Blacklight: Retribution
- PlataformaPC7.8PS4
- GéneroAcción
- DesarrolladorZombie Studios
- Lanzamiento03/04/2012 (PC)04/12/2013 (PS4)
Blacklight Retribution
En un universo ciberpunk y belicista, la acción FPS ahora se regala con este free to play poco original pero bien remachado en todos sus apartados. Siguiendo la luz de Tango Down, Retribution es una equilibrada puesta a punto de uno de los shooters online más personalizables del momento.
No fueron pocos los sorprendidos ante el anuncio de una secuela para el mediocre Blacklight: Tango Down, y más aún cuando se empezaron a volcar las miles de características y configuraciones posibles que admitiría el juego y podrían percibirse completamente ingame. Retribution es una secuela de las que amplían, mejoran y revisan, una puesta a punto gráfica gracias al inagotable Unreal Engine 3 y un compendio de modos, desbloqueables, mods y mapas que lo mantendrá con vida durante mucho tiempo. FPS futurista y bastante genérico, Retribution recuerda a Syndicate o Brink, recoge valores de ambas producciones actuales que quedaron a media mecha, y las ofrece de forma gratuita aunque invita a pagar por ellas cantidades simbólicas para tenerlas a mano antes. El modelo del Free2Play llevado a su mejor expresión.
En Zombie Studios se han encargado de testar una y otra vez todas las cientos de posibilidades que dispone Retribution. Se ha perseguido el FPS satisfactorio, tanto como cualquier Triple A de constitución online actual. Más que en poderíos técnico, argumental y artístico se han volcado los esfuerzos en poderío jugable. Desde la segunda o tercera hora de juego se aprecia, así como en el clarísimo acierto de encontrar ese punto exacto donde el jugador realmente desea comprar con dinero real más material. No es arriesgado decir que Blacklight: Retribution es uno de los mejores first person shooter online de PC de los últimos tiempos, y además puede practicarse sin problemas de forma totalmente gratuita. Ahora bien, sigue absolutamente todos los cánones del género, desde el mapeado de teclas hasta el diseño de niveles o recreación atmosférica. No innova en nada, pero funciona de maravilla.
Pese a lo comentado, Retribution tiene algunos puntos distintivos aunque por desgracia a éstos no se les saca su mejor partido. Los blindados Hardsuit constituyen uno de estos elementos originales. Cualquier jugador puede montar en una de estas armaduras para ser menos vulnerable y más poderoso durante un tiempo, favoreciendo al equipo. Sin embargo, lo que parecería un acierto en toda regla para dotar de variedad e intensidad a los tiroteos, acaba por ser una incomodidad poco apetecible, no es divertido llevar uno de estos trajes todopoderosos, luego veremos por qué. Esto ocurre casi igual con otras prácticas distintivas de este Blacklight.
Dispara gratis, aniquila pagando.
Desde su página web puede obtenerse esta entrega. El servicio de partidas en los modos tradicionales como Dominación, Capturar la Bandera, Team Deathmatch o Rey de la Colina funciona de forma muy fluida y rápida. Retribution coloca al usuario rápidamente en un encuentro equilibrado de 16 jugadores, en cuestión de pocos segundos. No tiene modalidad Campaña y es un FPS claramente pensado para el multijugador. En solitario solo recorreremos las salas de entrenamiento, un correcto tutorial que enseña a movernos con agilidad, utilizar las diversas armas (también las especiales como colocadores de torretas, lanzallamas, turbinas, minas…), adquirir suministros en los terminales o piratear puertas y mecanismos con un sencillísimo minijuego de reflejos numéricos.
Desde la sala de espera –como es habitual- es desde donde podremos medir al milímetro todo el equipamiento del soldado escogido, como si de un taller de bricolaje se tratase, regulando cada parte y pieza del arma, del chaleco antibalas, de la ropa, herramientas de apoyo… La apariencia cambia según cada especificación que hagamos. Así, veremos ingame un cargador de distinto color o tamaño si queremos más munición, el cañón del arma variando según potencia, y un cinturón con granadas diverso según la cantidad de éstas que portemos, por ejemplo. Cada personalización se expresa visualmente sobre el personaje y su empuñadura, pero lo realmente importante es que también se expresa sobre el manejo y velocidad de juego, cambiando por completo la experiencia jugable, algo innegablemente bien logrado y con posibilidades casi ilimitadas.
Al acabar cada ronda –algunas largas y con buena profundidad de partida-, Blacklight: Retribution nos obsequia con puntos GP (experiencia para gastar), con los que podremos adquirir nuevo material para hacer más propio, manejable y poderoso a nuestro personaje. Adquirir ítems y ventajas mediante este sistema tradicional es realmente laborioso. Por ejemplo, para conseguir hacernos con la primera metralleta disponible de esta forma tendremos que subir hasta nivel 10 y gastar casi todos los GP obtenidos en ella, invirtiendo más de 2 o 3 horas de juego. Sin embargo, justo aquí entran ya en terreno los micropagos típicos del formato free2play, aunque en Retribution hay algunos precios de susto. El juego pone a disposición de los usuarios los llamados Puntos Zen, que no son más que dinero real invertido transformado en la moneda del juego.
Con estos puntos, el jugador puede adquirir cualquier objeto en cualquier momento, pagando lo propio por ello. Hay elementos que cuestan más de 8 y 10 euros y otros que solo valen unos céntimos. Al no tener que necesitar un nivel mínimo exigido y estando tan fácilmente disponibles y listos para marcar sobremanera la experiencia jugable, toda la galería de elementos a la venta es francamente apetecible, evitando tener que jugar partidas y partidas para hacernos con lo deseado. Una vez en el campo de batalla está claro que llevar un arma superior o una protección muy resistente da facilidades, pero hay un equilibrio óptimo que, de momento, no desestabiliza las partidas y que hará a los buenos habituales de FPS superiores aunque los novatos vayan repletos de mejoras compradas a tocateja. Eso sí, si damos con jugadores bien equipados, de niveles altos, y buenos en esto de disparar en primera persona, las tablas de resultados hablarán por sí mismas. Hay desigualdad, qué duda cabe, pero no hace insoportable o insatisfactorio jugar gratis. Retribution es un FPS muy digno que logra encontrar el equilibrio.
Hardsuit, duro y lento
Retribution introduce la figura del blindado, una armadura grande que actúa como hardsuit capaz de hacer frente a todo lo que se le ponga por delante y resistir cientos de tiros en su dura coraza. No hay tantas opciones de configuración para esta maquinaria, adquirible en los terminales ingame. A cambio, el jugador que maneje a uno de estos blindados se moverá con absoluta lentitud y quedará exageradamente expuesto. Blacklight no ha sabido medir bien el papel de esta configuración y hace absolutamente menos divertida la experiencia jugable con uno de estos mastodontes que, eso sí, son muy resistentes, demasiado. Más bien puede entenderse como un sacrificio por el bien del equipo escoger esta apisonadora, pues al llevarla moriremos una rápido y seremos el blanco perfecto de prácticamente todas las clases. Se debería haber enfatizado un poco más esta elección, reforzar su apetencia, mucho menor que la de otros roles. Aunque, al menos ahora en estos primeros días, no es difícil ver partidas repletas de estos robots.
La variedad de armas brutales deja vendido al hardsuit en seguida, empezando por su nula agilidad o capacidad de girar rápidamente, lo que en escenarios tan repletos de pasillos y diversos niveles de altura, lo hace visible y alcanzable. Blacklight: R dispone un buen arsenal de fusiles, escopetas, pistolas, granadas o cuchillos, pero también herramientas de alta tecnología como lanzadores láser, hologramas, turbinas letales, minas de diversos tipos, granadas y explosivos con efectos diferentes, etc. Los lanzallamas, RPG y demás calibre pesado también son claros peligros para el hardsuit, incapaz de correr salvo por los pequeños impulsos rectilíneos que puede autogenerarse.
El negro futuro de la luz
La ambientación en Blacklight es otro de sus puntos envidiables. Todos y cada uno de los mapas aparecidos hasta el momento –obviamente llegarán muchos más junto a otras expansiones- sumergen al jugador en entornos industriales creíbles y donde todo es lógico y físicamente intachable. La atmósfera de claroscuros y los intervalos exteriores aderezados de pasillos dan a la imagen del juego un aspecto único, que no logra unos resultados gráficos de infarto pero que lo hace comportarse a una buena tasa de frames. En cuanto a diseño, las áreas están pensadas para el combate directo y abierto a distintas alturas, enfrentando a los escuadrones en un entorno vasto y vertical pero donde, al no haber minimapa, el sonido y la intuición son los únicos que marcan dónde está la acción. Los neones, las naves, los paneles holográficos y la tecnología a lo Syndicate forman toda el ecosistema futurista de Retribution. en un nuevo paseo por la más habitual moda cyberpunk.
Escuchar los pasos del resto de jugadores servirá para adivinar movimientos, también habrá tecnología que permita esto. En Blacklight: R no hay descanso, y esto se refuerza en la música, rítmica y nerviosa como el propio gameplay. No está traducido al castellano, tampoco en textos, pero no requiere demasiado esfuerzo lector, únicamente para los objetivos y los nombres de armamento y otros objetos. Los más pacientes llegarán a diferenciar por el sonido distintas armas y acciones rivales, por lo que al juego realmente no se le pueden poner peros en cuanto a cuidado auditivo y variedad sonora.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.