‘The Last American’. El horror de sobrevivir a un holocausto nuclear
Este cómic posapocalíptico fue la última colaboración de la pareja John Wagner y Alan Grant y refleja las consecuencias de una guerra nuclear entre la URSS y EE.UU.

El colapso de la URSS en diciembre del 91 puso fin a más de cuatro décadas y media de Guerra Fría en la que un holocausto nuclear era una posibilidad bastante factible con la que se levantaba cada día la humanidad.
En esos años numerosas películas (‘Mad Max’, ‘¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú’, ‘Fail Safe’, ‘Cuando el viento sopla’…), novelas (‘Cántico por Leibowitz’, ‘Hijos de los hombres’, ‘El planeta de los simios’, ‘La Tierra permanece’, ‘Dr. Bloodmoney’…) y cómics (‘Juez Dredd’, ‘Jeremiah’, ‘Hombre’…) abordaban el futuro de la humanidad tras un conflicto que arrasara el planeta. Aunque muchas ellas eran bastante sombrías, siempre dejaban un resquicio para la esperanza.
No es el caso de ‘The Last American’, un cómic nihilista que describe con toda crudeza las consecuencias del enfrentamiento final entre los dos grandes bloques ideológicos de finales del siglo XX.

El último superviviente
Sus guionistas, Wagner y Grant, utilizan la figura de un capitán del Ejército de Tierra de los EE. UU., Ulysses Pilgrim, que ha sido criogenizado y despertado 20 años después del desastre, para pintar la destrucción absoluta de la Tierra y de la raza humana.
Este nuevo Ulises inicia un viaje de regreso a casa que le lleva a atravesar ciudades, pueblos, parajes naturales o carreteras que tienen todos el mismo común denominador: están devastados. Pero no es solo un viaje físico, es también una travesía emocional hacia la locura. Al igual que el Charles Marlow de Conrad, el Comandante apocalipsis va tomando conciencia de que la realidad que le rodea y solo en el delirio encuentra consuelo ante el horror al que se enfrenta. Su misión: restablecer el orden, buscar supervivientes y castigar a los posibles culpables se demuestra como otra parte más del gran engaño general.

La maldición
Sus dos autores no escatiman críticas a los dirigentes políticos del momento que aseguraban que la doctrina MAD (Destrucción mutua asegurada) era una garantía para la paz. Tampoco faltan dardos a los militares, a la religión y al mundo científico.
Al igual que Richard Matheson en ‘Soy leyenda’, muestra la supervivencia como un castigo y envidia la suerte de aquellos que murieron a consecuencia de la explosión, de la onda de choque o de la radiación.

Un estilo particular
Los lápices corren a cargo de Mike McMahon, un dibujante que ya había colaborado Grant y Wagner en la serie Juez Dredd y que fue el sustituto de Carlos Ezquerra. Si en una primera etapa su estilo era muy similar al del zaragozano, cuando llega a ‘The Last American’ (1990) ha desarrollado una identidad propia con un dibujo casi cubista, que prescinde casi por completo de las líneas curvas para pintar las figuras humanas y que tiende a lo grotesco, Funciona muy bien con el tono pesimista de la obra,

Conclusión
‘The Last American’ es una excelente obra de tres grandes talentos, fue la última colaboración del dúo Wagner- Grant, que separaron caminos por diferencias creativas. De hecho, aquí no comparten el proceso creativo. Wagner se encarga de la primera mitad, la más onírica, y Grant cierra la historia con un tono más descorazonador.


Ficha
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