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Virtua Fighter 5: Final Showdown

Virtua Fighter 5: Final Showdown

  • Plataforma3608PS38
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorSega-AM2
  • Lanzamiento01/07/2012
  • EditorSEGA

Virtua Fighter 5: Final Showdown

Tras una larga espera, al fin tenemos aquí la versión final de uno de los mejores juegos de lucha versus jamás creados. La quinta entrega numerada de la saga Virtua Fighter alcanza con Final Showdown su particular cénit jugable.

Hablar de Virtua Fighter es hablar de la génesis de los juegos de lucha en lo que a la vertiente poligonal se refiere. La primera entrega de la franquicia se dio a conocer en 1993, dos años después de que el inmortal Street Fighter II elevara el género de la lucha versus a sus más altas cotas de popularidad histórica, y destacó desde el primer momento entre todos sus competidores por dos razones: un apartado gráfico construido mediante polígonos planos en lugar de sprites, y una propuesta jugable que apostaba por inyectar dosis de realismo al trasladar más fielmente lo que sería un combate real entre dos expertos en artes marciales. El éxito del título fue prácticamente instantáneo, ya que no fueron pocos los jugadores que, al no simpatizar con la vertiente arcade del género vista en franquicias como Art of Fighting o Mortal Kombat, juraron amor eterno a la nueva propuesta de Sega.

Ello permitió que Virtua Fighter se convirtiera en una franquicia cuyo legado llega hasta nuestros días, y que a lo largo de sus 19 años de existencia (en 2013 llegará el 20 aniversario, quién sabe si con un VF6 bajo el brazo) ha logrado consolidarse como la propuesta favorita para los grandes expertos en el género de la lucha. Los Virtua Fighter siempre han buscado profundidad, técnica, especialización y dedicación por encima de todo lo demás, de ahí que los más consagrados especialistas tengan a la franquicia como la reina de la lucha versus, por encima incluso de las dos sagas que desde siempre han sido sus dos grandes rivales: Tekken y Dead or Alive. El juego que nos ocupa, Final Showdown, no es en sí un título nuevo. Recordemos que Virtua Fighter 5 apareció originalmente en salones recreativos en 2006, para desembarcar en sistemas domésticos un año después. ¿Justificaciones para lanzar una nueva versión tras tan largo silencio? Las hay, y muchas, como veremos a lo largo del presente análisis. Lo que está claro es que VF sigue más vivo que nunca, gracias tanto a esta nueva versión (que automáticamente se convierte en uno de los descargables estrella del verano) como a la presencia de luchadores de la franquicia en el futuro Dead or Alive 5. Preparad vuestras mejores galas, vuelve la lucha con mayúsculas.

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El club de la lucha
Tal y como acabamos de decir, 6 años separan a este Virtua Fighter 5: Final Showdown de la versión inicial de VF5. Un recorrido más que longevo que, tras numerosas mejoras, añadidos y regulaciones, ha dado como resultado un título redondo en todos y cada uno de sus apartados más importantes. Final Showdown exhala aroma a recreativa por la totalidad de sus poros; no en vano ha sido en los salones arcade japoneses donde el juego ha gozado de un mayor recorrido. A lo largo de más de un lustro, AM2 ha recogido las impresiones y sugerencias de los expertos en la recreativa, los cuales no han dejado de competir y exprimir el título al límite, para llevar a cabo las modificaciones pertinentes, y eso se nota nada más comenzar a jugar. Y lo haremos de un modo directo, ya que ninguna intro nos recibirá tras mostrarse los logos de Sega y AM2, a excepción de una cortísima cinemática con Akira Yuki, cabeza visible de la franquicia, como único protagonista. Tras esto entraremos en un menú de opciones bien armado, aunque en él se echan en falta características que suelen ser habituales en las conversiones de arcade a consola, como pueden ser un modo historia monojugador o una galería de ilustraciones.

Resulta obvio que Sega ha querido ir al grano. De cualquier forma, no es que la franquicia haya destacado nunca por ofrecer un argumento complejo o unos ricos trasfondos para los personajes. Entrega tras entrega, la historia suele ser la misma. Una maligna corporación con ansias de dominación global, que responde al nombre de Judgement Six, planea crear la máquina de matar definitiva: un androide dotado de las técnicas marciales más mortíferas conocidas por el hombre. Para poner a dicho droide, Dural, a prueba, la mencionada corporación organiza un torneo de lucha en el que se dan cita los más afamados expertos en artes marciales del planeta. Y ya está, poco más hay para rascar. Tras cinco entregas numeradas y no pocas actualizaciones, el hilo argumental permanece inalterable. No hay más información de los Judgement Six, ni otro final boss al final de la aventura que no sea Dural. Final Showdown no es una excepción a esta regla, y de hecho no se ofrece siquiera información alguna sobre los personajes.

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Así, el modo principal de la modalidad monojugador será el Arcade, con la clásica serie de combates contra la IA que desembocarán en la confrontación final contra Dural. Tras ganar o perder dicho combate final (no podremos repetir si fracasamos), aparecerán los títulos de crédito. No hay secuencias de cierre al uso, así que todo será igual independientemente del personaje que seleccionemos. Pero ello no tiene por qué ser malo. La franquicia Virtua Fighter siempre se ha centrado en lo que importa: los combates, y ahí es donde brilla con luz propia. A diferencia de títulos con IAs flojas que lastran cualquier posibilidad de obtener emoción, desafío o profundidad en nuestras partidas en solitario (Street Fighter IV, Street Fighter X Tekken o los King of Fighters XII y XIII son ejemplos de pésimas IAs), Virtua Fighter 5: Final Showdown pone sobre la mesa una IA impecable (regulable mediante los clásicos niveles de dificultad, por supuesto) que da lugar a combates de lo más interesantes, independientemente de cuál sea nuestro nivel de perfeccionamiento en el juego. Ello nos invita a pasarnos por la modalidad monojugador no solo para practicar de cara al online, sino para encontrar otra clase de desafío, distinta a la que nos puede dar un jugador humano.

Completa la oferta monojugador un modo Score Attack, en el que se nos ofrecen distintas rutas de combates para tratar de batir récords de puntuación; los ya clásicos desafíos a superar mediante determinadas condiciones dispuestas de antemano se engloban dentro de la modalidad Strike Challenge; y ya por último, Special Sparring nos brinda la posibilidad de combatir contra un oponente modificado mediante los packs de ítems DLC que Sega vende aparte; y es que sí, parece ser que la compañía nipona también ha caído en el lado oscuro del contenido descargable, pero ya entraremos en detalles más adelante. Las opciones de juego continúan con el Offline Versus que, como puede discernirse por la denominación, nos permitirá disputar combates entre dos jugadores en una misma consola, con las opciones de modificación clásicas en el género como son número de rounds (hasta un máximo de cinco victorias para ganar), tiempo límite (podremos subirlo hasta 60 segundos, pero no se nos dará la posibilidad de seleccionar tiempo infinito), longitud de la barra de salud y selección de escenario.

Tras esto, la modalidad online. Para los poseedores de una PlayStation 3, este Final Showdown supone la primera oportunidad de jugar a un Virtua Fighter por Internet, ya que en el VF5 lanzado en 2007 no se nos ofrecía dicha posibilidad. Las opciones a la hora de combatir en la red de redes son las justas y necesarias: Ranked Match (combates que servirán para posicionarnos en las tablas de clasificación, ya sea ascendiendo posiciones al ganar o descendiendo en el caso de que seamos nosotros los que besemos la lona), Player Match (combates independientes, que no contarán para las tablas de clasificación) y Room Match (crear un grupo cerrado para competir, pudiendo visualizar los combates de nuestros compañeros de juego en el caso de que aguardemos turno). No podemos contar mucho acerca de estabilidad en las partidas o rapidez a la hora de encontrar contendientes dado que los servidores aún no estaban abiertos al gran público a la hora de redactar el presente análisis, aunque es de esperar que Sega muestre especial atención al respecto dada la expectación que la vertiente online de Final Showdown ha despertado, de nuevo especialmente entre los usuarios de PS3.

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La potencia sin control no sirve de nada
Virtua Fighter 5: Final Showdown es un juego profundo y repleto de posibilidades, que logra ser accesible para los neófitos gracias tanto a la limitación respecto al número de botones de acción (entran en juego tres: uno para puñetazos, otro para patadas y uno más para cubrirse) como a la posibilidad de ejecutar algunos combos cortos que lo único que requieren es la pulsación repetida de un único botón junto a una dirección de la palanca de control. Sin embargo, limitarnos a hacer esto significará únicamente rozar la superficie de un sistema que a poco que investiguemos se revelará como uno de los más técnicos, profundos y absorbentes del género. Final Showdown dispone únicamente de 19 personajes (20 si contamos a Dural, personaje que puede ser desbloqueado para algunos modos de juego). Puede parecer un número limitado, pero es que aquí cada luchador es un mundo. No existe semejanza alguna entre personajes; cada uno cuenta con su estilo de lucha único, su abanico de técnicas y movimientos exclusivo e incluso su propia manera de ser controlado. Es un trabajo de diferenciación único en el género, al que solo los juegos de Arc System Works (Guilty Gear, BlazBlue) pueden acercarse, y ello consigue que la en un principio limitada plantilla de 19 caracteres acabe rindiendo como una que pueda doblarle e incluso triplicarle en número.

Dos son las principales novedades de Final Showdown respecto al VF5 original en lo referente a la plantilla de personajes: Taka Arashi (luchador de sumo que ya apareció en Virtua Fighter 3) y Jean Kujo (personaje que debuta en la franquicia). En lo referente a Arashi, la razón por la que está de vuelta no es otra que el hecho de que AM2 al fin ha encontrado la forma de nivelar al personaje para que no rompa el cuasi perfecto equilibrio existente en la plantilla de luchadores. La adición de Jean Kujo es la gran sorpresa de este Final Showdown. Con él, la franquicia Virtua Fighter cuenta al fin con un karateka en su plantilla (para los profanos: Akira no es un karateka, aunque su aspecto de primo hermano de Ryu indique lo contrario), y después de probarlo uno se pregunta cómo es que no apareció antes. Es un personaje técnico, contundente, ágil y dotado de algunos combos especialmente mortíferos. No es fácil de dominar (tal y como ocurre con el resto de la plantilla de luchadores), pero sí será uno de los que más rápidos resultados nos brinde a poco que comencemos a profundizar en él. Su estilo de kárate recuerda al de Jin Kazama (más concretamente a la vertiente de Jin que comenzó a practicar kárate tradicional a partir de Tekken 4), aunque Jean da la impresión de poder barrer el suelo con el benjamín de los Mishima en un hipotético Virtua Fighter Vs. Tekken, tal es la habilidad de la que hace gala.

AM2, consciente de que las mayores virtudes de VF5 Final Showdown emergen tras profundizar en su sistema de juego y las cuasi infinitas posibilidades de los luchadores, ha prestado especial atención a la hora de brindar tutoriales que permitan desgranar todos los secretos del título de forma ordenada, accesible y entendible por cualquier clase de usuario. Los tutoriales cuentan con su propio apartado exclusivo dentro del menú principal, denominado Dojo, el cual nos lleva a tres opciones: Tutorial (para aprender conceptos generales del juego, centrados en la mecánica de los combates y el sistema de control), Command Training (para practicar de forma clara y ordenada la inmensa lista de técnicas y movimientos que posee cada personaje) y Free Training (práctica libre en la que no tendremos que seguir instrucciones o parámetros en pantalla). El modo Terminal, en el que podremos tunear a nuestro personaje con los packs de ítems adquiridos por DLC (a precio de oro, como viene siendo tristemente habitual en la industria) o reproducir vídeos de combates previos, ya se encuentra fuera de las modalidades de juego propiamente dichas. Scoreboards, donde se encuentran las tablas de clasificación online, nos permitirá contrastar nuestros progresos con los del resto de la comunidad; y por último el clásico menú de ayuda y opciones nos facilitará la modificación de diversos aspectos del juego.

Como los buenos vinos
En lo que al apartado visual se refiere no podemos engañarnos: Final Showdown es, a pesar de su lanzamiento en pleno 2012, un juego de 2006. La aparición de VF5 se produjo cuando la presente generación daba sus primeros pasos, y obviamente eso es algo que le pasa factura cuando comparamos al presente título con los inminentes Dead or Alive 5 o Tekken Tag Tournament 2, los cuales se encuentran a años luz a nivel visual gracias a sus motores gráficos adaptados a los tiempos que corren. Bien es verdad que este Final Showdown corrió en salones recreativos bajo una placa más potente que la que albergaba el VF5 original, pero a la hora de la verdad no se notan grandes cambios. Aún así, la saga Virtua Fighter siempre ha destacado por adelantarse a su tiempo en lo que a nivel técnico se refiere, por lo que Final Showdown logra mantener el tipo perfectamente. Puede parecer envejecido, pero como los buenos vinos conserva en su interior toda la fuerza necesaria para agradar al paladar. Luchadores excelentemente modelados; texturas que logran llamar la atención, como pueden ser las de las vestimentas de luchadores como Akira Yuki; hermosos escenarios que en ocasiones alcanzan espectaculares niveles de luz y colorido… En definitiva, un espectáculo visual digno de instalar en los discos duros de nuestras Xbox 360 o PlayStation 3.

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En lo referente al apartado sonoro, una de cal y otra de arena. En lo referente a FX, la saga Virtua Fighter parece no evolucionar lo más mínimo, encontrándonos con efectos irreales y artificiales que se asemejan más a una recreativa de principios de los noventa que a simular cómo debería sonar un golpe, una caída o un crujir de huesos. Musicalmente hablando cumple, aunque sin muchos alardes. Eso sí, es de agradecer que Sega haya decidido incluir la posibilidad de seleccionar como BSO la de cualquier Virtua Fighter del pasado. Desde la primera hasta la última entrega, todo el apartado melódico de la saga Virtua Fighter (que no es que sea una maravilla, pero bueno) se encuentra recogido en el presente título de serie, sin que se nos venda como DLC de pago (Namco, toma nota, anda). En lo que sí que no nos libraremos de pasar por caja será en los ítems, vestimentas y accesorios con los que personalizar a nuestro luchador. Sega nos lo vende todo aparte, con packs individuales de 4.49 euros para cada personaje o todo condensado en paquetes de unos “módicos” 12.99 cada uno (curiosamente, lo que cuesta el propio juego). Ya saben, vestirse es caro, aunque seas un personaje virtual.

8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.