R-Type Final 3 Evolved: ¿un matamarcianos para la nueva generación? sí y funciona a las mil maravillas

Aunque lo hagan con la boca pequeña, cada uno de los juegos de navecitas de los últimos dos años ha contado la historia a su manera. De los que más nos han gustado, tanto Drainus como la obra maestra que es Neverawake nos muestran un género en cierto proceso de cambio. Una evolución controlada para acercarse a un público más grande, dentro de un hecho que no por ello es menos incontestable: este género es de nicho, y tampoco pasa nada por ello.

Paralelamente a esta escena indie japonesa, hace ya un par de años que un proyecto tan idealista como emocionante llegaba a las consolas de la generación anterior. R-Type Final 2 fue algo muy goloso para los que amamos este género, ya que suponía nada menos que el inesperado regreso de una de las grandes sagas históricas que volvía, sorpresa, de la mano de las mismas personas que la hicieron tan grande. Con el legendario Kazuma Kujo a la cabeza, el hasta ahora último episodio de R-Type pasa por ser –y así lo comentamos entonces– puro fan service para quienes aún rezan a los dioses del arcade. Un videojuego actual en su factura técnica que, pese a todo, se sentía totalmente retro en su planteamiento, sin concesión alguna a nada que no consistiese en revivir las emociones de sus ancestros. Unos precursores, no se nos olvide, que vivieron su esplendor el siglo pasado.

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Un shmup por temporadas

Ya a su salida se sabía que R-Type Final 2 iba a intentar mantenerse unos cuantos años en el mercado. Parece ser que Kazuma Kujo tenía en mente lanzar un shmup que todos pudiésemos disfrutar durante mucho tiempo, así que se afanó en adaptar al género el modelo de temporadas, ampliando el juego base con un montón de niveles adicionales que lo han convertido, a fecha de hoy, en un animal totalmente distinto por puro tamaño. A base de homenajear niveles clásicos de la saga –a los que siempre se incorporaba algún grado más de refinamiento– los más de veinte niveles añadidos a un título que se basa precisamente en el diseño y memorización de sus fases ­lo convierten, probablemente, en el shmup más masivo del momento. Aunque hay bastante que decir de la política comercial que se ha seguido en todo este tema, y lo haremos a su debido tiempo.

La cuestión es que ahora recibimos una nueva versión de R-Type Final a la que se le ha colocado el 3 detrás, pasando a ser exclusivo de PlayStation 5 por el camino. A primera vista es algo muy bueno, ya que el salto a Unreal Engine 5 y los refinamientos aplicados tras muchos meses de trabajo saltan rápido a la vista. Aunque aún se percibe alguna imperfección aquí y allá, algún que otro enemigo menos inspirado que la media o cierto bajón ocasional del rendimiento, lo cierto es que esta versión nos deja mucho más que satisfechos a nivel visual, con momentos de verdadero impacto a nivel técnico. También hay que hablar de los efectos de iluminación y partículas, a los que ha sentado de maravilla este aumento en la resolución a lo largo de las dos campañas que tenemos disponibles. Y precisamente al hablar de esta disponibilidad de contenido es donde pensamos que este juego pierde la ocasión de convertirse en el R-Type definitivo.

El nuevo R-Type Final 3 Evolved viene armado con la campaña original de su antecesor y una nueva serie de siete niveles exclusivos de esta versión, diseñados por el propio Kazuma Kujo. Habiéndolos disfrutado a fondo en tres de los niveles de dificultad, nos ha parecido que son dignos herederos de la saga de la que vienen, sin necesidad de correr grandes riesgos para cumplir a los mandos. El primero –con una ambientación que nos ha recordado mucho a Darius– puede ser el menos inspirado, pero resulta una fantástica introducción hasta llegar a unas fases finales majestuosas. Un diseño de niveles con mucho que contar: desde unos engranajes a los que hay que disparar en su núcleo a unos remolinos que atraen nuestra nave a una destrucción segura, para soltar toda la tensión en un último nivel que juega con ese gusto japonés por la solemnidad, con una música vocal convierte la experiencia de R-Type en algo diferente.

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El problema de R-Type Final 3 Evolved es lo mucho que cuesta separar lo bien que se ve y se juega, que es mucho, de otras cuestiones llamativas. Estos años han servido al estudio para darse cuenta de que no podía seguir ignorando que los shmups tienen que hacerse más accesibles sin olvidar a sus jugones tradicionales. Poco a poco se han introducido mejoras para modificar la dificultad y adaptarla a casi todos los grados de habilidad del jugador. Podemos toquetear muchas opciones, con modificaciones que incluso nos permiten comprar un ticket -con dinero del juego- que sirve para no perder el armamento al caer, saltándose de facto el gran santo y seña de la saga: esa penalización brutal por perder una vida que nos obliga a memorizar los niveles o pasarlas canutas un buen rato. Se ha limitado su uso con un precio más bien alto, pero el principal sinsabor no viene por ahí ya que las nuevas opciones de dificultad nos han parecido muy bien pensadas. La cuestión tiene que ver más bien con el contenido que tenemos disponible en esta nueva evolución para R-Type.

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Vr, metaverso, juegos bidimensionales

Quien se decida a dar una oportunidad al juego en estas nuevas circunstancias debe tener claro que ni el online ni los pinitos con la VR son -ni serán- la estrella del paquete. Lo que va encontrar está muy bien para quien venga de nuevas, pero nos parece poco contenido si tenemos en cuenta que hablamos de un juego del que podemos importar los datos de guardado de la versión anterior. El aumento técnico y de resolución está ahí para convencer a los seguidores más acérrimos del género, pero la cuestión es que R-Type Final 2 se ha hecho muy grande tras su lanzamiento mediante esos DLC de los que hablábamos al comienzo. Se nos hace complicado dejar de pensar que este relanzamiento mejorado -porque eso es lo que tenemos delante- podría haber sido mucho mas generoso en contenido, dejándonos un regusto amargo: la sensación de que la edición definitiva aún está por venir.

Nadie debe llevarse a engaño por lo que cuento. Por más que podamos echar contenido en falta, la realidad es que tampoco nos parece suficiente pega para olvidar que R-Type Final 3 Evolved es la versión mejorada y ampliada de un juego que nos gustó mucho hace dos años. Uno que además ha sabido hacerse algo más accesible sin dejar de proponernos una experiencia radical, de esas que nos harán sudar la gota gorda hasta para superarla en nivel normal, pero no llega nunca a plantearnos un checkpoint imposible. R-Type Final 3 Evolved es un gran shmup actual, aunque compararlo con unos cuantos indies japoneses con nombres menos sonoros es meterse en camisa de once varas.Y es que la batalla actual del género no es por la supervivencia o la supremacía entre sus sagas más sagradas, sino más bien entre estudios independientes que aún hoy se inventan cosas nuevas con un acierto a veces increíble. No es esa la mejor arma de lo nuevo de Granzella que no deja de ser otro estudio independiente japonés, que ha atinado sin embargo a la hora de apelar al corazón de los forofos acercándose un poco más a los novatos.

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