
Metal Eden
- PlataformaPC7PS57XBS7
- GéneroAcción
- DesarrolladorReikon Games
- Lanzamiento02/09/2025
- TextoEspañol
- VocesInglés
- EditorPlaion
Review
Análisis de Metal Eden, un impactante regreso al shooter más salvaje
Los polacos Reikon Games, creadores de Ruiner, siguen apostando por la acción futurista, aunque esta vez con un frenético first person shooter al estilo Doom.
Doom marcó un antes y un después sobre cómo entender el first person shooter más salvaje allá por inicios de los 90, marcando el camino a seguir para muchos sucedáneos que tenían entre ceja y ceja repetir la fórmula con mayor o menor acierto; hasta nuestros días. Ahora, los polacos Reikon Games, creadores del interesante Ruiner de 2017, regresan una vez más a la acción y la ciencia ficción, esta vez, dejando de lado el shooter isométrico de doble stick para abrazar sin concesiones el shooter en primera persona más frenético con Metal Eden, su nuevo videojuego para PC, PS5 y Xbox Series, título que bebe de la fórmula Doom más clásica y lo mezcla con propuestas más recientes como los Ghostrunner de los también polacos One More Level, bajo una estética ciberpunk muy similar. Veamos en nuestro análisis si Metal Eden logra hacerse un hueco entre los amantes de la acción directa más frenética.
¿El edén ciberpunk prometido?
La franquicia Doom regresaba este año con su visión más disruptiva gracias a Doom: The Dark Ages, un fps que abraza los niveles más abiertos junto con mecánicas de combate más cuerpo a cuerpo, no sin dejar de lado los siempre brutales disparos con las armas más pasadas de vueltas. Sin ser del completo agrado de los fans más tradicionales, la llegada de Metal Eden se percibía como un regreso a los orígenes del shooter más frenético bajo la tan de moda estética ciberpunk, algo que se ha logrado a medias. A su favor cuenta con las buenas maneras que ya demostraron sus creadores con su anterior título, además de ofrecer una jugabilidad bastante refinada entre los shooters de este tipo, totalmente enfocada al arcade, la movilidad y la acción sin descanso, solo levemente apaciguada por tramos más enfocados a las plataforma con algo de exploración junto con niveles más abiertos, en los que no llega a convencer al presentar una mecánica un tanto descontextualizada; pero eso lo veremos más adelante.
Metal Eden, a través de su modo campaña –el único disponible–, nos cuenta una historia dividida en diferentes capítulos, algo que se agradece a pesar de que su apuesta narrativa se pierde mediante la voz de un personaje que se mete en nuestra cabeza, todo ello mientras entramos en acción, a lo que debemos sumar el audio en inglés con subtítulos –algo pequeños– que se pierde irremediablemente si no queremos morir por prestar atención. Sea como fuere, la trama se siente algo genérica incluso en un mundo bastante atractivo a la vista, con un diseño de lo más espectacular y vistoso. En mitad de todo este embrollo en el que se dan la mano transhumanismo y supervivencia de la especie humana, somos Aska, una androide especialmente diseñada para el combate y las incursiones más peligrosas.
Y sin entrar en muchos más detalles, una vez tenemos el briefing de nuestra misión llega el momento de pasar a la acción, sin más miramientos, centrando la atención en lo verdaderamente importante de Metal Eden: la jugabilidad pura y dura. A decir verdad, las sensaciones a los mandos, incluyendo el mando en consola, son muy gratificantes y rápidamente nos haremos con sus controles. Desde el dash al doble salto con leve suspensión en el aire, pasando por la opción de usar un gancho, el impacto cuerpo a cuerpo, caminar por las paredes, el tiempo bala o la posibilidad de arrancar los núcleos de los enemigos –con su propia recarga de habilidad– para devolverlos a modo de granadas explosivas o asimilarlos en nuestro cuerpo para dar un puñetazo devastador que anule las diferentes defensas del rival, descubriendo así sus puntos débiles, una mecánica totalmente original a la que tendremos que recurrir una y otra vez para salir airosos de las constantes refriegas. Por suerte, el elemento más importante de la propuesta de Metal Eden cumple a lo largo de toda la campaña y eso es capital en un videojuego de estas características.

A medida que avancemos en la aventura iremos desbloqueando nuevas armas, además de la posibilidad de mejorarlas gracias al polvo que iremos recogiendo por los niveles, lo que nos animará a explorar mínimamente espacios no muy amplios, aunque sí algo enrevesados. Todo ello como parte de los tramos que unen las diferentes arenas de combate en las que despachar enemigos a través de diferentes oleadas. Un total de ocho armas con sus propios disparos y funciones secundarias; de una pistola a un rifle automático de munición infinita –aunque con sistema de cool down–, pasando por una aparatosa escopeta o un cañón de plasma ideal para destrozar armaduras pesadas, entre otras. Todo ello hace que entremos en un bucle que nos anima a seguir explorando y mejorando constantemente para hacernos aún más letales ante los enemigos más fuertes, también gracias a un completo árbol de habilidades. Porque los hay; y muchos.
Llegados a este punto debemos mencionar la que es, seguramente, la vertiente menos inspirada del conjunto. Y es que en determinadas fases de diseño más abierto se nos anima a convertir nuestro exotraje en una especie de esfera al más puro estilo Metroid, todo ello para superar niveles mucho más amplios que a pie serían bastante más tediosos. Los objetivos cambian, obviamente, puesto que aparecen enemigos mucho más ágiles de gran tamaño, así como torres que disparan rayos láser que debemos esquivar rodando a toda velocidad. También tenemos armas a nuestro alcance en modo esférico, como rayos o misiles con fijación de blancos. Lo que más molesta de esta segunda vertiente de Metal Eden es que podemos alternar entre esfera y nuestra forma estándar pulsando el joystick, el mismo input que en la mayoría de shooters sirve para esprintar, por lo que nos transformaremos por error una y otra vez lastrando la experiencia general.

Mata, muere y revive otra vez
Más allá del propio contexto sci-fi del juego y las implicaciones de su guion respecto al transhumanismo y la verdadera identidad del ser humano desligada de un cuerpo físico –una trama que tiene cierta miga, algo que se agradece en un shooter tan arcade como Metal Eden–, la mecánica de morir y revivir será una constante a lo largo de toda la campaña. Estamos ante un juego verdaderamente desafiante, siempre y cuando optemos por los dos niveles de dificultad superiores; los dos niveles de dificultad de acceso (fácil y normal) son poco más que un paseo, abriendo de nuevo el debate sobre la necesidad de recurrir a un selector de dificultad para así tratar de paliar ciertas carencias a nivel de diseño. Sea como fuere, Metal Eden es muy deudor de los shooters de los 90, con un claro referente: Doom. Y es que incluso en las arenas de combate podremos recoger consumibles son su propio ciclo regenerativo para recuperar salud y armadura y recoger munición y potenciadores, entre otros. Una fórmula que juega sobre seguro pero que hemos visto una y mil veces en shooters similares.
La campaña es ciertamente algo corta, aunque ajustada a una experiencia de este tipo tan frenética; no nos durará más de ocho horas, menos si optamos por los niveles de dificultad más accesibles. Tampoco invita a la rejugabilidad, ya que no hay opción de NuevaPartida+ ni coleccionables destacables que recoger; en este sentido, un flaco favor a su propia propuesta por parte de sus creadores. A nivel audiovisual es bastante sugerente –la música electrónica y los impactos de armas se dejan notar constantemente– y en ciertos momentos llega a sorprender por su dirección artística, muy trabajada a nivel de escenarios, personajes y ambientación futurista. La acción es bastante fluida y podemos elegir entre los dos modos gráficos habituales; eso sí, en PS5 Pro en momentos de carga máxima rasca un poco en modo calidad, aunque por lo general se mantiene bastante estable a 60 fps. También hemos sufrido algunos movimientos bruscos y extraños en alguna que otra transición entre plataformas, aunque nada grave.

Conclusión
Metal Eden es un first person shooter al más puro estilo de los 90 de lo más disfrutable que no se esconde de sus evidentes referentes, con el clásico Doom a la cabeza. Desde su movilidad a su nivel de gore, pasando por los items que podemos recoger en plena batalla, a su variedad de enemigos y armas, es un auténtico frenesí visual de explosiones, sangre, disparos, rayos y partículas, con un nivel de desafío muy elevado en las dificultades más altas. Por otro lado, si bien disfrutar de la acción es una verdadera gozada, donde menos brilla es en su vertiente de plataformas, con unas sensaciones a los mandos algo contradictorias; lo mismo sucede con sus niveles dedicados al traje esfera de nuestro personaje, forzados y faltos de carisma, por lo general, con unos jefes finales escasos y con poca presencia. Una experiencia frenética, algo efímera debido a su corta duración –bien ajustada a lo que propone– aunque sin motivos evidentes que animen a su rejugabilidad. Dispara, salta, muere, revive, cárgate al jefe final y a otra cosa, que hay mucho por jugar. Eso sí, se agradece que salga a precio reducido de 39,99 euros, tanto en formato físico como en digital.
Lo mejor
- Acción y frenesí a raudales
- Variedad de armas y enemigos
- Dirección artística muy llamativa
- Notable sensación de progresión
Lo peor
- Reciclaje de elementos vistos mil veces
- Pocos jefes que no destacan especialmente
- Calidad gráfica algo conservadora
- Algunos tirones en momentos de carga máxima
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Bueno
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