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Randal's Monday

Randal's Monday

  • PlataformaPC8
  • GéneroAventura gráfica
  • DesarrolladorNexus Game Studios
  • Lanzamiento12/11/2014
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol

Randal's Monday

Si en una máquina de mezcla friki empezásemos a echar lo que nos diese la gana, desde Star Wars a los comics, desde Zelda hasta Los Simpson, y con dos terceras partes siendo las bases de los films Atrapado en el Tiempo y Clerks, el resultado sería sin duda este Randal’s Monday, ejemplo no perfecto pero sí conseguido de lo que la aventura gráfica española sigue teniendo que ofrecer. ¿Qué, listos para la odisea del lunes eterno aunque hoy sea martes?

“¿Cómo aquella vez que le dimos mal las indicaciones a ese autobús de monjas y las mandamos a un bar de lesbianas?”, Randall

Desde los tiempos de la magistral y avanzada a su tiempo La Abadía del Crimen hasta obras como el New York Crimes/Yesterday de Pendulo Studios, si algo ha quedado claro es que en España sobra talento para el género de la Aventura Gráfica. Y como caso más reciente, aquí tenemos Randal’s Monday, que dado el cocktail referencial de cultura popular y épocas que en él se dan cita, bien podríamos llamarlo Randal’s Manic Monday en referencia a la popular canción ochentera de The Bangles.

Obra de los noveles Nexus Game Studios, esta desarrolladora española indie y pequeñita se ha liado la manta a la cabeza, echándole más de 4 años a la visión que desde un principio tenían en mente. Y en vez de adscribirse a la vertiente más moderna y menos tradicional de la Aventura Gráfica, la que autores como David Cage y empresas como Telltale escogen para sus obras, Nexus bucea en el género y se va a lo tradicional. Pero a lo tradicional, tradicional, al Point & Click y a la dificultad de puzles sin guías de cómo resolverlo y un inventario gigante lleno de cosas absurdas que intentar combinar por desesperación. Así que vamos ya de lleno a adentrarnos en este lunes maniático, aunque hoy sea martes.

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Meet Randal
*¡Hicks!*

Y es que antes de entrar en situación y explicar el por qué de la historia tenemos que presentaros a su protagonista, el amigo Randal, alguien del que así, en plan suave, podríamos describirlo cariñosamente como un sociópata, un cleptómano, mísero y rastrero ser humano, friki de grado 50 y… un cabronazo, pero así con todas sus letras. Porque este tío es así, amigo tuyo desde el colegio hasta la tumba, pero como le des la mano se te coge el brazo, el otro brazo y media pierna. Todo comienza cuando Randal está bebiendo con sus amigos Matt y Sally, que están prometidos y se van a casar. Matt le enseña a Randal el anillo de boda, quizás la joya más valiosa que ha visto la Humanidad y que sólo le costó un Dorito. Después de ponerse ciegos hasta el punto de regar el callejón de vómitos, el anillo termina en manos de Randal, quien por una serie de circunstancias, y por ser el sinvergüenza de mente rápida que es, lo empeña. Pero este no es más que el punto de partida de una trama que no tenéis idea de cómo terminará.

Y hasta aquí debería contarse, ya que revelar más es hacerle un flaco favor a sus guionistas. Lo que sí podemos contar es que el ‘pobre’ Randal se verá inmerso en una revisitación constante del mismo día una y otra vez, notándose claramente la influencia de esa obra maestra de la comedia que es Atrapado en el Tiempo/Groundhog Day, del tristemente fallecido Harold Ramis y en la que Bill Murray debe vivir el día de la marmota una y otra y otra vez. Esto, y la idea de cambiar la realidad en la que nos movemos mientras a la vez intentamos cambiar lo sucedido da pie a que los guionistas nos lleven por un delirante viaje de referencias geeks constantes, drama en más o menos medida, humor ácido y acciones políticamente igual de ‘correctas’ que South Park o Padre de Familia en ocasiones. De hecho alterar lo sucedido es nuestra misión, pero cuidado donde tocamos, porque el escenario que visitaremos más adelante será fruto de lo que alteremos en el que estemos en ese momento en un toque genial de relación causa-efecto, igualita que la de Regreso al Futuro y el Almanaque Deportivo.

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Debemos hacer hincapié en un componente muy importante como es la vastísima cantidad de referencias populares constantes, o dicho de una manera más simple: Su enorme parte friki, o geek/nerd usando términos americanos. Nada más empezar, la voz en español de Gandalf en el Señor de los Anillos empieza a recitar con ese mismo tono frases sacadas de Los Simpson y menciones a gafapastas. Y las referencias empiezan bien rápido –ese cartel Duff en el exterior del bar. Porque señores, este juego tiene referencias frikis/geeks/nerds a tutiplén, en una demostración de cultura popular actual y clásica de los 80-90 con la que muchos nos sentiremos identificados.

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Todo aquel que pille los guiños constantes se lo pasará en grande con ellos reconociendo al Polybius, el casco de Anakin Skywalker o el I Want to Believe de Fox Mulder rehecho con los Space Invaders por mencionar un 1% de todo lo que se nos va a soltar en pantalla, escenarios y diálogos –kudos a quien encuentre el DeLorean. Aunque hay que reconocer que en ocasiones se les ha ido la mano llenando constantemente fondos de escenario o diálogos con ellos –Vale que un psiquiatra tenga en su consulta Maniac Mansion, pero el icono de Quake sí que no le pega, por más que esto sea una suspensión de la credibilidad constante. El juego referencial es genial, pero a veces parece forzado, como metido a calzador, y entonces sí que pierde su efectividad, aunque la mayoría de las veces nos tendrá sonriendo cuando descubramos algo bien geek en una parte concreta del escenario o en una línea de diálogo.

Piedra, Papel, Tijera,
Chewbacca, Spock

Hablando de los diálogos, Randal’s Monday tiene una buena historia, pero tiene mejores diálogos. Bien escritos, descacharrantes y bestias en algunas ocasiones, e hilarantes en otras, es un placer ir con Randal, una ‘joya’ del género humano, y poder darnos el gustazo de conversar con una camarera bien fea que nos ha echado el ojo, y escoger a su insinuación tres respuestas a cual más bestia y descojonante para ‘trollearla’ bien (la del Alien es de esas que deberían imprimirse en camisetas). Aquí debemos pararnos un momento y hacer notar la influencia de su otra referencia directa: Clerks, la mítica cinta del frikazo por excelencia de Kevin Smith, director de Mallrats y creador de ese binomio cómico que es Jay y Bob el Silencioso –de hecho él mismo es Silent Bob.

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De hecho, por momentos este juego parece hecho por el grupo que conocimos en Clerks, siendo ya el remate que Jeff Anderson, el mismo protagonista de aquella cinta, le ponga la voz a Randal y hasta le meta mano al guión –que se nota-, y su colega Jason Mewes, el Jay del dueto Jay y Silent Bob, aporte su voz y capacidad de rapear a otro personaje. La única pega es que las conversaciones se suelen dilatar en exceso, con demasiadas líneas a veces intentando mantener el chiste o la situación y que en ocasiones no funcionan y se limitan al sarcasmo por el sarcasmo en Randal, por lo que un pequeño corte aquí y allá en algunos diálogos del guión no habría venido mal. Y kudos al desarrollo de personajes, puesto que algunos secundarios son de lo mejorcito que el juego brinda durante su generosa duración, de alrededor de 10 horas, aunque puede ser mucho mayor si nos atascamos y no queremos consultar la ayuda .

Pero toca hablar del que es el punto más delicado de todo el juego, el que provocará división de opiniones y a la vez conforma la esencia: Los puzles. En Nexus han querido rendirle homenaje a esas aventuras de los 90 de LucasArts y Cia en la que no nos daban nada hecho. Estamos ante un esquema Point & Click clásico, aunque al inicio se nos deja elegir si queremos optar por el tradicional doble click, o por el más actual de un solo click al botón del ratón para abrir los comandos. También podemos optar por jugarlo con un mando de control, aunque por supuesto es mucho más cómodo manejar el puntero con el ratón y no con el stick. Contamos con pistas en los diálogos, un sistema para marcar los puntos del escenario con los que interactuar, y otro de pistas que casi da la solución entera, y al que más de uno acudirá, arrepintiéndose, pero acudirá acuciado en los tramos de mayor dificultad.

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“Los tiempos del Grog eran los mejores…”

Randal’s Monday se presenta directamente como un juego poco accesible para aventureros noveles, y sí adecuado para otros con más tablas y experiencia. Tenemos desde el principio pruebas que nos retan a la lógica, aunque también un poco a la imaginación. Después tenemos algunos puzles mucho más complicados, de esos que brindan la sonrisa de satisfacción al sacar su clave y aprender su lógica, tan bien planteados como imaginativos en su punto justo de exigencia, alta pero no imposible. Y por último tenemos unos pocos que son de dificultad máxima, de la escuela Monkey Island del plátano en el metrónomo.

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Son pocos, que requieren darle una vuelta a nuestra lógica e intentar pensar con la lógica de Randal y Nexus. Y algunos con demasiados pasos intermedios para lograr un fin que no debería ser tan dificultoso, dando la sensación de querer complicar un objetivo encadenando acciones que a la postre parecen eso, rebuscadas e innecesarias. Vale que construir un sable láser debe ser una tarea difícil, pero cotillear los registros de un prestamista exige de una serie de acciones intermedias que nos tienen haciendo un backtracking demasiado amplio por todos los escenarios que hemos visto, volviendo al viejo hábito de combinar objetos y probarlos hasta dar con la solución para eso, para cotillear un registro. La idea del puzle es buena, y el objetivo se nos presenta claro aunque no directamente, a la vista pero sin estar señalado ni brillando de la manera más descarada posible, pero es en la solución, por más divertido y mala leche que sea eso de envenenar palomas- para dar con ello en donde la experiencia se resiente por tantas acciones encadenadas requeridas, sobre todo cuando el objetivo es bien sencillo y tampoco nos va a aportar mucho.

Como decimos no son muchos, pero sí bastantes como para frustrar a una parte de los usuarios y que recurra al sistema de pistas que prácticamente nos lo resuelve entero, y al ensayo y error tras probar con todo lo que se le ocurre y no sacar nada. Nos encanta que nos reten, y si es al viejo estilo rollo Monkey Island o MundoDisco con soluciones cuanto menos absurdas más aún, pero en este caso son unos pocos puzles complicados en exceso que provocan que el equilibrio jugable no sea uniforme del todo, sumando unos picos de dificultad altísimos.

A nivel visual, cualquiera que haya jugado al Deponia de Daedalic le notará semejanzas, ya que Randal’s Monday usa un estilo artístico similar imitando al Flash, aunque a diferencia de Rufus y Cia, la animación de Nexus está más elaborada y resulta más orgánica, dando más realismo a las acciones que los personajes y/o NPCs realizan. Gráficamente, sus 2D entran por los ojos por la cantidad de detalles a descubrir en cada escenario del juego, en el que siempre habrá algo referencial en primer plano o incrustado al fondo, y no pide tampoco muchos recursos para moverlo a pantalla completa con total fluidez y sin bajones.

Pero es a nivel sonoro donde hay que contar tanto como si hablásemos de la historia o de los puzles. En su V.O., Randal’s Monday es una joya para los fans de Kevin Smith, Clerks y demás, ya que Jeff Anderson y Jason Mewes lideran un reparto en el que suena hasta la voz de Geralt De Rivia, y todo el reparto brilla en su ejecución. Pero en su versión en castellano, Daedalic ha tirado el edificio entero por la ventana y nos ha regalado una localización de esas que FX Interactive firmaría sin duda. A la altura de la de Deponia, Randal habla con la voz de Leonardo DiCaprio –cuando está borracho es buenísimo-, su amigo Matt es Sheldon Cooper –aunque modificando un poco el registro-, y la prometida de este es Penny, o sea, las voces de los dobladores de The Big Bang Theory.

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Por el camino escuchamos también al actual doblador de Los Simpson como el casero ‘macarroni’ de Randal, a la voz de Gandalf en el Señor de los Anillos, o a Ramón Langa, que encima hace un papel en el que es imposible no imaginarse a Bruce Willis gritándonos desde la pantalla en plan militar. Sin duda desde ya un serio candidato a Doblaje del Año, y un placer ya sea en inglés o en español. Y eso sin olvidar una BSO que juega con guitarras eléctricas, baterías y bajos rockeros para crear un ritmo de texturas que casan con la localización urbana del juego. No se a vosotros, pero a nosotros nos ha dado cierto y agradable Déjà Vu al enorme Silent Hill 2 de Akira Yamaoka en algunos temas.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.