Peaky Blinders: Mastermind, análisis Steam

La familia Shelby se vuelve a poner manos a la obra, esta vez, en un videojuego con Peaky Blinders: Mastermind. La encargada de diseñar la Birmingham de los años 20 es FuturLab y quiere que experimentemos de una forma muy original los planes de los Peaky Blinders. Acompañadnos en las siguientes líneas y adentrémonos juntos a Small Heath antes de los sucesos de la primera temporada para descubrir qué traman de nuevo los Shelby. By order of the Peaky Blinders.

¿Peaky Blinders?

Seremos directos. Peaky Blinders: Mastermind no es fiel a la popular serie de Netflix hasta el punto de que no gustará a sus fans. Los diálogos entre la familia Shelby poco o nada tienen que ver con el carácter creado por Steven Knight. Arthur tiene las cosas claras y hasta es capaz de organizar alguna misión, Ada es cara visible y participativa de los planes o Finn (antes de dar el estirón) amenaza y actúa como si tuviera 20 años más.

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Todo esto nos aleja de la experiencia que uno pretende encontrar después de ver la serie en la que se inspira. Si bien es cierto que a medida que avanzamos ya vemos con claridad una situación similar a la que pudiéramos ver en la serie, la estructura general del juego va en sentido contrario.

La historia es muy simple con unos diálogos terribles y mal escritos. No hay interés por ella y tampoco nos dan motivos para ello. La idea es parar la creciente amenaza de “los chinos” en el bien recreado barrio de Small Heath. Por suerte, las acuarelas que acompañan toda la historia son preciosas y es una lástima que no vaya en consonancia a lo que lees en los cuadros de diálogo.

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Malas decisiones

Por otro lado, las mecánicas de Peaky Blinders: Mastermind no son las propias de los Shelby. Ahora, la familia más influyente de Birmingham y que amedrenta y soborna a todo aquel que se interpone en su camino, decide que lo más apropiado es actuar en sigilo para efectuar su plan. Precisamente la última opción que usarían los Shelby.

Lo primero que piensas al jugar a un juego de Peaky Blinders es precisamente eso, un juego basado en la serie, pero a veces se quedan a medias recreando las personalidades y otras se pasan. Nos horroriza ver a un Finn de apenas 8 años infiltrándose en la guarida del enemigo o ver a la siempre discreta Ada pasearse por los tejados.

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No obstante, y si obviamos que es un juego de Peaky Blinders (algo bastante complicado), acabamos encontrando un juego con mecánicas curiosas y bien ejecutadas como el control del tiempo y la combinación de los personajes.

Puzles en família

La particularidad que hace más especial a Peaky Blinders: Mastermind es, sin duda alguna, el manejo del tiempo. Podremos avanzar, retroceder y parar el tiempo para planificar nuestra estrategia y resolver los puzles que nos propone FuturLab. Al principio es algo básico, pero a medida que avanzamos vemos la complejidad que esconde cuando podemos controlar más personajes.

La mecánica del control del tiempo no es solo para evitar que un guardia te pille, sino que su función principal es la de controlar varios personajes a la vez. Es decir, tu juegas y recorres el camino con Thomas Shelby para luego retroceder el tiempo y hacer lo propio con cualquier otro miembro de la familia mientras Thomas recorre lo que has hecho tu anteriormente.

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Es una forma extraña de controlar a varios personajes a la vez pero que acaba funcionando muy bien. La idea de Peaky Blinders: Mastermind es que aprovechemos las habilidades de cada uno para desbloquear el camino a otro, ya sea pegando a unos guardias con John y Arthur o distrayendo a un guardia con Ada.

Cooperando con uno mismo

Lo que más nos impacta de todo esto es que aunque controlamos a la família entera en algunas misiones, en ningún momento nos llegamos a abrumar o sentir agobio, al contrario, teníamos el control absoluto de todo. Es muy gratificante ver como todos tus personajes siguen el camino que tú has controlado anteriormente y observar como encajan todas las piezas de los puzles que nos encotramos.

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Por ejemplo, podemos hacer que Thomas y John activen una palanca para que Arthur destruya una puerta y Polly soborne a un guardia mientras Ada distrae al otro para que no la pille. Todas estas acciones a la vez y controlándolas una a una por nosotros mismos retrocediendo y avanzando el tiempo.

Y todo esto sin abrumarnos ni un pelo gracias a la curva de dificultad que crece durante sus 4 horas de duración, añadiendo mecánicas poco a poco e introduciendo personajes para acostumbrarnos a ellos. También cabe decir que tuvimos ciertos bajones de FPS y la dificultad no es demasiado alta, ya que el único hándicap es el tiempo con el que debemos completar las misiones.

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Estas 10 misiones son rejugables y nos animan a ello para conseguir el oro en todas ellas, lo cual es un reto importante, ya que el tiempo mínimo para conseguirlo está muy cerca de la perfección de no perder tiempo, algo difícil si te entretienes a buscar los relojes esparcidos por el escenario.