NBA Playgrounds
- PlataformaPS47NSW7PC7XBO7
- GéneroDeportes
- DesarrolladorSaber Interactive
- Lanzamiento09/05/2017
- TextoEspañol
- VocesInglés
- EditorMad Dog Games
NBA Playgrounds, análisis
El 'showtime' más gamberro: básket callejero de dos contra dos con potenciadores y mucho espectáculo.
NBA Playgrounds es de esos juegos descargables que se miraba con cierto interés en estas últimas semanas. El primer tráiler que apareció del título invitaba a recordar juegos deportivos de corte arcade, como el mítico NBA Jam y el hecho de tener la licencia de la gran liga norteamericana también apuntaba a buenas maneras. Finalmente, Saber Interactive publicó esta semana en PC, Playstation 4, Xbox One y Switch este dos contra dos callejero, desenfadado y sencillo título que ofrece nada más y nada menos que aquello que esperábamos, aunque se quede corto en ambición y mecánicas. It’s Showtime.
La propuesta de NBA Playgrounds queda clara desde el primer momento. Una vez arrancas el juego abres unos sobres de los que salen algunos jugadores para poder utilizar. Éstos tienen distintas categorías, pueden ser en activo o pueden ser algunas leyendas, y conformamos un equipo con la pareja que mejor nos siente mirando de reojo las estadísticas que tienen. Decimos de reojo porque no son especialmente decisivas. Hecho esto –los sobres se consiguen ganando torneos y subiendo de nivel, sin micropagos- empezamos por la exhibición, el único modo desbloqueado de inicio.
Allí es donde se enseñan las bases del título. A lo largo de partidos de pocos minutos nos enfrentamos en partidas dos contra dos con unas normas un tanto peculiares. Los controles se reparten en tiros, pases, mates, alley-oops, dar codazos para proteger el balón, pedir un bloqueo y el sprint. En defensa podemos intentar robar, empujar, hacer tapones y correr. Con este elenco de mecánicas quedan claras dos cosas: no tenemos árbitro, por lo que los golpes y las faltas están a la orden del día; y se potencia mucho el espectáculo. Los mates son los auténticos protagonistas del juego.
Tal y como se puede desprender de su apartado visual –jugadores cabezones- estamos ante un arcade de básquet que busca divertir de manera espectacular y sin demasiada profundidad. Los mates se generan con saltos imposibles, los Alley-oops se marcan con un slow-time y los dribblings y fintas –con stick derecho- hacen movimientos veloces, casi imposibles en la vida real. Es importante recalcar que siendo los mates uno de los elementos estrella del juego, no son ejecutables de manera automática. Me explico: cuando iniciamos la acción del mate tenemos que dejar de pulsar el botón de tiro en el momento justo; si no se hace así, el balón no entrará en el aro. Es algo que se agradece, ya que exige al jugador que además tiene que controlar los tapones y golpes de los defensas para impedirlo. Pasa lo mismo con los alley-oops, si no calculamos bien cuando pasar el balón en el momento justo del salto del compañero, fallaremos.
Por el contrario, hay otras mecánicas que no funcionan tan bien. Una es la de los triples, excesivamente sencillos de anotar cuando no es un tipo de juego –el básquet callejero- que se preste tanto a ello. El otro son los tapones y los rebotes. Hay ciertas imprecisiones en esa mecánica que hace que muchas veces sea complicado ir al rebote, ya que saltamos y nos movemos hacía el balón pero no acertamos del todo. Esto se nota cuando vamos hacia el aro, el balón sale despedido y vemos que el control no es del todo precios al intentar acertar hacia donde cae el balón. Al menos a la IA enemiga en solitario le acostumbra a pasar.
A todo esto se añaden algunos elementos que vale la pena tener en cuenta. Tenemos una barra de espectacularidad que se rellena haciendo acciones, y una vez a tope, permite tener potenciadores de todo tipo. Tiros eléctricos que no fallan, puntuación doble en mates, boost de velocidad, recortar los segundos de tiro del rival, tiros con multiplicadores desde cualquier lugar, etc. Es un poco complicado entender el funcionamiento de esta barra, que a veces se vacía sin motivo aparente (rellenar se rellena con bloqueos, alley-oops, robos, etc.), pero la mecánica en sí aporta intensidad: nos obliga a gestionar rápido los ataques para usar los power-up antes de que se acaben. A todo esto no faltan otras opciones como los puntos extras para anotar primeros en un partido o los tiros perfectos (de tres y mates) que nos dan más puntos por hacerlo, aunque tienen un timing muy exigente.
Las partidas transcurren con solidez sin demasiados alardes. Sobre todo contra la CPU, la sensación que nos queda es que hay algo de trampa. Tenemos un modo torneo donde vamos a distintas pistas, ganamos partidos eliminatorios y llegamos a la final. Podemos pasearnos ganando fácilmente y de golpe, en una final, nos encontramos rivales que no fallan ni un solo tiro, estén o no libres o les taponemos ‘in your face’. No deja la sensación que hay una IA que progresa en dificultad sino que, simplemente, abusa en algunos momentos de un porcentaje de acierto irreal. A medida que avanzamos en el juego vamos desbloqueando jugadores, hay más de 150, además de potenciadores y nuevas canchas de juego.
Un online con margen de mejora
Uno de los ganchos más importantes que tiene NBA Playgrounds para convencer es su multijugador. A nivel local nos encontramos con una propuesta que permite disfrutar de partidas de hasta cuatro jugadores, dos por equipo. Es la mejor manera de divertirse con el juego, ya que el control de ambos jugadores en solitario a veces no permite tapar ni defender como nos gustaría. El problema llega en el modo online: ahí resulta que de momento solo podemos hacer partidas de uno contra uno, y de momento no se cuenta con opción de invitar a amigos. Algo que eso sí está previsto que se añada pronto, según Saber Interactive. El sistema de juego online tiene sus marcadores donde vamos subiendo a medida que vamos jugando y ganando.
Falta un repaso en Switch
En este sentido, es importante recalcar que la versión de Switch llega con alguna limitación más. Probablemente porque se decidió el port más tarde, esta edición no cuenta con modo online aunque en el menú está la pestaña y se tiene que activar próximamente. Además, hay algunos elementos mejorables. Por ejemplo, el increíble zumbido de la vibración en ciertos momentos, algunos de ellos sin venir a cuento con la acción del partido, que también se está trabajando para mejorarlo. Lo que sí tiene Switch es la posibilidad de jugar en local con un joy-con para cada jugador, algo que facilita las partidas multijugador en la misma consola.
Tanto en Switch como en las otras plataformas, el gran atractivo de momento son las partidas locales. Si tenéis la oportunidad de jugar cuatro a la vez, la experiencia mejora y mucho. Sencillo de jugar –cualquiera puede empezar a dominarlo mínimamente- y con situaciones hilarantes desde el primer minuto.
A nivel audiovisual el juego cumple con su cometido. Animaciones convincentes, el estilo cabezón que encaja bien con jugadores que son fieles a la realidad y fácilmente reconocibles y algunos efectos especiales que funcionan de manera correcta. Destacar que la versión de Switch parece algo poco detallada en la portátil a nivel de resolución en comparación con otros títulos de la consola. Tanto los efectos especiales como la banda sonora -que tiene melodías inspiradas en las ciudades en las que están las canchas- acompaña sin más a las partidas.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.