Exhibición de Elías en la última vuelta

Juntos protagonizaron una última vuelta repleta de emoción que el italiano acertó a describir como “una partida de billar americano” y en la que Elías supo representar a la perfección el papel de Paul Newman en El color del dinero. Salió victorioso de una batalla en la que los tres se acuchillaron sobre el asfalto y ofrecieron un magnífico espectáculo.

En el penúltimo paso por meta, el orden de carrera, con Ui siempre distanciado en solitario, era Elías, Poggiali y Azuma. El manresano cerraba bien los huecos a sus rivales hasta que en la recta de atrás, la anterior a la chicane, se abrió para que Poggiali le pasara.

Después dijo que prefería atacarle en el último instante a tenerle pegado a rueda. Pero, para su sorpresa, Azuma aprovechó el rebufo del italiano y también le adelantó. Quedaba menos de la mitad del circuito para llegar a la meta y parecía que todo se iba al garete.

De nada servía haber sido el más rápido en los entrenamientos durante todo el fin de semana si a la hora de la verdad dejaba que se le escapara el podio. Ese no podía ser el final, así que apretó los dientes y se lanzó al ataque en la penúltima curva.

La célebre horquilla a derechas que se hace en primera velocidad fue testigo de un adelantamiento increíble. Allí llegaron los tres pilotos en paralelo, Poggiali se coló un poco, Elías adelantó por dentro, el italiano intentó cerrar el hueco y ambos se tocaron.

Gran error. Con el tercer puesto ya en el bolsillo, el pupilo de Alberto Puig se encontró con un premio en la última curva. Azuma cometía un “very big mistake” (un gran error), como dijo Elías en un tímido inglés más tarde, y se pasaba de frenada para dejar al español el camino libre al segundo lugar.

Este es un resultado que le hizo visitar el podio por cuarta vez esta temporada y que le sirve para escalar a la segunda posición de la clasificación provisional. Además, recortó la ventaja de puntos que le llevaba el líder, Poggiali, y ahora está a siete con ocho grandes premios por delante.

A sus 18 años, se ha convertido en la gran esperanza de la afición española, que ve en él al único de los suyos capaz de disputar un título este año. Pese a todo, Toni prefiere mantener la prudencia que le caracteriza: “Queda mucho campeonato por delante, aunque está claro que ir segundo del Mundial ni se me había pasado por la cabeza”.

Del resto de la tropa española, los hermanos Nieto acabaron en el suelo, Rodríguez logró una meritoria novena posición y los compañeros de Elías, Pedrosa y Olivé, consiguieron puntuar de nuevo.