Dust: An Elysian Tail
- PlataformaNSWPS43608.5PC
- GéneroAcción, Plataformas
- DesarrolladorHumble Hearts
- Lanzamiento15/08/2012 (360)25/05/2013 (PC)10/09/2018 (NSW)
- TextoEspañol
- VocesInglés
Dust: An Elysian Tail
El verano en Xbox Live Arcade se cierra esta semana con la llegada de Dust: An Elysian Tail, una propuesta encantadora desde un primer momento que mezcla con acierto rol, plataformas y acción sin descanso en un mundo lleno de fantasía. Esta es la historia de un chico llamado polvo...
Dust: An Elysian Tail es el último de los títulos que Microsoft preparaba para el Summer Live Arcade de este 2012, y es seguramente el que mayor sorpresa ha causado de entre los grandes nombres que han ido apareciendo a lo largo de estos últimos meses en el bazar de Xbox 360. El lanzamiento estrella era el trabajo de los españoles Tequila Works con Deadlight, había renombre en Hybrid por ser de los creadores de Scribblenauts y el retorno esperado estaba en los monopatines de Tony Hawk’s Pro Skater HD. Que la aventura de Dust y Fidget haya sido escogida como cierre de esta serie de productos se entiende cuando te adentras en el mundo de fantasía creado por Humble Hearts. No hay mejor manera de cerrar el verano.
Suena casi surrealista, pero estamos ante un producto que se ha creado entorno a una sola persona como es su diseñador Dean Dodrill, capaz de crear un juego enorme en contenido y en posibilidades. Inicialmente pensado para el bazar de juegos indies, la obra de Dodrill ganó el Dream Build de Microsoft de hace tres años y consiguió un contrato para sacar un videojuego Arcade. Un salto que no ha desaprovechado y que seguramente hará que escuchemos su nombre en otros proyectos en poco tiempo. Aunque Dust: An Elysian Tail se retrasara más de la cuenta, la verdad es que ha valido la pena viendo el resultado final de este Action RPG con muchas plataformas, combate que guiña el ojo a los juegos de acción de toda la vida y mantiene una aura especial gracias a su desarrollo bidimensional y a su especial apartado artístico.
La obra de Humble Hearts se puede enmarcar en el género del Action RPG, aunque con matices porque va mucho más allá de esto. Con un desarrollo bidimensional, lo que significa que avanzamos siempre en un mismo plano, Dust: An Elysian Tail construye un mapeado largo y enorme en caminos, para nada lineal. Avanzamos por fases que pueden tener entradas y salidas por los cuatro costados –izquierda, derecha, arriba y abajo- hacia otras fases. Cada mundo tiene un principio y un final, por lo que cuando salimos de él nos vamos a un mapa del mundo del juego en el que escogemos a que rincón queremos viajar. La estructura de los niveles recuerda mucho a la saga Metroid, primero por sus distintos caminos a elegir y segundo porque ya en los primeros compases veremos zonas inalcanzables que deberemos revisitar cuando tengamos el equipamiento y las habilidades pertinentes.
Precisamente la riqueza de los mundos de este Elysian Tail es una de las grandes virtudes del juego descargable para Xbox 360. Los mundos están llenos de enemigos por todos lados –que se regeneran al volver a pasar por las fases-, secretos y tesoros que descubrir. Desde cofres con objetos de todo tipo que abriremos con llaves también escondidas por los niveles –y que se usan mediante un sencillo QTE- a tiendas de un misterioso mercader donde nos aprovisionaremos de lo necesario, pasando por amigos enjaulados secretos que nos potencian atributos concretos, notas y escritos que dan pistas de otros tesoros… completar el 100% de cada mundo no es tarea fácil, y menos si contamos con el resto de contenido que ofrece la aventura de Dust en forma de misiones secundarias o arenas de desafío.
Pero es que la grandeza del juego radica en las misiones secundarias: decenas y decenas de ellas. Llegamos a un pueblo y de ocho NPC, siete tienen una secundaria que encargarnos. Desde recuperar un objeto perdido a ayudar a un amigo en peligro o hacer un combo (+1000) concreto y dedicárselo a quien nos lo pide… hay de todo, y está esparcido por el mundo de Dust. Algunas sidequests que nos encarguen, de hecho, no las podremos hacer hasta que tengamos más habilidades disponibles. Todo esto le da una gran vida al juego, ya que recogemos encargos que intentamos hacer cuando podemos o cuando queremos. En contenido nos podemos ir más allá de las quince horas para completarlo todo. Otro elemento destacado son las Arenas de combate, zonas específicas en las que sumamos puntos matando enemigos y luchando contrarreloj para llegar a un punto concreto y donde se nos penaliza si nos golpean, si caemos, etc. Desafíos –sobre todo si queremos obtener 4 estrellas y buena puntuación para los marcadores- de dificultad elevada que añaden más contenido al juego.
A pesar de la voluntad de este sistema de combate, lo cierto es que a la práctica se acerca más al clásico beat’em up masivo (pero en 2D) en el que tenemos decenas de enemigos en pantalla y vamos machacando la X y la Y sin cesar para derrotarlos. La gran multitud de enemigos destaca más por molestar por su cantidad que por sus patrones, algo que se deja a enemigos de más envergadura y menos presentes en la aventura. Esto provoca que haya cierto caos en pantalla cuando luchamos, teniendo que tener la vista muy puesta en nuestra vida porque se esfuma en un santiamén, y que podamos conseguir combos de hasta mil golpes sin despeinarnos y superando siempre los cien impactos a poco que tengamos diversos enemigos en pantalla. El combate acaba siendo algo pobre y repetitivo a la larga, usando las mismas combinaciones para acabar con decenas de enemigos a la vez. Estaremos machacando tan a menudo grupos de monstruos que nos puede hastiar en ciertos momentos. Eso se debe principalmente a que después del primer tramo de juego y algunos proyectiles de Fidget ya no conseguimos más movimientos y los enemigos tampoco exigen más para acabar con ellos: el resultado es que puede aburrir estar machacando igual durante tanto tiempo y tantas veces seguidas.
La aventura de Dust no pierde nunca, eso sí, su alma de Action RPG. Nuestro personaje sube niveles de experiencia que ganamos matando enemigos, descubriendo secretos o terminando misiones principales y secundarias. A medida que ganamos niveles tenemos gemas que nos permiten mejorar atributos como la salud, la defensa, el ataque o Fidget. De hecho, la esencia RPG está en cada ataque que damos, donde sale cuánta vida le quitamos al enemigo, donde vemos que hacemos ataques críticos… para mejorar nuestras posibilidades en combate tenemos objetos a equipar como potenciadores de armas, armaduras para la defensa, anillos que potencian elementos concretos… y diseños de objetos que vamos descubriendo. Con un diseño en mano lo que tenemos que hacer es buscar los materiales que nos pide para llevarlos a un herrero y conseguir así que nos cree esa armadura devastadora. El intercambio con el mercader es interesante, ya que si le ofrecemos materiales que no tiene él nos los pagará bien y los podrá reabastecer en futuros encuentros.
A todos estos elementos falta añadirle saltos en plataformas constantes esquivando obstáculos, agarrandonos a salientes, etc. Y elementos de puzle cogiendo objetos explosivos y llevándolos a puntos concretos, abriendo nuevos caminos mediante gemas de colores que vamos consiguiendo a lo largo de la aventura y jefes finales que nos pondrán las cosas más difíciles que otros enemigos aunque el diseño de estas fases no sea demasiado inspirado. Destacar en este punto que el control de Dust es exquisito en todas sus facetas, desde la sencillez del combate a la precisión de los saltos que demos. Solo en algún momento concreto puede darnos problema (a la hora de bajar por unas escaleras puestas en posición isométrica si tenemos que además lidiar con enemigos en esa zona) pero no sentiremos nunca que fallamos un salto o algún movimiento por problemas en el control.
Estamos ante un videojuego difícil ya en su dificultad normal. Dust es exigente, algo que nos obliga a saber movernos bien entre la multitud de enemigos si no queremos morir una y otra vez. Nuestra vida dura menos de lo que pensamos, debemos ir siempre bien preparados de provisiones alimentarias –nos dan vitalidad- y echar un ojo al contador constantemente, ya que con el fragor de las batallas no nos damos cuenta y acabamos muertos. Aunque hay bastantes puntos de guardado esparcidos por los mundos, mejor preparar a consciencia cada combate porque algunos están alejados de donde venimos y si no llegamos estaremos con el ensayo-error hasta que tengamos más cuidado. O mejor manejo del mando.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.