Aventuras sin cafeína

Para todos los géneros existe una época; obviamente, a mayor el número de títulos disponibles en el mercado menos se nota este detalle. Eso significa que hace 20 años (casi la prehistoria en términos de videojuegos) y cuando nuestra industria todavía estaba en su fase incipiente y el número de lanzamientos era mucho más escaso, una corta proliferación de títulos con una misma temática o un mismo estilo ya se consideraba una tendencia. La hubo con los shooters en primera persona, con los de estrategia en tiempo real… pero no fue la única.

Este es el caso de las aventuras gráficas, que fueron la evolución natural de las aventuras conversacionales (que a su vez ya representaban un gran paso frente a todo lo anterior) y que tuvieron su gran momento cuando nombres como King's Quest, Monkey Island, Grim Fandango, Mundodisco, Day of the Tentacle - segunda parte del grandísimo Maniac Mansion - y similares azotaban nuestros compatibles sin compasió con horas y horas de entretenimiento.

Una época en la que medíamos los gráficos no por millones de polígonos sino por la cantidad de colores en pantalla que nuestra tarjeta gráfica podía mostrar y en la que dependíamos únicamente de nuestra imaginación, del boca a boca o de las contadísimas publicaciones mensuales para avanzar si nos quedábamos atascados. Tal vez, para muchos, esa fue la época dorada de las videoaventuras con interfaz contextual pero sigue siendo un tipo de videojuegos que, bien llevado, está a la altura de cualquier producto que se pueda crear hoy día.

La nueva creación del estudio Future Games se conoce como 'Reprobates' y aunque en su propia página web se especifica como un producto todavía en desarrollo - mal presagio - pendiente de determinar su salida al mercado, la realidad es que el juego está ya en la calle y una copia en nuestro poder de la mano de la distribuidora Friendware. Reprobates es, como uno se puede imaginar, una aventura gráfica de las llamadas 'point-and-click'.

Esta modalidad es una ligera modificación del género de antaño sustituyendo los comandos clásicos 'coger, ir a, tirar, empujar, etc' por un icono contextual que ejecuta la acción más conveniente en cada caso. Nuestra imaginación debe limitarse a encontrar el dónde, el cuándo, con quién y el con qué usar los objetos que obran en nuestro inventario dentro de un mundo en tres dimensiones con escenarios fijos y, generalmente, un único camino a seguir.

La historia es a priori bastante atractiva: un joven mecánico se dirige a casa y mientras conduce atiende una llamada al móvil que le provoca tener un accidente. En lugar de morir - o tal vez tras morir - despierta en una suerte de isla tropical habitada únicamente por otros individuos que parecen provenir de otras épocas y regiones del mundo. En la isla, además, hay un campanario que antes de hacer sonar la tercera campanada provoca el sueño inmediato a todos los habitantes…

Ampliar

En principio eso no se ve justificado por la cantidad de detalle del mundo de Reprobates, aunque la verdad es que tampoco sería necesario mucho más. Existe un buen número de polígonos que son los que forman tanto el entorno como los personajes, con un buen incremento en los primeros planos y una calidad notable en las texturas. La mejora con el antialias no va proporcional con la cantidad de recursos que requiere, con lo que nosotros preferimos desactivarlo en todo momento.

La dualidad, las cosas que Reprobates hace bien y las que hace mal, son señal de identidad del producto de Future Games; eso está expuesto en multitud de detalles durante todo el juego y también en el aspecto técnico. Por ejemplo, dado que el mundo se desarrolla pantalla a pantalla y no progresivamente, hay algunas que muestran un gran cuidado en todos los aspectos y otras que, sin embargo, son puro trámite que ni tan siquiera rozan el buen gusto.

El tono mantenido durante toda la trama es sin embargo el mismo: estamos ante un juego mayormente oscuro y muy lejos del colorido de por ejemplo Monkey Island, con una paleta de colores triste y austera que intenta imprimir al jugador su intención lúgubre y su tensión en un universo a menudo irracional capaz de producir cierta sensación, muchas veces absolutamente intencional, de agobio.

Multitud de efectos meteorológicos salpican el desarrollo del argumento de forma bastante convincente que sin embargo contrastan con unas animaciones, especialmente de su personaje central, bastante lentas y bruscas en cuanto a su ejecución y algo incoherentes en cuanto a lo que atañe a su relación con el entorno. Por ejemplo, ver subir a nuestro protagonista por un acantilado es casi irrisorio viendo los giros y movimientos absurdos que realiza.

Todos los diálogos del juego están en inglés, mostrando en todo momento los distintos acentos de los personajes que aparecen en él. Por ejemplo, nuestro protagonista es de Praga y habla un inglés ligeramente distinto del que habla el ruso, la chica de Nueva York o el escocés. Eso significa que se ha tenido que subtitular el juego sin doblarlo, aunque la traducción se nos antoja en ocasiones incorrecta si bien a nivel general cumple perfectamente su cometido.

Despertamos sin nada que poseyéramos en el inventario y teniendo que retomar las acciones en el mismo lugar que el día anterior, aunque algo nos dice que nada en esta isla es casual. A menudo aparece gente, en ocasiones desaparece; el clima que desprende Reprobates es de constante confusión, intentando que el jugador no sepa exactamente qué está pasando y por qué, contribuyendo a la sensación de agobio que intencionadamente desprende el título.

La interfaz es muy simple: cada pantalla es única y pueden existir objetos con los que podamos interactuar. La mayor parte de las veces solamente tendremos que descubrir dónde están, al igual que las salidas, recorriendo la pantalla prerrenderizada con el ratón a la espera de que el puntero se ponga azul, aunque resulta más sencillo pulsar la tecla 'E'. Una breve descripción del artículo aparece entonces en una esquina de la pantalla.

Este es el clásico juego que puede disfrutarse con una sola mano mientras la izquierda puede quedarse en el bolsillo. Casi nunca además tenemos una presión de tipo temporal, en el sentido en el que podemos quedarnos pensando cuál va a ser nuestro próximo movimiento antes de efectuarlo. Además, suele ser típico tener que visitar los mismos sitios en muchas ocasiones diferentes porque puede haber cambiado un detalle clave para el transcurso de los acontecimientos.

Al salir cada mañana de nuestra barraca tenemos disponible una botella de agua y un paquete de galletas que deberemos utilizar en caso de realizar acciones que exijan cierto desgaste físico como correr o trepar. Muchas de estas acciones pueden realizarse caminando y con doble clic sobre una salida nos dirigimos automáticamente allí, con lo que no suele ser habitual - especialmente al principio - quedarse deshidratado o morir de hambre.

Mucha de nuestra imaginación debe emplearse en combinar objetos de nuestro inventario para crear otros nuevos, si bien Reprobates es más que benévolo con nuestros errores impidiendo cualquier uso incorrecto de los materiales a utilizar. Por ejemplo, en una ocasión intentamos utilizar nuestra agua potable para sofocar un pequeño fuego y no nos lo permitió (era una solución imaginativa aunque arriesgada, está claro).

Las conversaciones con los otros integrantes de la isla son orientativas con respecto a lo que se va a decir, pero no encontramos ninguna ocasión en la que el orden en el que hacíamos las preguntas pudiera influir en el resultado de la charla. De nuevo, insistir en hablar con todos los personajes cuando nos encontramos atascados suele ser una práctica habitual que puede revelarnos algún detalle que se nos hubiera escapado tras un primer vistazo.

Ampliar

Uno de los problemas de Reprobates es que en todo momento tenemos la sensación de estar llevados sobre raíles. Esto suele diferenciar dos estilos distintos dentro del mundo de las aventuras gráficas pero la permisividad del juego es hasta cierto punto contraproducente con la atmósfera oscura que pretende crear. Tampoco sería plan de que estuviéramos muriendo cada dos por tres, pero en ocasiones se antoja incoherente el planteamiento con el desarrollo.

Pero lo que realmente sobreviene un hándicap importante es la extrema lentitud de la que adolece el juego; en muchas ocasiones y mientras realizamos alguna de las acciones básicas, nos encontramos echando vistazos más allá de la pantalla en una búsqueda subconsciente de nuestro cerebro en pos de encontrar algo que consiga rellenar el hueco de atención que Reprobates no consigue completar. Sumado esto a algunos cuelgues repentinos al escritorio (por ejemplo al pulsar alt+F12, nuestra combinación por defecto para capturar una pantalla) provocan que tengamos que repetir una misma escena más de una vez.

Y esto no le hace precisamente un favor al título checo, que muchas veces carece de auténticos argumentos para mantenernos enganchados a la trama. El planteamiento es bueno, de acuerdo, pero los personajes que intervienen en él son demasiado sosos y carentes de personalidad - ni tan siquiera el propio Adam, el protagonista - sin llegar a estar nunca a la altura de un guión que se queda o demasiado corto o es demasiado pretencioso.

Ampliar

Ampliar