Análisis de Absolum, los creadores de Streets of Rage 4 se consolidan como los jefes del beat em up

Se veía venir. Cuando pudimos jugar a Absolum en las oficinas de Dotemu en París nos quedó claro que no se trataba de un juego al que prestar atención o una posible sorpresa. Era toda una realidad, un título que apuntaba a ser uno de los mejores del año en lo que respecta a producciones más modestas y capaz de mirar de tú a tú a todo un titán que es evidente referente como Hades II. La tendencia actual de incluir elementos roguelite a absolutamente casi todo puede echar para atrás a muchos jugadores, pero sin embargo, no hace más que jugar a su favor. Tras hacerse un sitio en el género con Streets of Rage 4, Guard Crush Games se consagra como, probablemente y con permiso de Tribute Games (TMNT: Shredder’s Revenge, Marvel Cosmic Invasion), los mejores del beat em up actualmente.

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Lo primero por lo que destaca Absolum es por su capacidad de hacer llegar un género que es principalmente de nicho a un espectro más amplio de jugadores. Lo hace gracias a una profundidad inédita hasta ahora en un beat em up, donde podemos hacer combos de más de 100 golpes si la cantidad de enemigos presentes en pantalla lo permite. A pesar de que cada personaje está muy bien diferenciado entre sí, la realidad es que los cuatro disponibles -dos de ellos desde el principio, otros dos desbloqueables- cuentan con una velocidad de movimiento notable, incluso Karl, un enano que da cabezazos.

Absolum ofrece mucho, muchísimo más que el clásico golpe débil, fuerte y golpe en salto. Cada personaje cuenta con golpe normal, muy similar en velocidad, alcance y daño en cada uno de ellos, pero no así la técnica. Por ejemplo, Cider -nuestro favorito- lanza una especie de cadena para acercarse a los enemigos, mientras que Galandra asesta un mandoble de arriba hacia abajo poderosísimo. El mago Brome, por su parte, crea una explosión de energía a su alrededor ideal para quitarse rivales de encima cuando está rodeado, y Karl, como decíamos antes, pega unos buenos testarazos. En definitiva, al tiempo que son muy diferentes, están perfectamente equilibrados, tanto, que cada run que hemos jugado para este análisis íbamos cambiando constantemente de personaje: no repetimos nunca.

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Las artes arcanas son las habilidades más poderosas de cada uno, aunque evidentemente tenemos un límite de maná para llevarlas a cabo, mientras que hay una definitiva que hay que elegir muy, muy bien, ya que solo podemos realizarla una vez por partida... salvo excepciones. Pero desde el punto de vista de la defensa, contamos con tantas o más herramientas que cuando somos nosotros quienes golpeamos: hay evasión hacia detrás o hacia delante, y también hacia los lados, y si contamos con las mejoras correspondientes, cada una puede generar beneficios para la partida. Igualmente, si esquivamos hacia delante en el momento preciso de recibir un golpe, efectuamos un parry para dejar al enemigo desguarnecido y poder golpearle a placer. También hay agarres, parries con el golpe fuerte, una importante cantidad de armas arrojadizas, monturas como jabalíes o dinosuarios... En resumen, la variedad es una constante en lo que se refiere al sistema de combate.

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Lo mejor de Absolum: no hay una run igual que otra

Es lógico el temor a cierta sensación de repetitividad cuando nos encontramos ante un juego de elementos roquelite. No en vano, sí vamos a sentirlo cuando nos enfrentemos a los mismos enemigos del comienzo del juego una vez detrás de otra. Sin embargo, Guard Crush son capaces de hacer malabares en cada partida para que en cada sesión de juego descubramos algo nuevo. Y todo esto, más allá de lo que ya hemos hablado: personajes, builds, habilidades... Podemos probar multitud de opciones.

El gran mérito de Absolum es introducir pequeños -o no tan pequeños- detalles cada vez para que como jugador descubras algo nuevo. Una misión secundaria -hay decenas-, un NPC que encontraremos después en el punto de partida para ofrecernos mejoras, un pequeño elemento narrativo, un desvío en el camino que termina en un enfrentamiento especialmente difícil... Es algo que ya hizo muy bien Hades, pero que aquí vemos mejorado de manera exponencial. También es especialmente necesario, ya que cuando no se trata de escenarios de generación procedural, como por ejemplo en el caso de Dead Cells, corres el riesgo de terminar agotando a base de repetir constantemente las mismas fórmulas. Absolum lo esquiva de manera magistral.

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Mención aparte merece su apartado artístico, que recuerda irremediablemente al estilo de la bande desinée, y que de hecho, cuenta con viñetas en los diálogos, además de voces con una interpretación más que correcta. Este arte nos muestra escenarios y personajes basados en la fantasía medieval, un poco al estilo Golden Axe, aunque con ese toque de cómic europeo que tan bien le sienta. El rendimiento técnico no entorpece, más bien al contrario, y no se resiente lo más mínimo incluso en momentos con muchos personajes en pantalla. No menos nivel presenta la banda sonora, con compositores de la talla de Gareth Coker (saga Ori, Halo Infinite), Yuka Kitamura (Dark Souls 3, Elden Ring) y Mick Gordon (DOOM). Casi nada.

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