El piloto más laureado de la historia del Mundial

Desde el primer segundo mostró sus garras en el Mundial. Cuando un joven Carlos Sainz desembarcaba en el Rally de Portugal de 1987 pocos le prestaron atención. Pero rápidamente se hizo notar. En su primer tramo del Campeonato del Mundo, en el circuito de Estoril, el madrileño fue el más rápido. Entonces ya fueron muchos los que comenzaron a fijarse en él.

Los dos primeros años estuvo compitiendo con un Ford Sierra y en casi todas las ocasiones lo hizo muy bien, pero no fue hasta el Rally de Sanremo de 1988 cuando terminó de convencer a la especialidad. Entonces estuvo comandando la prueba por delante de los intocables Lancia, en su casa, con una terrible niebla, durante dos jornadas. La machada le valía el pasaporte al equipo Toyota.

Y fue en la marca nipona donde el entonces ya bicampeón Juha Kankkunen le puso el apodo de El Matador. Porque aquel madrileño de Somosaguas, que comenzó su carrera con un Seat Panda de su amigo y hasta ahora manager Juanjo Lacalle, se permitía el lujo incluso de ganarle en el tramo de Laukaa, el de su pueblo. Tras rozarlo en muchas ocasiones, el primer triunfo llegó por fin en el Rally Acrópolis de la temporada 1990.

Ahora es el piloto con más victorias, con más podios en rallys y en el campeonato, con más participaciones es, como le llaman los británicos, King Carlos. El rey de los rallys, al que sólo la mala fortuna le impide encabezar el ránking de títulos por auténticas desgracias, aunque una, la de 1998, cuando se quedó a quinientos metros de la meta cuando el título era suyo, es la que más nos marcó. Y el bicampeón madrileño ha permanecido hasta los 42 años al máximo nivel. Es difícil que nadie supere sus 26 triunfos o sus 95 podios en 193 participaciones. Pero lo que es seguro es que nadie jamás será capaz de mantener el nivel máximo tantos años y hasta su edad.