Europa Universalis: Rome, Impresiones
La serie Europa Universalis se adapta a la época previa a la instauración del Imperio Romano. Hemos podido probar una versión previa y nos hemos topado con un título de gestión muy completo, que puede llegar a hacer las delicias de los aficionados al género.
La serie Europa Universalis se adapta a la época previa a la instauración del Imperio Romano. Hemos podido probar una versión previa y nos hemos topado con un título de gestión muy completo, que puede llegar a hacer las delicias de los aficionados al género.
Hemos tenido ocasión de probar la última entrega de la saga Europa Universalis, Rome, la cual nos ha dejado bastante satisfechos tras esta primera toma de contacto. Pese a las comparaciones inevitables con otros títulos del mismo corte, e incluso con la misma ambientación, este título promete mantenerse por su propio pie instaurando su propio estilo de juego.
Al ambientarse en la Roma clásica, el juego representa los 250 años previos a la instauración del tan conocido Imperio; es decir, todo empezará el 278 AC, época en la que los romanos ya tenían control sobre casi toda la península itálica y empezaban los grandes enfrentamientos contra civilizaciones tan importantes como la griega o la fenicia, así como las escaramuzas contra otros asentamientos de bárbaros y salvajes.
El juego nos da la posibilidad de elegir qué facción queremos ser, y en qué época jugar; es decir, no estamos obligados a seguir toda la historia de forma natural, sino que podemos optar por cualquier época dentro de esos dos siglos y medio, representadas por las grandes batallas que se disputan en ellas. Independientemente de lo que seleccionemos, tendremos libertad total para decidir cuál será nuestra propia meta, ya que no se nos impondrá nada de por sí.
Cada facción tendrá una dificultad diferente; no en vano, no es lo mismo ser los poderosos romanos que unos bárbaros lejos de la civilización. Pero todo puede ocurrir, y justamente lo que destaca de la saga Europa Universalis es que la historia no es, ni mucho menos, rigurosa. De este modo, si empezamos por ejemplo desde el principio, al llegar al final del periodo de tiempo fijado la historia diferirá mucho de la que conocemos.
La evolución dependerá de las dinastías que tengamos, ya que influirá mucho la evolución de las familias; hay que evitar que mueran los líderes en combate, buscar matrimonios poderosos y que nazcan y crezcan fuertes los futuros cabeza de familia. Esto no sólo influirá en el aspecto bélico, sino también en el religioso, social, cultural y personal. Es posible penalizar la corrupción, o provocar celos y discusiones, e incluso rupturas dentro de la facción y que surja una nueva amenaza bélica.
Las opciones de microgestión de recursos a todos los niveles (económico sobre todo) seguirán siendo tan numerosas como siempre, aunque eso sí, se han simplificado un poco con respecto a otros títulos anteriores de la serie. Eso sí, seguirán siendo bastante densas y no aptas para todos los públicos, pero la intención con esta simplificación es que no sea necesario conocer toda la serie bien para poder disfrutar de este título.
De este modo, el comercio es mucho más sencillo, y sólo hace falta seleccionar qué queremos intercambiar y con quién. La religión, por su parte, gana importancia ya que influencia los bonificadores en distintos aspectos de tu imperio. Del mismo modo, otro factor importante será la tecnología, ya que esta será esencial para no quedarse rezagados a la hora de tener las últimas armas y poder mejorar la sociedad. Con ella, llegarán numerosas opciones adicionales para obtener nuevos elementos y características para nuestra obra política.
Como no podía ser menos, será posible establecer alianzas y negociar tratados de paz (algo realmente complejo). Eso sí, para atacar algo hay que tener un motivo claramente definido; no valdrá lo de atacar por atacar, ya que eso sólo provocará la desestabilización de nuestras provincias. Los combates serán bastante simples, de hecho, ya que no pasarán de fríos números, manteniendo el estilo y la estética general del juego, y mostrando qué es lo importante.
Todo ello con un estilo visual bastante bello, dentro de lo que se ofrece. Los relieves de los mapas son muy interesantes, y los adornos que acompañan a todas las ventanas de estadísticas están cuidados y acordes a la época en la que se ambienta. Su interfaz es bastante sencillo, aunque requiere un poco de práctica antes de llegar a dominar en su totalidad todas las opciones que oculta este título.
Primera impresión
Europa Universalis: Rome es un título de estrategia pura, donde prima el pensar bien nuestros movimientos ante el ataque indiscriminado. Todas nuestras acciones tienen consecuencias, y crear un Imperio no es una tarea sencilla, como bien se representa en este juego. La simplificación de algunos aspectos para permitir que más gente pueda acceder al título es de agradecer. Esperemos que la versión final llegue en español, y será uno de los juegos de estrategia más atractivos de los próximos meses.
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