Bravely Default II
- PlataformaNSW8PC
- GéneroRPG
- DesarrolladorClaytechworks
- Lanzamiento26/02/2021 (NSW)02/09/2021 (PC)
- TextoEspañol
- VocesInglés, Japonés
- EditorSquare Enix
Bravely Default II, análisis: La magia de las sinergias
Desgranamos uno de los JRPG más esperados de este año, Bravely Default II de Square Enix, que llega el 26 de febrero a la consola híbrida de Nintendo
Uno de los juegos de rol japoneses más aclamados de Nintendo 3DS es Bravely Default. Su novedoso sistema de gestión de turnos fue uno de los principales motivos de su éxito, además del origen del nombre la saga. Siete años después de su llegada a Europa podemos disfrutar de su tercera entrega, Bravely Default II, en la consola híbrida de la compañía nipona. Porque, aunque el nombre de cabida a la confusión, después de Bravely Default (el cual obtuvo un 85 en Metacritic), los jugadores pudieron disfrutar de su secuela directa, Bravely Second: End Layer. Tanto para los fans de la franquicia como para aquellos que buscan sumergirse en un título fiel a las raíces del género, la obra de Claytechworks es una oportunidad de oro para adentrarse en una nueva aventura fantástica.
Un regusto familiar
A pesar de que su salida estaba programada para el año 2020, no hemos podido disfrutar de la obra de Claytechworks hasta febrero de 2021, como consecuencia de la pandemia provocada por la COVID-19. Tras el último Nintendo Direct los jugadores pudieron disfrutar del tráiler final del título antes de su lanzamiento definitivo. Nosotros hemos tenido oportunidad de jugarlo en profundidad y nos disponemos a profundizar en todos los aspectos de uno de los títulos más esperados de este año para la consola híbrida de Nintendo. Sin entrar en destripes, podemos decir que hereda de sus predecesores el late motiv de la búsqueda de los cuatro cristales de agua, viento, fuego y tierra, así como su característico sistema de combate en el que ahondaremos más adelante y algún que otro trabajo, aunque también incluye varios inéditos. Por lo demás, estamos ante unos personajes y una historia totalmente nueva, por lo que podremos disfrutar del título sin necesidad de haber vivido los anteriores.
Si bien es cierto que esta entrega de la saga es narrativamente independiente a las anteriores, no podemos ignorar el hecho de que no es la primera vez que nos adentramos en un mundo plagado de monstruos con la misión de recuperar unos cristales elementales. La premisa de Bravely Default II es un cliché, al igual que la mayor parte de su arco narrativo. Si bien se les acaba cogiendo cierto cariño a determinados personajes y algunos giros de guión pueden resultar sorprendentes, gran parte de la historia que protagonizamos es muy previsible. Acompañamos al grupo de héroes por su travesía por diferentes ciudades, todas ellas asoladas por un gran desastre natural que tiene su origen en la presencia de un cristal elemental. Por supuesto, unas cuantas horas después el ritmo de nuestro viaje cambiará, pero la estructura seguirá siendo la misma: iremos a una localización para completar sus respectivas mazmorras y acabar con unos cuantos jefes finales.
A pesar de sus taras, con el paso de las horas se acaba convirtiendo en una obra disfrutable, especialmente porque su punto fuerte no reside en su vertiente narrativa sino en la jugable. Lo primero que destaca al ponerlos a los mandos de este JRPG por turnos son los modos bravely y default que caracterizan a la saga y que nos permiten endeudar o acumular acciones para ejecutar varias seguidas cuando más nos convenga, lo cual añade una capa de profundidad y dificultad a la estrategia de cara los combates más complicados que sientan especialmente bien al título. Además, brillan la cantidad de trabajos que vamos desbloqueando según avanzamos en la historia y que podemos asignar a los miembros de nuestro equipo de forma totalmente personalizada a la estrategia que queramos seguir. Cada uno de estos trabajos, además, desbloquea tanto habilidades activas como pasivas, y estas últimas podemos tenerlas equipadas sin necesidad de estar utilizando el trabajo en cuestión. Es decir, hay un sinfín de posibilidades a la hora de plantear una estrategia, y muchos de los jefes finales provocarán que la tengamos que replantear una y otra vez.
Otro punto a destacar dentro de las mecánicas de combate son las barras de turno. La oportunidad de actuar de cada uno de nuestros personajes se verá influenciada por varios factores: el peso que provoque nuestro equipamiento, los estados alterados, la estadística de velocidad del personaje en cuestión… Todo esto influye en la barra de turno que se encuentra debajo de la vida de cada uno de los miembros del equipo, y que tendremos que tener muy en cuenta para salir airosos de las batallas más crudas. Que los turnos no sean cíclicos son un factor que influirá mucho en el desarrollo del combate y que tendremos que tener en mente a la hora de decidir si queremos que un personaje entre en modo default o ataque con todo su poder.
Es fundamental jugar con cabeza y prestar mucha atención a las sinergias entre habilidades y trabajos, ya que nos toparemos con enemigos poderosos de forma continua. Dentro del amplio plantel de jefes finales encontramos unos mucho más memorables que otros, pero todos comparten la característica de ser muy duros de roer. Si no es porque se curan de forma continua es porque contraatacan todos nuestros movimientos con golpes contundentes, y si no es porque tienen una barra de vida kilométrica; un desafío tras otro. Por ello, el título nos obliga a ser muy flexibles dentro de nuestra propia estrategia y probar continuamente combinaciones de armas y habilidades nuevas. Sin duda, la variedad de trabajos y todas las posibilidades de personalización que abre a cada jugador es uno de los puntos más fuertes del juego.
Por desgracia, el abanico táctico disponible no libra al título de uno de los lastres más característicos del género: el farmeo cíclico. En muchas ocasiones tendremos que entretenernos acabando con un buen puñado de enemigos para tener más posibilidades de derrotar a la mole de jefe final que nos espera más adelante. De forma paralela nos encontramos con varias misiones secundarias en cada ciudad, pero la gran mayoría son meros recados que nos harán fortalecer los gemelos caminando de una punta del mapa a la otra. Por supuesto, ambos aspectos son típicos dentro de los JRPG y suman horas al contador de tiempo de la partida, pero en rara ocasión aportan algo significativo a la trama más allá de alguna mazmorra o jefe secreto.
Lo que sí aligera, aunque de forma algo anecdótica, el farmeo es la opción de exploración en barco. Gracias a esta función, si dejamos la consola en reposo con el título abierto, nuestros personajes se embarcarán en una aventura de hasta doce horas en las que recogerán orbes de experiencia, de puntos de trabajo y algún que otro objeto. Como decimos, no rompe la curva de progresión de la historia, pero sí es agradable tener la necesidad de subir un par de niveles a un personaje y descubrir que disponemos de unos cuantos orbes de experiencia en el inventario. Si se da el caso de que no tenemos orbes acumulados siempre podemos recurrir a un método de farmeo bastante ágil basado en consumir alimentos que atraigan a un tipo de enemigo con la finalizar de enlazar combates en cadena, lo cual multiplicará el contador final de experiencia adquirida.
Además de los puntos mencionados anteriormente, hay otras formas de mejorar las estadísticas de nuestro grupo. Tanto en las diferentes tiendas que nos cruzaremos como venciendo a diferentes enemigos y abriendo cofres en las mazmorras conseguiremos armas y armaduras de todo tipo y para todos los gustos. Hay una opción de autoequipar para aquellos que no se quieran romper la cabeza con la cantidad de oferta disponible, que asignará el conjunto idóneo a cada personaje según sus trabajos. Eso sí, es recomendable hacerlo manualmente, sobre todo de cara a algunos jefes finales. Por muy fuerte que sea un hacha de tierra, utilizarla contra un enemigo inmune a este poder elemental no es la mejor idea que podemos tener.
Un apartado técnico algo justo
Pese a que el apartado artístico de Bravely Default II es uno de sus puntos fuertes, especialmente cuando hablamos del diseño de las ciudades y sus paisajes, el apartado técnico lo lastra en varios aspectos. La resolución, tanto en modo portátil como en sobremesa, no es la más óptima, y constantemente podemos ver dientes de sierra que contrastan con lo bonito que es el juego. Hay algunas escenas cinemáticas que dan frescura a la historia, pero sí hemos echado de menos que determinados personajes tengan algo más de expresividad en los momentos álgidos de la trama. También hemos experimentado bajones de frames, los más destacables a la hora de iniciar una conversación en grupo o cambiar de piso en una mazmorra. En contraparte, los tiempos de carga no son excesivamente largos, y el tiempo que tardamos en volver a las andadas tras ser derrotados es anecdótico, lo que agiliza mucho la experiencia y reduce la frustración que podríamos llegar a sentir.
Dentro de combate todo va bastante fluido. Las animaciones de los ataques funcionan bien, y el poder ver cada arma que nos equipamos en acción es de agradecer. Eso sí, la ropa que lleven nuestros personajes de definirá en función de sus trabajos y no de las armaduras que les hayamos asignado en el menú de equipo. Los efectos de sonido en combate también resultan satisfactorios, y la música específica ligada a la habilidad definitiva de cada miembro del equipo es inconfundible. En este sentido, el único contratiempo con el que nos hemos topado es que todo avanza de forma muy lenta. Por ello agradecemos que exista la opción de que todo (excepto las animaciones de las habilidades definitivas) avance a cámara rápida, pudiendo elegir en un rango que abarca desde el x1 hasta el x4 de velocidad.
Por otro lado, Revo se ha vuelto a lucir con la banda sonora de Bravely Default II. Con unos temas que acompañan a la perfección cada momento de esta aventura mágica y que varían en determinadas escenas para adaptarse a su tono, es otro de los puntos positivos a destacar el del JRPG de Claytechworks. La increíble banda sonora se complementa con unos efectos de sonido notables, unos textos totalmente traducidos al castellano y un doblaje tanto en inglés como en japonés, haciendo que la experiencia de juego sea muy satisfactoria.
Una experiencia adictiva
Pese a lo predecible que es su arco narrativo, Bravely Default II acaba siendo un juego adictivo. Su punto fuerte está, sin duda, en sus batallas, las posibilidades estratégicas que ofrece y en la perspectiva de sumirnos en un mundo épico con una banda sonora exquisita. En definitiva, es un juego recomendable para todo amante del género que le apetezca vivir una aventura fiel a sus raíces y disponga del tiempo que exige el título. Todos aquellos apasionados de los JRPG encontrarán en Bravely Default II un mundo mágico, una aventura épica en la que la estrategia será la clave para salvar a toda la raza humana. El nuevo título de Claytechworks aterrizará en Nintendo Switch el 26 de este mismo mes de febrero, pero desde hace semanas podemos disfrutar de la demo gratuita disponible en la eShop.
Conclusión
Bravely Default II es un título perfecto para los nostálgicos de los JRPG de 16 bits que busquen una experiencia totalmente fiel a las raíces del género. Ofrece decenas de horas de juego, con una historia algo repetitiva y predecible pero con unos combates que son una delicia y que se pueden abarcar desde un amplio abanico de estrategias muy personalizables. Su apartado artístico y sonoro se ve algo lastrado por las limitaciones técnicas del juego, pero siguen siendo completamente sobresalientes. En definitiva, aquellos que busquen una aventura clásica, de larga duración, con un combate por turnos y que además pueda jugarse en modo portátil, están ante el título idóneo.
Lo mejor
- La cantidad de trabajos y sinergias disponibles ofrece un sinfín de combinaciones estratégicas
- Banda sonora exquisita que aporta una chispa de magia a la aventura
- Apartado artístico precioso, especialmente en los escenarios y las ciudades que visitamos
Lo peor
- Historia cliché y predecible que sorprende en muy pocas ocasiones
- Apartado técnico algo deficiente que genera dientes de sierra y opaca la experiencia
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.