Osu! Tatakae! Ouendan! 2, Impresiones

La continuación del título más importado del catálogo de DS no se ha hecho esperar: Osu! Tatakae! Ôendan! regresa cargado de todo el carisma que encumbró a a la entrega original y todo un repertorio nuevo de canciones.

Pocos juegos pueden jactarse de haber triunfado en todo el mundo sin haber traspasado las fronteras de su país de origen. El lanzamiento del Ôendan original enamoró a miles de jugadores por su divertido y sencillo planteamiento: seguir el ritmo de una clásica banda de animadores japonesa que trataba de alentar con sus bailes a toda clase de gente en apuros.

Nada ha cambiado del concepto original: volvemos a controlar a nuestro trío favorito, cuyos integrantes varían en función del nivel de dificultad que escojamos de entre los cuatro existentes, y les hacemos coordinar movimientos punteando la pantalla táctil e interactuando con sus elementos más característicos. Una vez más habrá que seguir el ritmo de la música a través de un orden numérico, es decir, tocando las cifras de menor a mayor que van apareciendo en pantalla cada vez que estas se iluminen (o en su defecto, punteando el círculo que las contiene cada vez que quede solapado por una circunferencia exterior, la cual va menguando de tamaño cada vez más) y cómo no, desplazando la familiar pelota de playa y haciendo girar un plato lo más rápidamente posible cada vez que la ocasión lo requiera.

¿Qué ha cambiado, pues? Cuando salió al mercado la entrega original, el único pero que se le podía achacar era su rácano número de canciones. Si bien Ôendan es uno de los títulos portátiles más rejugables de todos los tiempos, dados sus variados niveles de dificultad, 15 canciones o fases no podían considerarse como suficientes para tenernos engachados de por vida, precisamente. Con este título se añaden 3 más al repertorio, aunque todas ellas han de desbloquearse en niveles bastante avanzados.

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Las tres canciones adicionales no es el único elemento heredado de la versión americana del Ôendan, el Elite Beat Agents. En Ôendan 2 se nos va asignando una categoría que va subiendo de rango conforme vayamos acumulando puntos en las distintas fases del juego. Además, el último nivel está dividido en 2 etapas, de manera que podremos relajar la mano gracias a un largo intermedio en donde se nos vuelve ofrecer un épico vídeo de larguísima duración. Esta última fase cuenta con cambio de canción después del intermedio, por lo que habrá que estar más atentos que nunca para adaptarnos sin problemas al nuevo ritmo.

La aparición de este grupo, de hecho, ha motivado el cambio de nombre de la obra cumbre de iNiS. Atención, que el nuevo título se las trae: Moero! Nekketsu Rizumu Tamashii Oshu! Tatakae! Ôendan!, o para que nos entendamos, 'Pon a cien ese espíritu que tienes, que arde con la pasión del ritmo. ¡Aquí estamos, a por ellos! ¡Ôendan!'. Como podemos comprobar la traducción tampoco es más breve que el original y además pierde fuerza por todos los lados.

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Volviendo al nuevo grupo de animadores que justifica este demencial cambio de nombre, sus integrantes van ataviados de azul en contraste con el negro del equipo original, y cumplen más las funciones de apoyo que de competencia. La ciudad por la que se reparten las diferentes misiones está dividida en dos áreas, cada una a un lado del río que atraviesa el mapeado: el barrio del sol vespertino, cuyos habitantes siguen confiando en la ayuda del trío original, y el barrio del sol matutino, cuya tranquilidad está en manos del nuevo Ôendan. 

El mapeado presenta un mejor aspecto que el de la primera versión, y los personajes que solicitan nuestra ayuda están representados sobre su superfície por medio de sprites de tamaño enorme. De este modo no nos costará nada encontrarlos al desplazar libremente el escenario con el stylus, y cada vez que completemos con éxito su misión enarbolarán una bandera para avisarnos de que, en principio, ya no requieren nuestros bailoteos.

¿En que clase de problemas se verán involucrados los sufridos habitantes de ambos distritos? Por supuesto que habrá misiones más divertidas que otras, pero la animación que se irá mostrando en la pantalla superior seguirá siendo en cualquier caso igual de surrealista y divertida que la que ofrecieron los cortes del Ôendan original. La primera llamada de auxilio a la que respondemos nos lleva al hogar de un joven que acaba de terminar sus estudios universitarios, precisamente, el mismo personaje al que ayudábamos a superar su examen en el primer juego. Ninguna de las empresas que ha visitado le ha dado una oportunidad, y sólo le queda un cartucho por quemar, una última entrevista. A partir de aquí participaremos en todo tipo de misiones absurdas, como la de ayudar a un mono de peluche a regresar a su casa después de haber terminado por error en el camión de la basura, u otra en la que hemos de ayudar a un comerciante con exceso de mercancía a vender zapatos a extraterrestres en distintos planetas.

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Para variar, en esta entrega el modo multijugador vuelve a rozar los límites del escándalo de lo divertido que es. Las fases de este modo son exclusivas, pero no las canciones. Podrán participar hasta un máximo de 4 jugadores y se podrá disfrutar de este modo con un único cartucho, aunque el número de misiones se verá reducido. En ellas deberemos conseguir reunir más energía que el rival por medio del encadenado perfecto de toques sobre la pantalla. Si lo hacemos bien dificultaremos al rival su progreso, ya que los números de su pantalla se mostrarán en tamaño diminuto o le temblará el fondo. Acumulando muchos puntos podemos desesperarle y hacerle perder fuelle, sirviéndole la derrota en bandeja de plata.

Pero no todo consiste en hacer enfadar a tus amigos a través del multijugador de Ôendan 2, también puedes cooperar con ellos superando de manera más sencilla las misiones más complicadas del modo individual. Para disfrutar de esta versión, sin embargo, es necesario contar con 2 cartuchos. La interacción quedará dividida entre los dos jugadores, alternándose cada vez que varíe el color de los elementos mostrados en la pantalla inferior.

Como último apunte, mencionar que esta segunda parte hace uso del accesorio Rumble Pack que añade vibración a la consola a través de un cartucho de GBA. Si bien no tiene incidencia sobre la jugabilidad y no aporta demasiado a la experiencia de juego, siempre es una curiosidad que quizá sea del agrado de mucho aficionados al juego. Recordar que este accesorio llegó a nuestro país incluido con Actionloop y retornará con Metroid Prime Pinball el próximo mes.

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En resumidas cuentas, Ôendan 2 aporta lo mínimo y apenas facilita las cosas a los menos hábiles con este tipo de juegos musicales, ya que conseguir las notas más altas al final de una canción y completar el modo animadora continúa siendo endiabladamente difícil. Intentar ver qué sucede en la pantalla superior mientras aporreamos la inferior vuelve a ser poco recomendable, a no ser que no os importe padecer trastornos visuales a posteriori. Pero todo esto da igual. La fórmula era demasiado buena y por una vez no nos importa en absoluto que ser repita. Queríamos más Ôendan y aquí lo tenemos. Es motivo de celebración que a nuestros queridos animadores aún les quede marcha en el cuerpo para rato. Eso sí, tened cuidado y que la adrenalina que soltéis haciéndoles bailar no deje vuestras pantallas táctiles para el arrastre.

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