¿A qué juego hoy?
Para muchos fue el momento cumbre de la saga Gears, y demostró que Xbox era mucho más que Halo
Regresamos a Gears of War 2 aprovechando que está disponible en Game Pass, y recordamos sus muchísimas virtudes y lo que supuso en su momento.
Gears of War 2 supuso todo un subidón con respecto a la primera entrega cuando fue lanzado en 2008. Fue uno de los grandes exclusivos de Xbox 360. Toda una cita obligatoria en su momento para los fans de la marca, y está disponible en Xbox One y Xbox Series X|S gracias a la retrocompatibilidad. Y por si no fuese poco está presente en Xbox Game Pass. Volvemos al frío otoño del planeta Sera con Marcus Fénix y compañía. Volvemos a Gears 2.
Gears of War 2: más de lo mismo, pero mucho mejor
Pongamos los puntos sobre las íes: aunque el primer Gears of War fue impresionante especialmente en lo técnico, su historia era muy pobre, su jugabilidad demasiado lineal y su oferta de modos de juego muy reducida, máxime si la comparamos con otros títulos de Epic Games como Unreal Tournament 2004. Vamos, que por momentos era evidente que estábamos más ante un benchmark de lo que era capaz el hardware de Xbox 360 que de un videojuego con todas las de la ley.
Pero llegó 2008, y Epic tomó nota de las críticas del primer Gears, y nos regaló este Gears of War 2, un título que barría el suelo con la primera entrega en todos sus apartados.
Tras debilitar severamente a las fuerzas Locust con la Bomba de Masa Ligera, la CGO se envalentona y se ve capaz de lanzar asaltos frontales contra estas bestias en su propio hogar, propiciando operaciones como el asalto a la Hondonada, el complejo sistema de cuevas y cavernas en el que residen. De esta manera, Gears como Marcus Fénix, su fiel compañero Dom Santiago y otras caras conocidas como Augustus Cole y Damon Baird son llamados a filas de nuevo para, con suerte, poner fin de una vez por todas a la amenaza Locust.
Desde la primera toma de contacto con Gears of War 2 se ve que estamos ante un título con unos valores de producción mayores que el juego anterior, y que la épica se vive y se respira. Para el recuerdo quedan momentos como el discurso del Presidente Prescott o el asalto inicial a la Hondonada Locust, que nos mantienen pegados al mando como pocos juegos saben hacer.
En el plano técnico el nivel de detalle de los modelos es mayor que en los del juego original, y los entornos son mucho más variados y coloridos, abandonando casi por completo las tonalidades casi estrictamente grisáceas y marrones que se convirtieron en un meme y un chascarrillo recurrente para definir de forma despectiva a muchos juegos de esta generación. Además, la versión retrocompatible en One y Series X|S corre a 4K y 60 FPS, y otras mejoras como HDR automático.
El doblaje al castellano es muy bueno, con actores como Javier Gámir y Roberto Cuadrado repitiendo como Marcus y Dom. Eso sí, tened en cuenta que hay problemas en este apartado con la versión retrocompatible, ya que o nos pone el doblaje inglés o en español latino. La manera fiable de disfrutar del juego en su contexto original es teniéndolo en formato físico para Xbox 360.
La banda sonora también era superior a la del original, “culpa” quizá del cambio de compositor. Steve Jablonsky tomó el relevo de Kevin Riepl, un colaborador histórico de Epic Games que también trabajó con la compañía en otros títulos como el anteriormente citado Unreal Tournament 2004. Y el cambio fue a mejor como comentamos, pues nos dejó temas para el recuerdo como Rolling Thunder, Locust Temple o Heroic Assault.
Seguimos estando ante un shooter en tercera persona con coberturas, pero a nivel jugable la variedad de situaciones en la Campaña es bastante mayor y el gameplay se refinó hasta límites insospechados. Se añadieron muchos movimientos nuevos como la posibilidad de tomar como rehenes a los enemigos derribados y muchas ejecuciones y movimientos finales exclusivos para las armas, que daban una nota de color a los sangrientos combates multijugador. También se añadieron muchas armas nuevas como las granadas de tinta e incluso una categoría nueva de armas pesadas como el mortero o la Mulcher; estas últimas hacían que nuestro personaje se moviese más lentamente pero podíamos pararnos para desplegarlas debidamente y desatar todo su potencial.
Gears of War 2 recibió todo un lavado de cara en su aspecto multijugador, añadiendo un completo tutorial y bastantes modos nuevos como Piloto, Guardián y Sumisión así como la posibilidad de usar bots, incomprensiblemente ausentes en la primera entrega. Además, se aumentó el número de jugadores que podía participar en el juego de ocho a diez.
No obstante, su plato estrella para muchos fue su Modo Horda, que consistía en reciclar los escenarios de los modos multijugador competitivos y enfrentar a los jugadores a oleadas de enemigos controlados por la IA cuya dureza y tácticas se hacían más complejas de forma progresiva. Un modo de defensa de oleadas que no inventaba la rueda precisamente, pero que gracias a la jugabilidad visceral de Gears of War 2 aumentó su popularidad y propició la aparición de modalidades similares como Tiroteo en Halo: Reach en 2010.
En definitiva, la oferta de Gears of War 2 era muy superior a la del bien recibido título original, convirtiendo a esta secuela por méritos propios en uno de los grandes juegos imprescindibles de Xbox 360, y haciendo que la saga Gears of War fuese mucho más que eso: un fenómeno de masas que poco tenía que envidiar a Halo, el hasta entonces gran estandarte en solitario de la marca Xbox.
5 motivos para jugar a Gears of War 2
¿Dónde se puede jugar a Gears of War 2 y cuánto cuesta?
Gears of War 2 está descatalogado en formato físico a estas alturas, aunque se puede adquirir de las siguientes formas:
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