El incombustible Megaman

Megaman Command Mission se situa en el universo de las series X, más maduro y 'complejo' que en los tiempos del Dr. Willy. Tomándose la cosa muy en serio, todo una civilización de 'reploids' (así se denominan los cyborgs como Megaman) habita su mundo. Civiles, soldados, rebeldes… enfrascados en una guerra civil donde los insurgentes son una panda de malvados que no dudan en abusar de la fuerza.

Un personaje mítico

Desde los 8bits, Megaman ha ocupado siempre un lugar destacado en los personajes ilustres el mundo del videojuego. A estas alturas del partido nadie puede cuestionar que Megaman puede mirar directamente a los ojos a Mario o Sonic. Como buena mascota ha representado las virtudes y defectos de su empresa creadora. Capcom lleva años realizando software de calidad, piedras angulares de distintos géneros; Street Fighter, Final Fight, Ghost'n'Goblins, Resident Evil… y una larga lista de títulos para quitarse el sombrero.

Pero su principal defecto es que le encanta agotar los títulos de manera extrema. Cuesta contar con la mano las versiones de Street Fighter. Megaman lleva 15 años dando guerra con la friolera de 7 títulos de NES, varias versiones para 16 bits e incursiones en las principales plataformas. A pesar de lo  que muchos puedan pensar, da gusto ver lo bien que han  aguantado el paso del tiempo. Ahí está la Anniversary Edition para los escépticos.

Pero 15 años de lo mismo, y tratándose de Capcom y sus innumerables versiones, acaban cansando un poco. Las últimas versiones para PS2, siguiendo la saga X, se limitaban a copiar el juego original. Por eso la llegada de este Command Misión parece querer insuflar un aire nuevo a la saga. Para ello abandona las plataformas y el scroll horizontal. Megaman salta a las tres dimensiones 'reales', (las anteriores entregas ya contaban con polígonos pero el desarrollo era bidimensional). Se olvida del arcade y se acerca al rol, ambientado en el universo de X.

Siguiendo los esquemas clásicos de los RPG, Megaman liderará una partida de luchadores que combatirán a incontables esbirros hasta llegar sus generales. Poco a poco irán subiendo de experiencia y consiguiendo nuevas armas.

Guión
Tres cazadores de renegados de nivel 5 deben infiltrarse en Giga City y detener al temible ejército de la Rebelión. Comandados por Epsilon, un fuerte ejército de reploids modificados tratan de dominar la ciudad y hacerse dueños de las reservas de 'Force Metal', un metal de origen extraterrestre que aumenta las capacidades de los androides hasta límites insospechados. Los tres cazadores son X (Megaman), Axl y Zero.

Tras colarse por la puerta trasera, los tres héroes son reducidos por el comandante en persona. En el combate resultan seriamente dañados y aparentemente sólo Megaman consigue huir. En las afueras de la ciudad un pequeño grupo cuidará de él y descubrirá el movimiento de la Resistencia que, aunque ahora está mermado, ha llegado a tener el poder suficiente para enfrentarse a Epsilon.

Así poco a poco Megaman irá realizando misiones para fortalecer la Resistencia y descubrir las claves de la conspiración rebelde. En su camino encontrará cientos de enemigos y poderosos aliados que se unirán a su partida de héroes. Un cazarrecompensas despiadado, una ladrona, un 'glorioso' guerrero son algunos de los personajes que aunarán fuerzas para vencer sobre la injusticia.

  g  r  á  f  i  c  o  s

Megaman ha dejado de ser ese niño regordete para parecer más un quinceañero. El salto a las 3D hace que recuerde más a los Power Rangers que al Batman tripudo de los 60.

El aspecto visual se ha cuidado mucho. Megaman siempre ha tenido un ambiente manga, que ha tratado de plasmarse mediante 'cell-shading'. El resultado es bastante bueno, aunque para verlo bien es necesaria una pantalla que soporte 60 Hz, ya que en Pal el 'frame rate' es muy bajo y acaba generando un emborronamiento de los gráficos y un fuerte efecto 'alias'.
Siguiendo las líneas originales, los personajes son coloridos y vistosos. Hay que destacar los jefes finales, que como siempre nos tienen acostumbrados, son de lo mejor del juego.

Conviene diferenciar dos niveles de juego. Por un lado esta el escenario o mapa por el que transcurre la aventura. Los diferentes lugares de Giga City están compuestos de pasillos y grandes salas, que resultan un tanto parcos en elementos. Este nivel es el equivalente a los mapas de perspectiva cenital de los juegos clásicos de rol. Aquí sólo podemos ver a Megaman, independientemente de los personajes que forman la compañía. Esto resulta un poco escaso, pues reduce todavía más el universo a unos meros esquemas, cuando precisamente lo que se pretende con las tres dimensiones es dotar de realismo y riqueza el juego. 

De esta manera un enorme y solitario Megaman se paseará por los diferentes niveles de Giga City. Los enemigos tampoco campan por el escenario, salvo excepciones, y lo normal es que de manera aleatoria surjan combates a medida que recorremos el mapa. Cuando esto ocurre la imagen se congela y  con un vistoso efecto de scalling pasamos a la pantalla de combate. Emplazado en un único escenario genérico, propio de cada nivel. La perspectiva cambia y nos muestra a tres de los integrantes del grupo en un lado de la pantalla y los enemigos enfrente. Las ejecuciones de los ataques cuentan con sus animaciones propias. Los momentos más intensos, visualmente hablando, llegan a la hora de ejecutar los movimientos especiales y el letal Final Strike. Llamas, rayos, misiles y explosiones abarrotan la pantalla acercándose al borde epiléptico. Las transformaciones de Hyper Mode, punto que se explica más adelante, son propias del manga clásico, estilo Caballeros del Zodiaco.

  a  u  d  i  o

El apartado sonoro ha quedado un poco descuidado. El doblaje del juego deja bastante que desear, los personajes no actúan sino que gritan, da igual si están tristes, cansados o alegres. Por otro lado los efectos sonoros han seguido la estela de la serie original, con los típicos zumbidos y flashes, rayos y explosiones propios de Megaman. Los ataques especiales tienen su propio grito. La música es machacona y puede llegar a acabar con los nervios de cualquiera.

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

Megaman X Command Misión podría ser un juego de SNES, salvando pequeñas diferencias. El entorno 3D resulta vistoso pero parece que actúa en detrimento del juego, pues resulta demasiado lineal y el desarrollo de la trama es insustancial. Así el juego se limita a avanzar por el camino establecido, abrir puertas y matar a todo lo que se interponga en nuestro camino.

Los niveles están muy vacíos y el grado de interacción con estos es muy limitado esta monotonía sólo se ve interrumpida por los combates, que aunque llegan a ser tediosos, cuentan con algunas características interesantes. La mecánica se basa en combate por turnos, dependiendo de los atributos de velocidad, los turnos de los personajes llegarán antes.

Los luchadores cuentan con un arma principal y dos subarmas. Además de los puntos de vida, cada turno disponen de un determinado nivel de WE (energía del arma), el uso de armas secundarias está condicionado por ésta. Este tipo de armas tienen una naturaleza más táctica que potencia armamentística, aunque también incluye modificadores de recarga y concentración para aumentar el arma principal. El sub armamento incluye todo tipo de misiles (hielo, fuego, de virus, cegadores…) y habilidades especiales como robar objetos y dinero.

Cuando el nivel de WE es suficientemente alto se puede lanzar el golpe especial. Dependiendo del personaje la manera de ejecutarse cambia. Así, mientras que Megaman recarga su brazo-cañón simplemente pulsando la X, el resto está concebido como pequeños minijuegos; Spider, el tahúr, juega una mano de póquer y dependiendo de su resultado lanza un ataque más poderoso. Marino, la ladrona, jugará a las tragaperras. Otros personajes tienen un límite de tiempo de ejecución en el que habrá que machacar botones para rellenar barras de energía, ejecutar combos de Street Fighter o seguir un patrón de ADN usando los botones como si de un Simon se tratase. A medida que el personaje se hace más fuerte, aumenta el tiempo para ejecutarlos.

Final Strike es otro de los alicientes al combate. Al conseguir dejar al enemigo por debajo del 25% de su energía dispondremos de un tiempo limitado en el que desquitarnos: hay que machacar una vez más los botones para que los luchadores vacíen sus cargadores en el pobre desalmado. El daño afligido por el FS llega a niveles masivos y según su nivel recibiremos puntos extra.

La tercera opción de combate es el HyperMode. Conviene reservarlo para los jefes finales. Al activarlo, el 'reploid' se transformará en un super-robot. Todos sus niveles mejoran y los ataques resultan demoledores. Pero sólo dura unos turnos limitados.

A pesar de que nuestra compañía no para de crecer, sólo podremos tener a tres luchadores en la pantalla al mismo tiempo, pero al comenzar el turno del personaje podremos intercambiarlo con otro miembro de la plantilla. Este sistema resulta injusto al principio, pues podemos llegar a enfrentarnos a más de 5 enemigos, pero una vez se aprehende la mecánica, rotar los personajes es una estrategia eficaz.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n 

Megaman ha sido un referente durante años en los juegos de plataformas. El carisma de su personaje ha ganado una legión de seguidores. Las nuevas entregas de sus aventuras han corrido distinta suerte, pero siempre han mantenido cierta esencia. Se agradece el intento por parte de Capcom de renovar la franquicia. Sorprende el género elegido, pero lamentablemente no está a la altura del mito. El principal problema reside en que Megaman nunca se ha caracterizado por su profundidad argumental y por lo tanto el intento de trasladar su universo al mundo del rol no termina de cuajar. La trama resulta muy lineal y los personajes carentes de profundidad. Teniendo en cuenta que la historia es uno de los pilares esenciales del RPG, se puede decir que este juego falla en la base. La interacción en el juego es muy limitada. Los escenarios son bonitos pero nos obligan a seguir un camino muy encorsetado. La auténtica diversión está en los combates, pero pueden acabar resultando repetitivos, resultando a veces innecesariamente largos. Los menús de gestión podrían ser más cómodos y resultan un poco complicados.

  l  o    m  e  j  o  r

  l  o    p  e  o  r