Call of Duty: Modern Warfare 2 remaster, una campaña que sigue impactando

Call of Duty ha estado marcado especialmente por dos entregas que le catapultaron al público masivo. Poco se puede decir a estas alturas de Modern Warfare, el diamante en bruto de Infinity Ward que en pleno 2007 revolucionó el juego en línea desde todos los hogares. Xbox Live y PlayStation Network vivieron su primer gran boom entre tiroteos por Crash, Crossfire y Pipeline.

Dos años después llegaría la evolución a modo de despedida. Vince Zampella y Jason West decían adiós a su vástago en la entrega que asentaría el paquete de experiencias que tomaría la saga a partir de ese momento. Call of Duty: Modern Warfare 2 fue más y mejor. El Rey de los first person shooter no dejaba un palo sin tocar: campaña para gastar adrenalina, multijugador competitivo de armas tomar y cooperativo en forma de operaciones especiales. ¿Recordáis la casa de Makarov? Es una de las estampas que quedarán para siempre en la memoria del colectivo.

Nada menos que una década después recibimos por sorpresa su remasterización, aunque quizá no de la forma en la que sus fans esperarían. De esas tres vertientes solo se ha trasladado una, la campaña, que se pone al día en lo visual y añade ciertos elementos que aportan rejugabilidad.

Plomo por medio mundo

Pocas dudas quedaron tras materializarse los pros del cambio de conflicto. El desgaste global de la Segunda Guerra Mundial fue el detonante perfecto para que Infinity Ward planteara algo diferente, actual: reinterpretar los conflictos bélicos que vivimos hoy en día. Afganistán, Irak, el terrorismo globalizado… La realidad sirvió a la ficción para trasladar un espectro de guerra que ayudaría a ampliar las oportunidades jugables.

Porque en pleno 2009, Modern Warfare 2 supuso una auténtica bomba nuclear para diferentes plataformas. Desde el éxito arrollador en los marcadores de títulos más jugados, hasta la polémica frívola de las portadas amarillistas. Logró alcanzar todos los extremos que ya nos son más habituales once años después. Nada de Ruso permanece como misión omitible; en el caso de que quieras vivirla pero sin intervenir, puedes pasar toda la misión sin disparar, salvo la parte final en la que aparece el ejercito.

Hablando estrictamente de la oferta de esta remasterización, si por algo se caracteriza la campaña es por envolver al jugador en una amplia variedad de escenarios y situaciones. Sus grandes momentos fueron algo más; fueron auténticos ‘momentazos’ que a día de hoy siguen dándonos el mismo chute de adrenalina.

Cerrad los ojos y pensad en las favelas de Río de Janeiro, en el frío siberiano durante la infiltración al cuartel ruso o en la defensa del Burger Town en pleno corazón de Washington D.C. En frío, nos deja la sensación de haber asistido a una montaña rusa de emociones en la que hemos sorteado todo tipo de proyectiles por sus casi seis horas de duración.

Remasterización

Al igual que ocurriría con la remasterización de su antecesor, la campaña de Modern Warfare 2 traería las mejoras visuales de esta actualización del motor gráfico. Hablamos de mejoras en texturas, modelados, sonidos, efectos y resolución. Verlo en vivo es un auténtico gustazo, sobre todo al aprovechar el HDR. Se siente, como decíamos, bastante actual. No tanto en comparación con la última entrega. Beenox Studio ha sido el encargado de moldear esta nueva versión.

También encontramos pequeños añadidos que amplían brevemente el transcurso narrativo. Es el caso de la segunda misión, Jugador de Equipo, en la que debemos asegurar una ciudad afgana en manos del enemigo. En el original, comenzábamos encarnando a un Joseph Allen aturdido por una bomba recién impactada. Lo abrupto de la situación daba pie a la interpretación sobre cómo habíamos llegado hasta allí. Ahora, en pleno 2020, ya hemos resuelto la incógnita, y es que se ha añadido una escena complementaria que nos introduce a la misión de manera más natural. Son solo apenas unos segundos que sirven como matiz a la llegada al conflicto.

Debido a la reducción en su oferta, se han añadido multitud de modificadores que varían la experiencia. Ligados a la obtención de los 45 datos de inteligencia enemiga, podremos cambiar nuestro Modern Warfare 2 con gamas de tonalidades nuevas, introducir desafíos que aumenten la dificultad o simplemente añadir mecánicas que de base no se incluyen.

Esto último es de lo más divertido. Podemos hacer que los enemigos tengan piñas por cabeza, que las físicas cambien a las típicas Ragdoll o que todos los personajes rivales se vuelvan invisibles, entre otras como la munición infinita. Tampoco nos podemos olvidar del museo, que vuelve con trofeos ligados y los mismos modelados renovados.

Conclusión

En líneas generales estamos ante una remasterización más que correcta. Pierde como paquete por las ausencias del multijugador y el cooperativo. Sin embargo, la mejora visual pone al día una campaña que sigue manteniendo la calidad que ofreció en la pasada generación. Los múltiples modificadores y la nueva lista de trofeos hacen que podamos exprimirlo de mejor forma. Se agradece el haber llegado a precio reducido.

En estos momentos se encuentra ya disponible en PlayStation 4. Mientras tanto, los usuarios de Xbox One y PC podrán empezar a disfrutarlo a partir del próximo 30 de abril. Recordad que la compra incluye un paquete de cosméticos para Call of Duty: Modern Warfare y Warzone: el lote clásico de misiones subacuáticas de Ghost.