Guild Wars 2: End of Dragons
- PlataformaPC7.5
- GéneroAcción, RPG
- DesarrolladorArenaNet
- Lanzamiento28/02/2022
- EditorNCsoft Corporation
Guild Wars 2: End of Dragons, análisis PC. Tyria en peligro
La tercera expansión de Guild Wars 2 llega a PC tras cinco años desde su último gran contenido. Vemos End of Dragons, lo nuevo de Arenanet para su mmorpg.
No estaba muerto, estaba de parranda. No hay una frase que mejor defina a Guild Wars 2, el segundo videojuego de Arenanet desde que se inició en este mundo con su primera parte. La espera por fin ha terminado y tras cinco años en barbecho, End of Dragons, la tercera expansión para el mundo online de Tyria, ha llegado.
Un contenido esperado por su legión de jugadores que nos lleva a visitar uno de los icónicos y más bonitos continentes de su antecesor; Cantha. Tras tantos años a la espera, toca analizar si esta pausa le ha sentado todo lo bien que debería o hay componentes que mejorar. Este es nuestro análisis de Guild Wars 2: End of Dragons.
Cantha renace
No cabe duda de que una de las mayores razones para retomar Guild Wars 2 con End of Dragons es volver a visitar Cantha con gráficos más actuales. Este continente se añadió a Guild Wars en una campaña individual titulada Factions y aquí en MeriStation nos hemos tomado la libertad de pasear de nuevo por estos escenarios que todavía siguen llenos de vida y con jugadores pululando por aquí y por allá.
Aunque hay bastantes cambios sobre el terreno de Cantha, localizaciones y demás, podemos decir que End of Dragons capta muy bien el espíritu de esta zona de temática asiática. Los recuerdos, sensaciones y guiños a la campaña lanzada en 2006 para el primer videojuego están muy presentes y es pura fantasía el volver a pisar sus tierras.
Pero para llegar allí primero debemos conocer cómo hemos llegado, y parte de la culpa reside en los Filoetéreos, los causantes del ataque a Arco de León en la primera temporada de Mundo Viviente, una serie de aventuras temporales —o fijas, depende de las misiones— que ocurrieron en el juego base y posterior. Como dato adicional, aunque este arco argumental no esté ya disponible en el videojuego, volverá a lo largo de 2022 de manera gratuita para todos los jugadores.
Los Filoetéreos capturan a un miembro del grupo protagonista y en nuestro intento de salvarlo recaemos sobre la ya olvidada y poco inmiscuida nación de Cantha, ahora con un potencial tecnológico inimaginable. A nosotros, y por avatares del destino, se une también Aurene, la dragona que ayudamos en el pasado a criar. Aunque al principio el gobierno de Cantha nos toma como terroristas, este problema pasará a menores al conocerse que Tyria corre un grave peligro… relacionado con los dragones.
Si bien la historia que nos cuenta Guild Wars 2 End of Dragons es interesante, hemos visto lagunas en la narrativa que no nos ha entusiasmado. Tampoco la forma de contarla; algo caótica en ocasiones, desvirtuando eventos pasados en el videojuego y narrada algo a trompicones. Es como si hubieran querido concentrar un gran número de acontecimientos en una duración prefijada, y es algo con lo que no estamos demasiado conformes.
Aunque el diseño de mapas es excepcional, como ocurre en el resto de escenarios del videojuego, también hemos visto esa sensación de querer contar —en este caso mostrar— todo a la velocidad de la luz. En una misión puede que estés al norte del mapeado y en la siguiente en la parte opuesta, con una excusa sin demasiado sentido y sin ninguna parada que te motive a parar entre medias. Sin contar que el continente adolece de bastantes puntos ciegos que dan a entender que en su momento ahí debía de haber zonas que no llegaron a la versión final.
Se ha perdido esa magia de la exploración de la que hacía gala el juego base y partes del contenido lanzado posteriormente. También las ganas de completarlos, pues se vuelven monótonos y duros para nuevos jugadores —con subida de nivel máximo instantánea— , máxime cuando para muchos puntos de interés se recomienda una montura que se consigue a través de una aventura opcional de pago. Se pueden completar sin ella, claro, pero el tiempo invertido y recompensa no incita a llevarlo a cabo.
Nueva Kaineng, la capital por derecho de End of Dragons, sufre más o menos el mismo problema. Es posiblemente una de las ciudades más grandes vistas en un MMORPG, con lo que ello conlleva. Es impresionante, espectacular, fastuosa o cualquier adjetivo que quiera el lector añadir, pero está llena de zonas sin interés. Apenas hay puntos destacables con contenido interesante y lo que debía ser el punto de reunión para todos los jugadores se ha convertido en un bonito desierto. Ni tan siquiera a día de hoy consigue que veamos a no más de cuatro o cinco personas merodeando por la ciudad. O las hay pero dispersas en puntos muy diferentes de Nueva Kaineng.
Nueva trama, “nuevo” escenario, nuevos personajes y también nuevas opciones de juego. Son, por ejemplo, las nuevas especializaciones para cada una de las clases disponibles del juego y que como es habitual se añaden con cada nueva expansión lanzada. Así, por ejemplo, podemos especializarnos en la rama Indómito para el Guardabosques, Jurafilos para el Guerrero o Espectro para el Ladrón, entre otras. Son añadidos por los que merece la pena volver ya que cambian por completo la forma de combatir de todas las clases.
También se ha añadido una nueva actividad que hará las delicias de los aficionados al género MMORPG; la pesca. Es más compleja de lo que uno puede llegar a imaginarse e igualmente divertida. Su mecánica es como la de Stardew Valley pero con la barra de resistencia del pez en horizontal. Eso sí, es bastante más difícil hacernos con estos seres acuáticos que en el juego de Eric Barone. Quizás demasiado.
Para sentirnos como un profesional de la pesca —y de paso avanzar por el mapa más rápido—, se ha añadido el Esquife, una suerte de embarcación en la que poder utilizar por los mares y riachuelos de Cantha. Gracias a ella podemos llevar hasta cuatro jugadores adicionales, manejarla en cooperativo y pescar en zonas inaccesibles. Tanto el esquife como la pesca cuentan con sus propios puntos de Dominio en los que mejoramos, en ambas ramas, sus características. Como la mayor parte de la expansión, podría dar más de sí ya que su uso es anecdótico.
Por último tenemos nuestro propio “robot” de Jade personal. Estos pequeños seres mecánicos nos facilitan la vida aportando un mayor valor de armadura a nuestro personaje, permitiendo utilizar tirolinas y otra serie de características. Se recargan a base de baterías de Jade, cuentan con sus propios puntos de dominio y se les puede acoplar accesorios que mejoran facultades muy diversas. Un añadido muy simpático a la mar de útil, aunque nos da la sensación de que se puede exprimir un poquito más.
Y por descontado, en Guild Wars 2 End of Dragons se añade metaeventos, puntos de vista, misiones de mundo, retos, saltos, misiones diarias, “corazones” y demás contenido que tanto agrada a los jugadores a lo largo de los cuatro mapas que nos esperan en esta expansión. Hay diversión para rato.
Más de lo mismo, pero diferente
El atractivo más importante de End of Dragons es Cantha, como hemos comentado al principio. La expectación por ver este continente con gráficos actualizados era total, y no ha defraudado. Sus mapas son preciosos, llenos de toques asiáticos y respeta bastante bien —dentro de lo que cabe tras el desastre que asoló a Cantha tiempo atrás— lo que vimos en Guild Wars Factions. Tiene parajes "Kodak" en los que ensimismarse, y eso siempre es bien. Ha habido retoques en el apartado gráfico, la mayoría imperceptibles, pero lo suficientes como para hacerse notar en términos globales.
Se ha incluido una opción para jugar con el apoyo de Direct X 11 que mejora enormemente el rendimiento del juego, pero se encuentra en un estado experimental y hemos notado numerosos fallos gráficos con esta opción activada. En nuestro banco de pruebas hemos visto que, tranquilamente, Guild Wars 2 funciona con DX11 un 20% o 30% mejor que sin él activado. Esta opción está disponible, por supuesto, con tarjetas gráficas compatibles.
La música en Guild Wars, tanto el primero como el segundo, siempre ha sido digna de admirar a todo volumen, y con End of Dragons esta característica se mantiene. La calidad de las piezas que conforman la banda sonora es abrumadora y mezcla diferentes instrumentos asiáticos, como el Danso, Sogeum o Geomungo para dar vida al continente de Cantha y toda la trama que la envuelve. Todo ello con toques Pansori en algunas pistas que le dan un ambiente cálido y tan “japonés”, aunque en realidad tenga más en común con lo coreano.
Las voces se mantienen el inglés y los textos están traducidos íntegramente en castellano, con algunos personajes utilizando lenguaje inclusivo o también llamado lenguaje no sexista.
Conclusión
No es quizás la mejor despedida para una trama que lleva años en la palestra pero tampoco es una mala expansión. Todo parece haber sido desarrollado con prisas, o al menos con la intención de liquidar todo cuanto más rápido mejor y esto puede descolocar al jugador. Las nuevas especializaciones, actividades y banda sonora, además de volver a visitar Cantha, son puntos más que positivos para jugar a Guild Wars 2: End of Dragons.
Lo mejor
- Volver a visitar Cantha con gráficos mejorados.
- La banda sonora es magnífica.
Lo peor
- Una expansión que parece hecha con prisas.
- No motiva al jugador ni a avanzar ni a explorar.
- La trama es algo cuestionable.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.