Vampire Cell

Vampire Rain tiene un defecto importante: el no ser capaz de mantener un nivel constante a la hora de resultar atractivo para el usuario. En todos y cada uno de los minutos de juego al título de Artoon, hemos desarrollado una extraña relación amor-odio que no consigue decantarse de forma clara en ninguna dirección, debido a que por ratos resulta muy interesante y en ocasiones se vuelve desesperante.

El resultado es un título al que se le percibe un gran potencial pero que en determinados momentos despierta un cierto sentimiento de impotencia al no poder conseguir realizar en la aventura lo que podría parecer lógico en nuestra mente. Pese a todo, los aficionados a los juegos de infiltración o al género del terror podrán pasar por alto los defectos para darle una oportunidad.

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Los políticos corruptos son los principales responsables de esta situación, ya que no han tomado medidas en su momento y todo se ha descontrolado. Pero es ahora cuando se moviliza un pequeño escuadrón de guerreros experimentados que tendrán como misión intentar acabar con la amenaza de forma sigilosa, minándolos poco a poco.

El protagonismo recae sobre Lloyd, único superviviente de un ataque de criaturas de la noche al cuartel general de su anterior escuadrón. El argumento seguramente sea lo más destacable de Vampire Rain; su trasfondo oscuro, lleno de secuencias duras y sangrientas acorde con la crudeza de la situación, evoluciona de forma cuanto menos interesante, y cada nuevo elemento vuelve a despertar la curiosidad al jugador.

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De este modo, Vampire Rain no esconde en ningún momento sus similitudes con Splinter Cell. Gafas de visión nocturna, pegarse a paredes, colgarse de cornisas, ocultarse en las sombras y, claro está, armas, que recuerdan en bastantes aspectos a las aventuras de Sam Fisher. Sin embargo, el uso de armas no es más que anecdótico, reducido a ciertas escenas preparadas para tal fin.

En caso de haber sido descubierto, Lloyd estará, literalmente, acabado. Desde el momento en el que un vampiro nos ve, no habrá escapatoria: las armas no les harán nada, del mismo modo que será imposible esconderse o alejarse. Por su condición sobrehumana son más rápidos, ágiles y fuertes que nosotros, y con sólo un par de golpes acabarán con la vida del personaje sin poder hacer nada para defenderse.

Además, los niveles tienen límites que no se pueden traspasar a pesar de estar abierta la ciudad, por lo que no se pueden idear tácticas dando pequeños rodeos. Puede haber varios caminos, pero al estar alguno vigilado por vampiros o no llevar a ningún sitio accesible, no son más que pérdidas de tiempo para ocultar el auténtico modo de avanzar.

Esto perjudica a la jugabilidad y la diversión del título, que se convierte de este modo en un ensayo y error constante, en busca del camino único que los desarrolladores idearon para cada nivel, sin mayor profundidad. Las armas no tienen función y el espacio de juego está limitado, lo cual no deja demasiadas opciones desde el punto de vista jugable.

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Por su ambientación sobrenatural, podría recordar en cierta medida a Shadowrun, con una guerra entre humanos y criaturas de la noche. Los cuatro mapas incluyen escenarios variados y diferenciados del modo offline, así como el armamento tiene una función real en el juego online. Por sí sólo no se mantendría como lo hace Shadowrun, pero es un complemento perfecto para este título.

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Dentro de dicha limitación, hay que reconocerle ciertos elementos como las crudas escenas de ataque de los vampiros, o la lluvia que cae incesante sobre el escenario durante todo el juego. La variedad de criaturas de la noche es bastante amplia, aunque los escenarios pueden resultar repetitivos al repetirse bastante los elementos en la ciudad.

El apartado sonoro está totalmente descuidado y es con diferencia el peor apartado del juego, sin ningún tipo de melodía en gran parte de la aventura y unas pocas pistas de audio para ciertos momentos concretos que tampoco resultan demasiado llamativas. Los efectos sonoros son cumplidores, sin demasiados destellos de calidad pero tampoco resultan desastrosos. El trabajo de doblaje inglés tampoco termina de convencer.

En el aspecto jugable, Vampire Rain responde muy bien a las indicaciones del mando de control. Además el sistema de control es muy sencillo, con pocos botones bien empleados para realizar todas las acciones. Por su parte, lo que es el juego en sí es bastante complejo y, como ya dijimos, se centra en ensayo y error, lo cual con tiempo provoca el cansancio en el jugador.

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