Un nuevo clásico regresa a las dos pantallas de Nintendo DS. Acaba con todos los bloques en pantalla en un juego que vuelve intentando destacar como no lo hizo en el pasado.
Un nuevo clásico regresa a las dos pantallas de Nintendo DS. Acaba con todos los bloques en pantalla en un juego que vuelve intentando destacar como no lo hizo en el pasado.
Observa Devilish: Ball Bounder en movimiento en este vídeo.
Devilish: Ball Bounder (Nintendo DS)
Devilish: Ball Bounder (Nintendo DS)
Las posibilidades únicas que Nintendo DS ofrece parecían ser la respuesta. Tenemos un juego tipo Arkanoid, le añadimos un sencillo control a través de la pantalla táctil... y uno piensa que puede ser hasta divertido. Bueno, el caso es que la desarrolladora del juego no lo penso así.
Y es que finalmente, no se hace uso de ninguna de las características especiales de NDS. Salvo el aprovechamiento de la doble pantalla para mostrar una perspectiva más amplia del escenario, ni micrófono ni pantalla táctil han sido aprovechados para lavar la cara a este viejo título. Tanto en el apartado jugable como sobre todo en el técnico, es una conversión prácticamente idéntica del mismo juego que apareció en Mega Drive.
Devilish: Ball Bounder (Nintendo DS)
Devilish: Ball Bounder (Nintendo DS)
El aspecto 'novedoso' de Devilish viene por cuenta de una segunda pala - situada en la pantalla superior de la DS - y que además de seguir los mismos movimientos en el eje horizontal que la inferior, podremos mover en el eje vertical también con la cruceta. Presionando los gatillos, la tabla superior se puede inclinar 45º, lo cual permitirá cambiar la trayectoria de la bola cuando se la golpee.
El scroll vertical predominante en la mayoría de los niveles del juego, pasa a ser horizontal en determinados momentos, y es entonces cuando hay que hacer uso de los gatillos. Por lo demás, no hay nada soprendente. Además de destruir bloques, se puede interactuar con la bola en ciertas partes del escenario, y de este modo, accionar palancas o abrir cofres que nos proporcionarán algunos power up's. La única forma de perder vidas será dejando escapar la bola por el margen inferior de la pantalla. La labor de protegerla se verá dificultada por varios aspectos: el hecho de que la velocidad impresa en la bola aumente con cada rebote, y el hecho de no contar en el juego con un control analógico (algo que se habría solucionado usando el stylus).