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Yo digo | Carlos Miquel

Que Alonso sea el gran animador

Carlos Miquel
Actualizado a

Esta Nochevieja me pondré algo rojo bajo la ropa, quemaré un papel y lo pisaré con el pie. En la F-1 pediré por un año repleto de sorpresas, con Alonso de gran animador de las carreras. Que logre un par de victorias y deje la impronta de su talento. Lo de conseguir el tercer título suena a una quimera, sobre todo porque Ferrari y McLaren deberían progresar en torno a las siete décimas por vuelta. Como me confesaba un ingeniero de Renault, las simulaciones aerodinámicas son siempre optimistas, y en el R28 lo son más, de hasta 1,6 segundos por vuelta, porque el R27 era un desastre (a 1,1 segundo de la cabeza). Sin embargo, hasta que el bicampeón no lo estrene en Valencia el 22 de enero, y vea su cara al salir del coche, no me jugaré el dinero por un resultado.

En Cheste, el 25 de enero de 2005, se bajó del R25 y dijo: "Es un coche ganador". Confié ciegamente en su primer título desde la primera carrera. Con el R26, las sensaciones fueron buenas, pero no notó una gran diferencia con el anterior. Ganó, pero con más apuros. El año pasado vio que el MP4/22 era un buen coche, que con trabajo podía ser ganador, y al final casi logra el título. Ahora Fernando se enfrenta al primer teórico paso atrás de su carrera, lo hace con el número cinco, el talismán de 2005, y una tropa rejuvenecida por su llegada. De su talento y trabajo dependerá que el R28 ilusione a un país que debe cambiar de mentalidad. Ahora el objetivo es pasar a un McLaren, el de Hamilton, perdido por copiar un día sí y otro también la telemetría de Kovalainen.