Análisis de Neon Blood, un inmersivo título cyberpunk con aroma español

Actualmente los procesos de desarrollo de los grandes títulos se han alargado considerablemente. Sin embargo, los indies han llegado para demostrar que con apenas 3 personas se pueden conseguir títulos como el que vamos a analizar: Neon Blood. Los títulos más condensados y comedidos en su presupuesto es lo que marca el camino a seguir y es por ello que los indies suplen la espera entre grandes lanzamientos. Y con Neon Blood tenemos una espera muy gratificante.

Ambicioso, carismático y muy inmersivo

Con el aroma a jamón serrano, la burbujeante sidra y el pequeño pero exquisito sabor de una tapa llega Neon Blood. Este título desarrollado en España y retoño de los PlayStation Talents ofrece una estética y una apuesta artística muy peculiar. Combina pixelart para el diseño de los personajes y un escenario modelado en 3D que le sienta como anillo al dedo. Su perspectiva también es muy curiosa ya que nos recuerda a títulos como Unravel u Ori and the Blind Forest por esas capas de profundidad con las que presenta su ambientación cyberpunk.

Publicado por Meridiem Games y desarrollado por ChaoticBrain Studios, Neon Blood tiene la capacidad para atrapar rápidamente por sus detalles y una banda sonora con toques electrónicos. Axel, su protagonista, es un detective con pérdidas de memoria que deberá investigar una serie de asesinatos ligados a la guerra que hay entre Nilkicorp y Mecanolife. Estas dos corporaciones desarrolladoras de implantes que mejoran atributos humanos son competencia directa y harán todo lo posible para ganar esta guerra. Y nosotros tendremos mucho que ver en ello.

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Menos es más

Neon Blood es un título narrativo realmente. Los pocos puzzles que tienen son bastante sencillos, pero no creemos que sea su mayor problema. Algunos se alargan más de la cuenta haciéndonos dar rodeos innecesarios y que no guardan ningún tipo de misterio. Hay uno, por ejemplo, que tenemos que ir activando unos botones en un orden específico pero que es imposible hacerlo mal. Aprietas uno que te da acceso al siguiente y así hasta 6 veces en un puzle alargado artificialmente.

Su mayor problema en realidad es el combate por turnos porque es literalmente innecesario. Resta más que suma porque es muy anecdótico y a eso le sumamos que está mal hecho. Tienes comandos que no vas a usar nunca como el de hacer un ataque básico porque tienes una habilidad que te asegura un crítico al 100% sin coste alguno. El uso de objetos está bien planteado porque tienes que esperar ciertos turnos antes de poder usarlos, pero cuando ya han pasado esos turnos el enemigo probablemente ya esté muerto.

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De hecho, mientras avanzas en la historia de Neon Blood consigues otras habilidades que siguen sin servir para absolutamente nada hasta que desbloqueas la última. Esta habilidad quita mucho daño al enemigo a cambio de quitarte la vida a ti mismo (como el derribo de Pokémon). Es un buen planteamiento, pero es que encima evitas que tu enemigo te ataque, así que por mucho que te bajes la vida a ti mismo la suya baja más rápido. Como hemos dicho, es un combate que no aporta nada y preferimos mil veces más el quick time event de los enemigos finales que un sistema cargado de problemas.

El “lore” siempre presente

A medida que vamos avanzando en sus escenarios nos encontramos recortes de periódicos que nos ponen en contexto en esta guerra de implantes, los efectos secundarios de estos chips o el por qué de ciertos sucesos durante la historia. Neon Blood tiene una narrativa bastante lineal con personajes secundarios carismáticos y diálogos bien escritos. Aunque queremos hacer un inciso con la personalidad de Axel porque no para de lanzar insultos gratuitos para demostrar una frialdad que no le pega en absoluto. Es insultar por insultar, pero ni aporta ni demuestra nada sobre su personalidad.

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Neon Blood no deja de ser un título bastante previsible, pero no por ello pierdes interés por el cómo se van a desarrollar los acontecimientos. Visitar diferentes localizaciones o adentrarse en las alcantarillas de su ciudad para descubrir sus secretos es lo que motiva querer seguir descubriendo más y más. Es muy disfrutable seguir su historia y al ser tan corto lo podemos jugar en una o dos sesiones sin perder el hilo. No sobran los easter eggs referenciando otros títulos españoles como Blasphemous o Narita Boy.

Por último queremos mencionar su estilo artístico ya que nunca nos hubiéramos imaginado que casarían tan bien. Las animaciones son muy buenas (especialmente en los quick time events) y los personajes tienen un diseño muy apropiado a su ambientación. Todos los ciudadanos son diferentes y los de las alcantarillas nos han fascinado. Pero donde realmente nos ha sorprendido son en ese par o tres de cinemáticas muy bien animadas que nos han encantado y recordado a otras animaciones como la del anuncio del DLC del primer Blasphemous.

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