Like a Dragon: Ishin!
- PlataformaPS47.5XBO7.5PS57.5XBS7.5PC7.5
- GéneroAcción, Aventura
- DesarrolladorRyu Ga Gotoku Studio
- Lanzamiento21/02/2023
- TextoEspañol
- VocesJaponés
- EditorSEGA
Análisis
Like a Dragon: Ishin, análisis. Entrega con identidad, versión con margen de mejora
Analizamos Like a Dragon: Ishin, la entrega de 2014 que permanecía en exclusiva en territorio asiático, que ahora llega en una nueva versión con añadidos y localización al castellano.
La deuda del Ryu Ga Gotoku con los fans de Occidente queda oficialmente saldada. Casi una década ha tenido que transcurrir para conocer de primera mano el spin-off más querido por la comunidad en Japón. Dejamos atrás la Kamurocho de hoy en día para viajar en el tiempo, concretamente a la era Bakumatsu en pleno 1867. Las circunstancias de este contexto influyen directamente en su oferta. Es un juego con identidad dentro de la saga. Por fin está con nosotros.
Entre remasterización y remake
Con esas palabras la editora define esta reedición de Like a Dragon: Ishin. No es exactamente el mismo juego de 2014 porteado a las consolas actuales, sino que se han realizado trabajos específicos tanto en el plano técnico como en lo jugable. Salta a la vista que el cambio más evidente resulta en lo gráfico. Atrapa por la vista. Like a Dragon: Ishin es el primer trabajo del Ryu Ga Gotoku Studio en base a Unreal Engine, en concreto su cuarta versión.
Esta decisión va más allá de mejorar el apartado gráfico de un título que ya de por si se publicó en la generación de PlayStation 4. Es un globo sonda, un campo de pruebas para conocer si el futuro de la franquicia necesita un cambio de aires con respecto al Dragon Engine, el motor interno del estudio que tan buenos resultados dio de cara al jugador en Judgment, Lost Judgment y Yakuza: Like a Dragon (dejamos de lado los problemas técnicos vistos en Yakuza 6: The Song of Life y Yakuza Kiwami 2).
En lo visual no tenemos demasiadas pegas. Los modelados están recreados a una gran calidad de detalle, que se suma a la excelente fotografía diurna que permite la iluminación del motor de Epic Games. El problema es que el aporte del motor termina ahí, es decir, no se añaden nuevas capas técnicas que influyan a nivel jugable. Siguen las transiciones con tiempos de carga entre interiores y barrios anexos, incluso en la versión de nueva generación. Su introducción no marca diferencias.
Además, durante nuestra experiencia hemos encontrado algunos bugs incómodos que no habían estado presentes cuando se usaba el motor gráfico propio. Por ejemplo, en algunas ocasiones al cambiar de plano durante una conversación, la textura de la piel de los personajes aparece en baja calidad durante medio segundo. También se altera el comportamiento de los NPC, quienes apenan camuflan como aparecen y desaparecen sin rumbo fijo. Esos problemas en el comportamiento también los hemos encontrado cuando entramos en secciones donde el enemigo debe patrullar algunas zonas determinadas.
Daisuke Sato, el que fuera productor de la franquicia, afirmaba en febrero de 2021 que de traer de vuelta el juego “necesitarían un remake con trabajo adicional en vez de hacer simplemente hacer un port”. Lo que nos encontramos dos años después es una versión que no ha tocado algunos elementos que ya parecen de otra época. Nos referimos sobre todo a la distribución de Kyo, la ciudad principal. Es poco orgánica. Su distribución vertical hace que las conexiones entre puntos estén sujetas por apenas dos o tres corredores que se alargan en exceso. Tampoco hay referencias visuales que ayuden a reconocer donde nos encontramos con solo una mirada. Al contrario de Kamurocho, en el que su diseño es atemporal, pasear por Kyo termina siendo un obstáculo para disfrutar de los contenidos y actividades que propone el juego.
La senda del samurái
Por más que pasen los años, el combate de Like a Dragon: Ishin se mantiene férreo. Antes aludíamos a la identidad que se había granjeado frente al resto de entrega, y uno de los motivos por los que toma peso esa idea es el combate. Siempre habíamos percibido el uso de herramientas ofensivas como un recurso complementario a los puños desnudos de Kiryu y Yagami. Aquí ocurre todo lo contrario: la katana y el revolver una parte indivisible de los recursos de Sakamoto Ryoma, protagonista de la aventura.
Durante nuestro avance hacíamos hincapié en la versatilidad de Bailarín Salvaje, uno de los cuatro estilos de lucha que puedes cambiar en tiempo real. Temíamos que controlar las dos armas al mismo tiempo decantara demasiado la balanza a usarla. Sí, te saca de más de un aprieto, pero la variedad de enemigos y situaciones hace que la experiencia te anime constantemente a utilizar el estilo que aprovecha las debilidades del contrario.
El auge de las armas de fuego en esta época nos lleva a algunas secciones extraídas casi de un shooter en tercera persona, salvando las distancias. Debemos cubrirnos con los elementos improvisados del escenario para evitar pelotones fusil en ristre. Ahí ponemos en práctica el estilo Tirador, donde el gatillo del revolver lleva el compás del combo. Los dos estilos restantes, Espadachín y Luchador, dejan que el peso del combate lo lleve la katana y la combinación de puñetazos de Ryoma, respectivamente.
Esta versión integra en el combate el sistema de cartas visto en las mazmorras del original. Podremos tener la compañía espiritual de compañeros que ofrecerán un impulso en tu repertorio de ataques. Funcionan como una habilidad activa que precisa de refresco para volver a utilizar, aunque no siempre son ofensivas. Por ejemplo, una de ellas añade autocuración durante un periodo del combate, mientras que otro lanza electricidad que se distribuye entre los enemigos cercanos. Marcan la diferencia en las peleas más complicadas y sirven como un excelente añadido para renovar las sensaciones a medida que las horas avanzan, ya que podremos mejorarlas y alternar entre nuestra baraja.
Alrededor del combate orbitan mecánicas que animan a invertir tiempo en las actividades secundarias. La forja es una de ellas. A medida que obtengamos recursos podremos invertirlos en la fabricación de armas y piezas de equipo de diferente valor, que incluso pueden añadir habilidades pasivas como bonificación. La hoja de ruta entre armas de la misma familia recuerda a la estructura de juegos como Monster Hunter. Por otro lado, cada estilo de combate tiene un árbol de mejoras en el que podemos invertir esferas según el nivel tengamos y cuanto lo hayamos utilizado. Pica mucho ir escalando y mejorando tanto a Ryoma en sí como su arsenal.
Sello Like a Dragon
La llegada de Like a Dragon: Ishin a Occidente viene de la mano del plan de SEGA por alcanzar nuevos territorios además de los angloparlantes. La localización de textos al castellano es completa y sigue la línea de lo visto desde Judgment. Algunas veces peca de demasiada literalidad al trasladar los diálogos, pero en líneas generales hace un buen trabajo transportándonos el contenido íntegro del juego. De hecho, continúa la filosofía de trabajo de la localización inglesa, que también busca trasladar la manera de hablar de los personajes al texto.
Como habrás podido comprobar, durante todo el texto no hemos querido profundizar en la historia, una de las fortalezas del estudio. La fuerza del guion y la narrativa se mantienen intactas aquí. No queremos desvelaron el contexto de los personajes ni los eventos que animan a Sakamoto Ryoma a emprender su viaje personal. Lo que sí podemos decir es que merece mucho la pena. En nuestro caso, completarlo nos ha llevado 35 horas, pero puede variar dependiendo del tiempo que inviertas en las actividades secundarias.
Siempre hemos dicho que cada entrega de la saga se divide en dos grandes partes: la seria, que se encuentra en la trama principal, y el cajón de sastre en el que se convierten sus actividades secundarias. Esta edición incorpora un gran arco secundario llamado Otra Vida, en la que tendremos que hacernos cargo de una pequeña granja que nos reportará beneficios económicos. Para darle un toque fanservice, una versión de Haruka en este tiempo será tu mano derecha. Su participación protagoniza uno de los grandes metajuegos que incluye su oferta.
Algunas sorpresas inéditas te esperan en las subhistorias… y hasta ahí podemos leer. Muchas de las que ya se incluían en el original son desternillantes, desde un movimiento local que se convierte en meme, hasta un hikikomori que lo único que busca en la vida es encontrar una mujer guapa y rica… desde el balcón de su casa. Los más de 12 minijuegos que incluye repasan algunas de las actividades propias de la época, como el baile Buyo, la pesca y las apuestas de carreras de gallinas. El que destaca sin lugar a duda es el club de alterne, una variedad de pruebas frente a una cortesana que te harán reír a carcajadas.
NOTA: 7.5
Conclusión
Like a Dragon: Ishin llega a Occidente con una versión a medio camino entre remasterización y remake. La calidad de la entrega de 2014 permanece presente, tanto por historia como por contenido secundario, pero hay algunos elementos que necesitaban una puesta al día. El paso a Unreal Engine 4 no influye a nivel jugable, y seguimos viendo transiciones y tiempos de carga entre interiores incluso en las versiones de nueva generación. Tenía margen para mejorar aspectos que se han quedado anticuados respecto a las ediciones bajo Dragon Engine. Esta edición brilla por llegar a nuestro país con localización de textos al castellano, lo que le convierte en la oportunidad ideal de descubrir un spin-off con identidad dentro de la saga.
Lo mejor
- La llegada del juego a Occidente con textos localizados al castellano.
- La calidad de la historia y narrativa, sello del estudio.
- El sistema de combate, con identidad de la saga.
- Novedades en la subhistorias y el arco Otra Vida junto a Haruka.
Lo peor
- El cambio a Unreal Engine 4 no marca diferencias respecto al Dragon Engine.
- No se han tocado elementos que pesan del videojuego original, como la distribución de la ciudad y las transiciones en interiores.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.