La increíble mala suerte de Lara Croft en la trilogía de Tomb Raider: siempre sobrevive, pero a qué precio

Al principio de Tomb Raider (2013), Lara Croft es una exploradora inexperta que no se ha enfrentado a los peligros que entraña la labor de una ladrona de tumbas profesional. Allá donde hay riqueza, las manos codiciosas mueven sus dedos con fruición, dispuestas a atrapar el tesoro entre sus garras. La primera gran expedición de la arqueóloga ya empieza con mal pie, porque cuando están a punto de llegar a su destino, la isla de Yamatai, una violenta tormenta estalla y el mar ruge embravecido. Las olas chocan contra el casco del buque Endurance, que se casca como un huevo y naufraga hasta las profundidades del océano. Esa es solo la primera desgracia de Lara, mas lo que le espera es todavía peor.

La hora inicial del videojuego de Crystal Dynamics es un cúmulo de desastres para la muchacha. Magullada y herida, logra salir airosa del naufragio, pero nada más poner los pies en la tierra comienza otra ristra de inclementes catástrofes. Sufre una agresión en la cabeza y se desploma desmayada. Al despertar, descubre que está atrapada y colgada boca abajo, así que se desliza de un lado para otro para intentar desembarazarse de las ataduras. Y vaya que lo consigue, con la mala fortuna de que al soltarse cae sobre una estaca que le perfora la parte izquierda, justo al lado del bajo vientre. Se quita la afilada madera entre espasmos de dolor y avanza por la misteriosa caverna, con la mano protegiendo una herida que debería haberla llevado al otro barrio.

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Cuando hay pim, pam, pum ya no hay stop

Si piensa que su mala suerte ha concluido que se lo quite de la cabeza. Mientras investiga la caverna y tras resolver algún puzle, Lara encuentra un punto de salida, pero ¡sorpresa! Un hostil le coge la pierna y tira de ella. Sobrevive, por supuesto, pero antes de respirar aire fresco tiene que enfrentarse a un desprendimiento de rocas y se libra del aplastamiento de milagro. Luego, mantiene un encuentro con hombres armados y uno de ellos está a punto de matarla, pero toma una pistola y le revienta el cuello. A partir de entonces, pasa del trauma a convertirse en una pistolera experta.

En cierto modo, sigue el mismo patrón que Nathan Drake en Uncharted. Le coge tanto cariño a las armas que pasa de padecer remordimientos morales a matar a todo lo que se mueve. Su mala suerte, por otro lado, no acaba nunca: si atraviesa un puente, el jugador sabe que se va a desmoronar; si asciende por una superficie escarpada, lo más seguro es que uno de los puntos de agarre se desgarre; si se lanza en paracaídas es más que probable que este se enrede con los árboles del bosque. Y así con todo. Mala suerte. O quizá buena, porque al final siempre sobrevive, también en Rise of the Tomb Raider y Shadow of the Tomb Raider.

La nueva trilogía al completo está disponible en PC y en consolas de actual y anterior generación. El próximo juego de la saga ya está en desarrollo y será una mezcla entre los clásicos y el reinicio. La arqueóloga ha sido elegida como el personaje más icónico de los videojuegos en un controvertido ranking para BAFTA.