Drakan: The Ancient's Gate (PlayStation 2)

Los dragones, criaturas fantásticas que siempre han formado parte de los cuentos y leyendas de la raza humana. Muchas han sido las obras en las que los dragones formaban parte del eje central de la historia. El universo de Tolkien, los héroes de la Dragonlance, Dragones y Mazmorras, y tantos otros donde semejante animal ha convivido con otros seres imaginarios y fastuosos, a los que se les atribuye el poder de controlar el fuego y utilizarlo a voluntad.

Si tuviésemos que recordar todos los videojuegos en los que aparece un dragón, seguramente no tendríamos ni la paciencia ni el espacio suficiente como para completar la lista. Pero no cabe duda de que es uno de los elementos más comunes en todo juego de acción, rol o aventura medieval- fantástica, y protagonista de la mitología más próxima a nuestra generación.

El dragón, tan presente en la cultura oriental, es un símbolo de fuerza y control sobre los elementos, pero también a veces representa el lado oscuro de la humanidad, su ambición por llegar a ser poderosa. Tener el control de un dragón, manejarlo, poseer su poder y utilizarlo en beneficio propio es algo que siempre ha seducido a muchos escritores y novelistas.

La primera parte de este juego apareció hace ya bastante tiempo en PC compatibles. Por aquel entonces, una muchacha con aires de Indiana Jones acababa de sacudir los cimientos de las aventuras de toda la vida, teniendo en cuenta que nunca antes había tenido tanto éxito un juego protagonizado por una mujer. Tomb Raider para Saturn, PlayStation y PC fue todo un descubrimiento, la punta de un iceberg de clones con diferente suerte. Pero también fue el nacimiento de un género, las aventuras en tercera persona y en escenarios totalmente generados en tiempo real y en 3D.

Estrictamente, antes otros juegos lo intentaron. Alone in the Dark y sus pseudo 3D, la continuación del exitoso Flashback -Fade to Black-... Sin embargo, Tomb Raider fue el ejemplo a seguir, mezcla de acción y puzzles a los que siguieron otros muchos como Heretic 2 -más arcade-, ODT, y muchísimos más que ni siquiera merecen ser nombrados por su mediocridad.

Y ahora vuelven en una segunda parte exclusiva y diseñada para PS2. La acción tiene lugar en un mundo donde la civilización está sucumbiendo. Rynn y su dragón intentarán liberar un antiguo espíritu sagrado encargado de salvaguardar el mundo. Para ello deberá recorrer un largo viaje y luchar contra los Señores del Desierto, magos que persiguen esclavizar por completo la humanidad.

Rynn es una aventurera fuerte, hermosa, ágil y llena de recursos, capaz de manejar espadas, hachas, martillos, arcos y flechas, así como conjurar poderosos hechizos. Su dragón Arokh será su compañero infatigable, y un arma letal gracias a su poderoso e ígneo aliento. Como ya se explicaba anteriormente, una parte del juego de desarrollará manejando a Rynn en combates cuerpo a cuerpo, con una buena carga de gore despedazando enemigos y ejecutando todo tipo de hechizos; mientras que el resto del juego avanzaremos sobre la espalda de Arokh, atacando a los enemigos con su feroz aliento en forma de bolas de fuego, pero también utilizando las habilidades de Rynn como arquera.

Los enemigos en Drakan serán impresionantes. A medida que vayamos adquiriendo el control de nuestras habilidades básicas, nuevas técnicas y hechizos nos serán otorgadas, mientras que aquellos se mantendrán a la altura y nos pondrán las cosas nada fáciles. Como si de un Diablo se tratara, el juego permitirá distribuir ciertos puntos obtenidos en batallas con el fin de perfeccionar la técnica que nosotros queramos -luchadora, arquera o maga-. A mejor luchadora, mejores armas y más diversas podremos manejar; como maga, los hechizos serán cada vez más devastadores, mientras que como arquera nuestra precisión aumentará en los combates a distancia, así como nuestra vitalidad.

El mundo de Rynn se compone de 15 niveles divididos en cuatro escenarios. Se han eliminado todos los interfaces de la primera parte, y se ha adaptado perfectamente a los dos sticks analógicos de la consola de Sony. Como ejemplo, cuando se examina el mapa, en realidad Rynn sacará de su bolsillo un pergamino y entonces la cámara se acercará a este para que nosotros mismos podamos verlo. Todo se controlará con unos pocos botones, así que exigirá cierta práctica al principio. No en vano, no es fácil manejar 50 armas diferentes, 30 hechizos o múltiples formas de matar a un enemigo con un simple joypad.

Como curiosidad, los que prefieran manejar hechizos a las armas tendrán un valor añadido en este juego. Existirá la posibilidad de tener que mover las manos como haría un mago experimentado, manteniendo pulsado un botón y efectuando ciertos movimientos con la cruceta. Evidentemente, este método es sólo para puristas, ya que repercutirá en la rapidez con la que se ejecutarán las magias. El dragón, por otro lado, tendrá también un buen puñado de ataques, aunque mucho más escuetos, como fuego, hielo, rayo, sonido y oscuridad.

El apartado gráfico ha sido adaptado y perfeccionado en esta versión para PS2. El original salió al mercado en verano de 1999, y dos años supone un mundo en esta vorágine tecnológica en la que se encuentra el videojuego actualmente. En general, el juego visualmente ha ganado muchos enteros. Ahora presenta el tan cacareado antialiasing, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta la extensión de los escenarios. También se puede apreciar gran calidad de las texturas, algo de lo que suelen carecer otros títulos similares en PS2, probablemente debido a la enorme cantidad de ellas que precisa un juego para mantener cierta variedad.

Habrán algunos detalles climáticos como niebla, lluvia, nieve en los picos de la montaña - que se mantendrán siempre a la vista -, rayos que iluminarán todo lo que les rodee -incluido el cielo-. Por contra, otros efectos como el agua no están tan logrados, limitándose a simples superficies planas. Los personajes, habiendo aumentado sensiblemente el número de polígonos, siguen pareciendo algo cuadradotes, menos que su antecesor, eso sí, pero se nota en ellos el sacrificio de los programadores. Sólo la protagonista mantiene el nivel un poco más elevado, gracias a detalles como expresiones faciales o su cabello. Igualmente, los escenarios son muy bellos, y el framerate fluido y rápido, las secuencias cinemáticas están generadas por la consola y el acabado final es muy bueno.

Al parecer, nos encontramos ante un juego a tener muy en cuenta. La competencia aún es escasa en PS2, Soul Reaver 2 u Onimusha son prácticamente los únicos exponentes, y este promete buenas maneras. Aún faltan por confirmar detalles como la traducción o los tan de moda 60 Hz, pero siendo Sony el distribuidor, podemos tener grandes esperanzas.

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