El legendario MMORPG sigue más vivo que nunca
EverQuest cumple hoy 24 años y he comenzado a jugarlo ahora
El 16 de marzo de 1999 se lanzó al mercado un histórico del género MMORPG. EverQuest cumple 24 años y sigue más vivo que nunca y se prepara para 2024.
Hoy 16 de marzo de 2023 se cumplen veinticuatro años del lanzamiento de EverQuest, un MMORPG que revolucionó la industria del género. Dos años antes también lo hizo Ultima Online a su manera, pero EverQuest añadió a su juego un aspecto tridimensional —al contrario que la obra de Richard Garriot— que dio profundidad y realismo al mundo de Norrath, protagonista de esta saga. Cientos de miles de jugadores tomaron parte de esta aventura de rol online y hoy, veinticuatro años después, todavía pululan héroes de la vieja escuela por el anciano mundo de EverQuest.
Yo tampoco fui ajeno a su éxito ya que incluso las diferentes cadenas de televisión que ya existían por aquella época en España se hicieron eco del fenómeno de masas que era EverQuest en sus noticiarios. Y claro está, movido por la curiosidad de su éxito, al final caí en sus redes, aunque no como yo esperaba ni como cualquiera creería.
Por aquél entonces ya se había lanzado su primera expansión, de nombre Ruins of Kunark, así que era un momento muy dulce en el que los errores iniciales estarían ya resueltos y su fórmula ya refinada con esta gran actualización de contenido. Fui corriendo a comprarlo el mismo día que lo vi en las noticias, lo instalé, esperé a que se actualizara y me metí de lleno en Norrath. Por desgracia aquello era tan revolucionario que incluso a mi me pilló en gayumbos. No entendía absolutamente nada de lo que estaba apareciendo en mi pantalla.
La vista era en primera persona —y por suerte por aquellos entonces mi cinetosis no era aún tan aguda como en la actualidad—, la interfaz prácticamente escasa y tampoco sabía qué hacer o dónde dirigirme. Tampoco había mapa y la distancia de visión era prácticamente nula en según qué lugares y circunstancias. Como además tampoco sabía hablar por el chat general me veía obligado a descubrir todas sus posibilidades por mi mismo. Y todo ello pudo conmigo, de los treinta días de suscripción gratuita que traía el juego solo aproveché dos.
Son varias las veces que he intentado librarme de esta maldición que es la de disfrutar de EverQuest desde que mi primera experiencia fuera tal y como os he contado, pero todo fueron intentos infructuosos. Sin embargo la semana pasada hablando con un amigo me contó que había vuelto al juego, uno de sus MMORPG favoritos. Estuvimos comentando nuestras experiencias con el género y él me relató las bondades del juego creado inicialmente por Verant Interactive y 989 Studios. Al terminar la conversación fui corriendo a instalarlo en la plataforma Steam.
Debo decir que comencé de nuevo con malas sensaciones pero ahí estaba mi colega, echándome una mano con la interfaz y ayudándome a digerir todo. Una vez aprendí lo básico me inicié en el tutorial del juego —que recomiendo a todo el mundo— y poco a poco pude completar todos los pasos previos a la que en realidad sería mi gran aventura; explorar Norrath sin limitaciones.
EverQuest es un juego de 1999 por lo que no se construyó con la calidad gráfica a la que estamos acostumbrados a día de hoy, aunque tampoco lo necesita. El título tiene una magia innegable y una asombrosa capacidad de hacerte partícipe de su mundo. Realmente parece que estés dentro del juego y eso es toda una proeza. Hay cientos de escenarios por recorrer, cada uno con una longitud que haría palidecer a títulos actuales. Detalles aquí y allá, mecánicas sorprendentes, opciones sin fin y misiones realmente buenas. El combate es un poco clunky a los ojos —como dirían en mi pueblo— pero la sensación de peligro y el temor a la pérdida de experiencia por morir suple con creces esta carencia.
Llevo aproximadamente una semana en Norrath, he probado diferentes clases, he recorrido menos de un tercio de su mundo —es GIGANTESCO— e incluso pagado la suscripción para acceder a sus servidores clásicos, y solo puedo decir que me arrepiento muchísimo de no haber insistido con EverQuest en su día. Si bien ha cambiado mucho su jugabilidad en los veinticuatro años que lleva en activo, creo que el trabajo de actualización a los nuevos tiempos es realmente bueno. Ahora hay mapa —hechos con archivos txt pero con cierto encanto—, una suerte de navegador con GPS que te ayuda a descubrir Norrath, mejores controles, una ligera actualización gráfica con respecto al estilo visual original y la posibilidad de contratar a un Mercenario NPC que te ayuda a subir de nivel en solitario. Y aún así sigue siendo desafiante y complejo para nuevos jugadores.
Otro punto a destacar es que su modalidad F2P no es nada restrictiva. Sin pagar un duro podemos disfrutar de 26 de 29 expansiones sin apenas limitaciones importantes —salvo que quieras darle duro a su contenido de alto nivel—, por lo que cualquiera puede instalar el juego, disfrutarlo como cualquier otro, unirse a un clan o llevar a cabo aventuras con amigos. EverQuest cuenta también con un modo de suscripción que elimina ciertas restricciones y te permite disfrutar de los servidores TimeLocked Progress, que a la postre son servidores clásicos y progresivos en contenido como podría ser World of Warcraft Classic y sus posteriores expansiones pero con el motor de juego actual y sus adiciones en calidad de vida.
El resumen a esta columna es que veinticuatro años después de su lanzamiento, estoy totalmente enganchado a EverQuest, lo confieso. Ahora he podido comprobar de primera mano por qué todo el mundo estaba —y sigue— enamorado del juego y por qué muchos llevan a Norrath en su corazón. Da igual que seas de nivel bajo o alto, el título te presenta tantas cosas por hacer que es imposible aburrirte y, sobre todo, sigue manteniendo vivo el espíritu de colaboración entre los jugadores a pesar de que hayan introducido a los Mercenarios.
Pero lo verdaderamente increíble, además de su gran poder de atracción, es que la base de lo que puede disfrutarse hoy en día en EverQuest lo lograron tres desarrolladores hace veinticuatro años. Brad McQuaid, Steve Clover y William Trost tuvieron la locura de crear un mundo extremadamente vivo, gigantesco y lleno de posibilidades en un entorno en tres dimensiones cuando otros todavía coqueteaban con las 2D. Tan bien les salió la jugada que incluso con EverQuest 2 en el mercado y también de carácter F2P, EverQuest sigue teniendo mayor población y adeptos que su continuación. Y lo que es aún más sorprendente, siguen lanzándose expansiones para el juego, eventos, servidores clásicos con distintas reglas y contenido en forma de mazmorras cada pocos meses. Una absoluta locura.
El futuro de EverQuest no está en el aire ni mucho menos. Hoy cumple veinticuatro años pero su hoja de ruta para este 2023 deja entrever que al MMORPG le queda cuerda para muchos años. Actualización de la interfaz, compatibilidad con DirectX 11, nueva expansión y otras mejoras llegarán a lo largo de este año por lo que no es descabellado que el título aguante hasta, como mínimo, su 35 aniversario. Y ahora, si me lo permitís, sigo poniendo al día mi Necromancer en Yelinak, el servidor clásico progresivo. Todavía me queda mucho por hacer, descubrir y aprender en Norrath.