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El minecraft más social

Boundless, avance PC y PS4

Ve más allá de mineo y crafteo y adéntrate en una completa sociedad en la que las relaciones y comercio con otros jugadores son la base de la diversión.

Actualizado a

Hay juegos que crean escuela. Es un dicho referido a aquellos títulos paradigmáticos que establecen las bases de un nuevo género, como han sido Doom, Comand & Conquer, el más reciente PUBG o el título de cuyas fuentes bebe este BOUNDLESS que hoy avanzamos, Minecraft.

Si bien la mayoría de los títulos tratan de emular al clásico y arañar parte de sus jugadores, hay otros que consiguen superarlo y convertirse en referentes (véase Fornite). En el caso de Minecraft cualquiera que lo haya jugado se habrá sentido abrumado por la total libertad que ofrecen sus mecánicas y ansioso por explorar, recolectar y experimentar con el botín recogido. Sin embargo, puede que también hayamos sentido la sensación de que el juego podría haber ido más allá, que no se encuentra todo lo aprovechado que podría estar, que cuenta con herramientas para habernos dado mayor diversión…

Y eso mismo es lo que han debido pensar otros desarrolladores que se han apoyado en el sistema de vóxeles y generación procedural aleatoria sobre el que se construye el universo Minecraft. Entre ellos se incluyen los británicos Wonderstruck, un joven estudio formado por “ex” de EA y Lionhead que están convencidos de haber creado el juego de minado y “crafteo” definitivo.

Boundless… Infinito

Lo primero que haremos en Boundless es crear nuestro personaje y al minuto siguiente estaremos explorando un planeta completamente generado proceduralmente, con su vegetación, geología, condiciones climáticas y fauna, agresiva o no. Con nuestra herramienta podremos excavar, talar árboles, cazar… y con las materias primas obtenidas podremos levantar construcciones y crear mejores herramientas. Hasta aquí nada nuevo.

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Las novedades que ofrece Boundless comienzan con las posibilidades evolutivas del personaje, que irá mejorando tanto físicamente, como en lo que se refiere a sus aptitudes, ya sea para la caza, la minería, la exploración, etc. Estas mejores aptitudes nos permitirán sobrevivir mejor en ese mundo y, a medida que aumentan, en otros donde las condiciones sean más duras.

Será el momento de crear portales y viajar a otros planetas. Las opciones son infinitas, dado que son creados mediante algoritmos que condicionan desde algo tan básico como la paleta de colores a el tamaño y cantidad de criaturas, o la calidad de la atmósfera, que puede ser irrespirable para los exploradores nóveles.

Cada mundo ofrece sus recursos que generalmente son mejores y más numerosos en los planetas más peligrosos y, por tanto, menos explorados. Hacerse con las materias primas más escasas permite las “recetas” más deseadas… ¿por quién? Sí, deseadas por el resto de jugadores. Y es aquí donde comienza lo verdaderamente interesante de este Boundless.

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El “minecraft” más social

Boundless es un juego completamente online desarrollado en mundos persistentes. Aquello que hagas en un planeta será observado por cualquier otro jugador que pase por allí. Esta circunstancia implica un desarrollado sistema de la propiedad, el comercio y la colaboración.

Cuando comprobamos las posibilidades de este título respecto al resto de los jugadores es cuando comprendemos que no es un simple juego de exploración y almacenamiento de recursos, sino un completo simulador social donde las relaciones con el resto de personas lo son prácticamente todo.

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Si os gusta jugar con amigos, conocer gente en la Red, colaborar y, en definitiva, pasar largas horas en una fantástica vida paralela, no lo dudéis, Boundless se merece vuestro tiempo. Disfrutadlo desde cero, sin saber nada más, descubriendo a cada paso sus posibilidades. Si no os convence del todo, solo entonces, seguid leyendo.

Como ya hemos dicho Boundless se basa en la comunidad y la propiedad. Inicialmente no contamos con nada más que una herramienta mediante la que podemos cumplir las misiones que a diario nos da el propio juego. Mediante estas misiones iremos mejorando nuestro personaje además de conseguir oro y los denominados “codos”, que son simplemente metros cúbicos de espacio que podemos reclamar como nuestros en aquel terreno que queramos conquistar.

Este espacio físico puede ser visitado por otros, pero no alterado de modo alguno. Nuestras pertenencias están protegidas y no se permite cambio alguno del terreno. Esta protección se mantiene mientras la baliza que identifica nuestro territorio tenga combustible. Si éste se agota, todo quedará expuesto a cualquiera que pase por allí. Para tranquilidad del jugador hay que decir que el combustible dura meses y es sencillo de “craftear”. Simplemente se trata de un sistema de eliminación de aquello que hayan abandonado jugadores que dejan el juego.

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Obviamente cuantos más codos tenemos mayores son nuestras posibilidades y si los unimos a los de otro jugador, estás se duplican. Así se crean las comunidades o gremios. La forma en que estas comunidades se crean y administran depende de los jugadores que las forman. Las hay con normas muy estrictas y otras totalmente experimentales, en plan comuna hippie. Una vez que formas parte de esa comunidad, no solo podrás acceder y alterar lo que hay dentro de tus codos; también a todo lo del resto de tus compañeros.

De este modo, a día de hoy, se pueden ver grandes ciudades en Boundless. Asentamientos con sus mercados, con enormes palacios, nodos de portales… todo construido mediante la colaboración de los jugadores que compiten con exponer la obra más impresionante.

Ese es únicamente el principio, dado que aquellos emplazamientos más exitosos, con mejores servicios, más espectaculares, o mejor comunicados, acaban atrayendo a más jugadores, convirtiéndose en metrópolis en las que no puede faltar un líder. Si el éxito de ese proyecto continúa, el líder podrá acabar convirtiéndose en virrey de ese planeta, con potestad para dirigir esa comunidad según su criterio y siempre bajo la amenaza de que, si las cosas van mal, el rechazo de sus súbditos lo llevará otra vez a un estatus plebeyo.

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A grandes rasgos ese podría ser el único objetivo que uno se pude marcar en el juego. Algo harto difícil, por otra parte. Pero fundamentalmente los jugadores de Boundless no aspiran a tanto y se conforman con convivir y divertirse entre ellos. ¿Cómo lo hacen?

Conquista y comercio.

Para completar las recetas más complejas son necesarios ingredientes muy difíciles de conseguir. Pongamos por ejemplo que es necesaria la piel de una bestia muy poderosa que, además, habita en un planeta hostil plagado de otras criaturas que tratarán de acabar con nosotros. El planteamiento de Boundless te lleva a evolucionar el personaje, en este caso, para ser un mejor cazador. Más resistente, con mayor pericia con las armas y equipado con caro armamento. Aun así, la tarea es complicada, por lo que se requerirá de la colaboración de otros cazadores.

De esta forma, el grupo acuerda unirse y lanzarse a la aventura, buscando obtener la cotizada piel. El factor social del juego obliga a convenir qué se va a hacer con esa única piel, ya sea cedérsela a uno de los cazadores, donársela al gremio o venderla. La mayor especialización del gremio, en este caso de cazadores, permitirá que sean ellos los que faciliten las materias primas de la caza a la comunidad, mientras que otros jugadores se especializarán en conseguir gemas u otros elementos igual de imprescindibles para las recetas, con lo que se hace imprescindible el intercambio; el comercio.

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Cualquier jugador o gremio puede construir un mercado en su parcela y el resto de jugadores puede visitarlo y ver qué hay a la venta. Si los precios les parecen adecuados, podrán comprarlos directamente. De este modo podremos acceder a elementos fuera de nuestro alcance ya sea porque no tenemos aptitudes para proveernos de ellos o porque no hemos sido capaces de encontrarlos.

Pero esa es únicamente una forma de “buscarse la vida” en el juego. Las opciones son tantas como las ideas de cada jugador. El juego nos permite el comercio libre de oro y, por ejemplo, si somos capaces de construir un centro de portales desde el que viajar a un gran número de planetas, podremos cobrar un peaje en oro a aquellos jugadores que quieran usarlo. Otra opción es construir un zoo en el que recoger criaturas de distintos planetas y cobrar entrada. O simplemente construir un túnel que permita atravesar rápidamente una zona hostil y en el que cobrar peaje. Cada cual dispone de sus recursos como quiere y es libre de buscar cómo aumentarlos.

Por último, para aquellos jugadores más aventureros y menos dados al comercio, Boundless ha incorporado una suerte de misiones cooperativas. Explorando planetas podremos encontrar algunas enormes estructuras flotantes que se denominan “titanes”. Esta especie de castillos volantes requieren un gran esfuerzo de construcción y mucha materia prima para ser alcanzados, lo que prácticamente obliga a una obra colaborativa.

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Una vez alcanzados tomarán importancia los cazadores, porque están habitados por enormes criaturas realmente difíciles de abatir. Pero merece la pena el esfuerzo grupal, porque el interior de estos titanes contiene gran cantidad de materia prima muy complicada de recoger de otro modo.

Este ejemplo, el de la conquista de los titanes, es quizá el mejor ejemplo del juego en equipo con un único objetivo común que nos ofrece Boundless.

Como vemos, salir adelante en cualquiera de los planetas aleatorios de Boundless requiere tiempo, mucho tiempo, y esfuerzo. O no, porque Wonderstruck ofrece la vía rápida a cambio de monetizar su título y pone a la venta, con dinero real, materias primas que costaría trabajo conseguir. El extremo de este mercado real, el de los euros o dólares, lo encontramos en la posibilidad de comprar un planeta entero, que crearemos enteramente a nuestro gusto. Podremos elegir su paleta de color, su clima, su vegetación, su fauna… y claro está, podremos cobrar al resto de jugadores que quieran visitarlo. Eso sí, en la moneda del juego.

Boundless lleva ya cuatro años disponible en "early acces" y su versión definitiva se pone a la venta este once de septiembre para PC y PS4.