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Rallys | Dakar

Nani Roma deslumbra en la prueba del Nissan

Se adaptó a la perfección a su pilotaje.

<b>A TOPE. </b>Nani Roma se mostró tan eficaz como espectacular al volante del Nissan oficial.

Al ver a Nani Roma conducir el Nissan oficial del pasado Dakar pocos dirían que era su primera experiencia sobre un coche. El ganador de la última edición entre las motocicletas tuvo ayer su bautismo de fuego en cuatro ruedas, categoría a la que quiere pasarse a medio plazo.

La primera complicación llegó el domingo al comprobar en las instalaciones del equipo que por más que se cambiara el habitáculo, el grandullón de Nani casi ni cabía. Pero ese pequeño inconveniente se quedó en anécdota ayer por la mañana, en el circuito de Grand Sambuc. Desde la primera vuelta apuraba las marchas, las frenadas, y cruzaba el pick up como si fuera el mismísimo Colin McRae. Y es que Nani es un apasionado de los coches (casi más que de las motos) y ya antes había demostrado sus cualidades sobre cuatro ruedas.

Sobre todo en un Rally de Tierra de Palencia, puntuable para el Campeonato de España, en el que corrió con un Seat Ibiza de la Copa, y sus tiempos fueron muy brillantes. También ha competido un par de veces en el Rally Osona y su última incursión automovilística fue en la Supercopa Seat León, disputada en Montmeló coincidiendo con la Fórmula 1.

El objetivo de Nani es intentar dar el salto en 2007, pero en el contrato que está negociando con KTM para correr los tres próximos Dakar con sus motos pretende incluir una cláusula que le permita romperlo si aparece una buena oportunidad para hacerlo con un equipo competitivo de automóviles.

Nissan ya le ha puesto el caramelo en los labios y podría ser una de sus opciones, pero tampoco hay que descartar a Volkswagen con su Tuareg, ya que la marca alemana coincide con el catalán en uno de sus patrocinadores personales.

Nani Roma: "Si pisas una piedra, no te caes"

La experiencia de llevar el Nissan ha sido estupenda. Lo que más me ha sorprendido es que cuanto más rápido pasas por encima de las piedras, va mejor. Yo he comenzado muy cauto, esquivándolas, porque es como conducimos en moto. Pero en coche, si pisas una piedra, no te caes, y además los coches están estudiados para pasarlas a toda velocidad. Eso, y la facilidad de conducción, es lo que más me ha llamado la atención. El único inconveniente es que con lo grande que es el coche, el habitáculo es muy pequeño e iba tocando con la cabeza en el techo. Otra cosa que me ha resultado algo extraña es la poca visibilidad que tienes desde el interior. Acostumbrado a dominarlo todo en la moto, aquí casi ni ves. Les he comentado a los ingenieros si no podrían ampliar los cristales, porque en los caminos o las dunas es muy importante dominar todo lo que te rodea y han tomado buena nota de la idea. En cuanto a mi paso a las coches, sólo sucederá cuando me aburra de las motos, lo que por el momento no ha ocurrido. Es verdad que los coches me apasionan, pero creo que todavía me queda cuerda para seguir unos años en activo sobre dos ruedas. Ahora, de inmediato, me centraré en la Baja Aragón que es mi próximo compromiso. Este año va a ser un poco más fácil, porque no coincidiremos en la pista coches y motos.