólo puede ser saludable si un equipo competitivo tuviera un presupuesto cercano a lo que obtiene de la FOM, la empresa organizadora del campeonato".

Este año los equipos se han gastado 1.183 millones de euros por los 1.070 del año anterior. Los equipos están en contra del motor único, entre otros aspectos.