Ya hemos jugado a Life is Strange: Double Exposure y echamos de menos a Chloe
La saga trae de vuelta a Max Caulfield para un viaje interdimensional.
“Esta acción tendrá consecuencias”. Cuando esta frase aparecía en pantalla, acompañada de un inquietante sonido y una mariposa, un escalofrío nos recorría la espalda. La saga Life is Strange, de Dontnod, Deck Nine y Square Enix, se ha hecho un nombre dentro del género de la aventura narrativa, donde cada decisión perfila el desenlace de los acontecimientos y nos deja con la eterna incertidumbre de si hemos elegido el camino correcto. El próximo 29 de octubre Max Caulfield regresa con Life Is Strange: Double Exposure, una nueva aventura llena de un misterio muy indicado para quienes quieren disfrutar de Halloween, pero sin demasiada carga terrorífica. El 15 de octubre se abren las puertas de acceso anticipado a los dos primeros episodios para quienes habían reservado la Edición Ultimate, que ya hemos jugado en MeriStation, y de los cuales os traemos nuestras impresiones.
¿Dónde está Chloe? La inevitable decepción
Cuando se anunció Life is Strange: Double Exposure, el temor se apoderó de los fans. Volvía Max, pero sin Chloe. La joven fotógrafa tenía una nueva vida, con una nueva amiga, y no había ni rastro de aquella chica por la que muchos habíamos sacrificado Arcadia Bay. ¿Había hecho Deck Nine canon el final donde es sacrificada para impedir una catástrofe? ¿Es que ya no están juntas? Y, en efecto, al iniciar la partida de Double Exposure la decepción se confirma: Pricefield está totalmente fuera de juego, y una de las primeras decisiones es establecer la causa, tanto si es la muerte o la ruptura. Se trata de una elección narrativa por parte del estudio que nos resulta perezosa al deshacerse de un personaje que ha sido y es querido por los fans.
En Life Is Strange: Double Exposure nos encontramos con una Max post-adolescente que ha iniciado una nueva vida en Vermont (Nueva Inglaterra) y donde su carrera fotográfica va viento en popa. Trabaja como profesora invitada en la Universidad de Caledon, donde imparte un seminario. Y el recuerdo de Chloe permanece tan doloroso tanto para ella como para el jugador. En los primeros compases del juego, además, se presentan diferentes opciones amorosas que se sienten algo forzadas, como si la narrativa del juego se apresurara en dar portazo a la peliazulada joven que se veía como una pirata moderna. Por fortuna, todos los enfados ante la nueva aventura de Caulfield terminan aquí.
El paralelismo entre Blackwell y Caledon
La fotógrafa ha entablado amistad con Safiya (Safi para los amigos), una pizpireta muchacha que es hija de la directora de la universidad y cuya personalidad arrolladora no tardará en conquistarnos. Afortunadamente, no se percibe como una sustituta de Chloe, si no como otra persona de carácter diferente que forma parte de la vida Max y quien se ha convertido en alguien importante. Sin embargo, sí tendrá un rol parecido al de Pricefield: su muerte como catalizador de los nuevos poderes de nuestra protagonista, junto con el consiguiente trauma que configura el eje central de la historia.
No se trata del único paralelismo que identificaremos en Life Is Strange: Double Exposure. En el ecosistema de Caledon encontraremos personajes y dinámicas que nos recordarán al primer título: la misma amistad entre Max y Safi, la sociedad exclusiva Abraxas que hace las veces del Club Vortex y la animadversión con una Loretta que evoca la relación con Victoria Chase. La misma narrativa se apoya en elementos cotidianos que ya conocíamos de otras entregas: los carteles y notas que encontraremos, el diario personal de Max, sus mensajes de texto y las publicaciones en una red social llamada Crosstalk.
No obstante, a pesar de las similitudes entre ambas aventuras de Max, los personajes de Double Exposure brillan con luz propia. Carismáticos, complejos y auténticos; ninguno de ellos nos dejará indiferente. Y, al igual que otros títulos de la saga, irán experimentando una evolución que nos recuerda la máxima de todo Life is Strange: nadie es lo que parece. Asimismo, Deck Nine sigue apostando por una inclusividad auténtica, maravillosamente integrada y sin tapujos ni miedo a las críticas reaccionarias: tenemos chicas sáficas, población de diversas etnias, un local universitario abiertamente LGTB, una mujer trans y sin olvidar a Moses, un chico de cuerpo grueso, negro y bisexual. Asimismo, sus tramas no giran alrededor de sus respectivas identidades y orientaciones, y el propio guion huye de estereotipos dañinos.
La actualidad también permea el transfondo de Calendon: se hacen referencias a temas como la ética de los podcasts de true crime, la eficacia y parcialidad de la policía y cuerpos de seguridad, los créditos a los estudiantes y etc. Y, para redondear todo, observamos un gran salto de calidad técnica con respecto a los anteriores títulos de la saga gracias a Unreal Engine, con expresiones faciales llenas de matices. Cabe hacer una mención especial y necesaria a las opciones de accesibilidad y a una localización sublime que pone la mirada en la oralidad moderna con la que consigue recrear diálogos con absoluta naturalidad.
¿Quién mató a Safiya Llewellyn-Fayyad?
Y, como en todo Life Is Strange, lo cotidiano se convierte en el escenario de lo paranormal a partir de un suceso macabro. Max Caulfield encuentra a su amiga Safi muerta en un mirador. El luto, de nuevo, consume al ambiente universitario y a la propia fotógrafa, que intenta resolver el misterio que hay detrás de un crimen que la policía se empeña en calificar como suicidio. Durante la investigación, la joven descubre un nuevo súper poder al que hace honor el título de doble exposición: el viaje entre dimensiones paralelas. En la realidad alternativa, Safi está viva y este acontecimiento altera radicalmente la evolución y hechos que transcurrren en el campus de Caledon. El objetivo de Max será destapar al asesino y recuperar a su amiga.
Por el momento, Max no puede rebobinar en el tiempo, pero sí accede a esta nueva habilidad que conforma una mecánica casi más interesante. Así, Caulfield puede cruzar portales, diseminados por todos los escenarios, para transitar entre ambas dimensiones. También puede atisbar, es decir, percibir personas y acontecimientos que de estén dando en el mundo superpuesto al suyo. Con ello, se nos dará una variedad de puzles con los que debemos hacer uso de las dos realidades. Traer objetos de un plano a otro, escuchar conversaciones sin ser vistas para obtener pistas y un largo etcétera que ya ha mostrado diversas posibilidades a partir del segundo episodio y que promete evolucionar con el resto de capítulos.
Por supuesto, Double Exposure sigue una fórmula que ya identificamos y no cambia: la música independiente, con canciones que suenan en los momentos más certeros; la constante sensación de incertidumbre ante las decisiones tomadas, los momentos de reflexión con los que darnos una pausa emocional, y los cierres de capítulo justo en el momento de mayor suspense. Queda por ver el total alcance de nuestras elecciones y hasta qué punto transforman la historia y nos conducen a uno de sus finales, y el misterio que envuelve a la muerte de Safi y las realidades superpuestas. En dos capítulos, nos hemos sumergido en el misterio de Caledon y hemos recordado cómo Life Is Strange recupera esa magia de lo cotidiano, con el espacio necesario para lo extraordinario.