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Fórmula 1 | GP de Turquía

El GP de Turquía se prepara en tres fases

Los equipos llevan desde el pasado invierno con la nueva prueba en la cabeza. Todo un trabajo que puede venirse abajo por pequeños errores

Actualizado a

Una nueva experiencia siempre tiene una dificultad añadida a su propio conocimiento: el aprendizaje. Esta máxima aplicable a cualquier ámbito de la vida, también puede hacerse a la Fórmula 1. Si subirse a un monoplaza es un reto por sí mismo complicado, hacerlo sobre una pista desconocida y sin referencias tangibles lo es mucho más. Los datos con los que trabajan las escuderías y los pilotos que participarán en el GP de Turquía, desde mañana, son meramente teóricos y en algunos casos reconocen que una piedra angular de su preparación ha sido ensayar con un videojuego.

Ante este desconocimiento práctico, equipos como Williams y Renault llevan desde el invierno trabajando duramente para la cita de Estambul. Esta labor se divide en tres fases. Para la primera, los ingenieros han realizado cerca de un millón de simulaciones. El jefe de ingeniería de Renault, Pat Symonds, conoce la dificultad y el esfuerzo necesario para tener todo a punto: "Nos encanta el reto que supone un nuevo circuito. Se tarda sólo 40 segundos en simular una vuelta por ordenador, pero programar los sistemas es una tarea larga. Obtenemos un mapa preciso del circuito para calcular matemáticamente la trayectoria del coche por el trazado en tres dimensiones. Después digitalizamos los límites del asfalto e introducimos en el programa un modelo de monoplaza con unos reglajes estándar. A partir de ahí, se varía la aerodinámica, la distribución del peso, las suspensiones, la energía de los neumáticos, la elección del compuesto adecuado, los requisitos de los frenos e incluso su refrigeración". Además, todo este trabajo puede ser inútil: "Hay puntos imponderables que pueden llevar a errores en la simulación y que no se pueden corregir hasta que el coche rueda por primera vez". Se refiere, sobre todo, a los pianos y los niveles de adherencia.

De la misma opinión es Grant Tuff, experto de Williams: "Algunas cosas no pueden descubrirse con la mejor simulación, ya que, incluso la preparación del viernes puede no servirte para el sábado".

El segundo paso es ya casi labor exclusiva de los pilotos. Consiste en recorrer la pista para comenzar a memorizar pequeños detalles del trazado y conocer in situ las dificultades con las que se van a encontrar. El tercero y definitivo llega con los entrenamientos. Ahí es donde se ve reflejado todo el trabajo de los ingenieros delante de sus ordenadores. Este es el momento también de aprenderse por completo las trazadas del circuito, para lo que la mayoría de los pilotos tan sólo necesita dos o tres vueltas.

El próximo domingo todos los equipos cruzaran los dedos para comprobar si las cientos de horas empleadas en la preparación de la prueba turca han sido provechosas. Esperemos que, al menos, para el monoplaza número 5, haya sido así. Eso significará que Alonso acaricia el ansiado título de campeón.