Michael J. Fox revela qué papel se arrepiente más de haber rechazado: “Soy un maldito idiota”

Michael J. Fox es recordado principalmente por su icónico papel en la saga ochentera ‘Regreso al Futuro’ como Marty McFly, aunque parece ser que en su momento pudo haber protagonizado uno de los clásicos más recordados de principios de los 90: ‘Ghost’. Sí, porque el actor reconocía en una reciente entrevista con Whoopi Goldberg -actriz que también aparecía en dicho film- que rechazó el papel porque pensó que no funcionaría, algo de lo que el actor siempre se ha arrepentido: “Soy un maldito idiota”, reconoce el actor ante la sorpresa de la presentadora y actriz.

Patrick Swayze finalmente se hizo con el papel

Y es que como muchos recordarán, finalmente el papel de Sam Wheat recayó en el actor Patrick Swayze, dando lugar a una de las películas románticas de temática sobrenatural más recordadas de los 90 junto a Demi Moore. Aunque antes fue ofrecido a otros actores, entre ellos, Michael J. Fox: “Tuve una oportunidad de trabajar contigo que no aproveché”, asegura Fox a Goldberg. “Me hablaron sobre ‘Ghost’ pronto, durante su proceso de desarrollo. Yo dije que nunca iba a funcionar. Dije: ‘Whoopi es genial pero nunca funcionará’. Y luego fue genial, un gran éxito, y yo soy un maldito idiota”, continúa el actor ante la sorpresa de Whoopi.

Aunque Michael J. Fox no fue el único actor en rechazar el papel de Patrick Swayze, ya que el estudio tanteó otros célebres nombres del momento como Harrison Ford, Tom Hanks, Kevin Bacon, Bruce Willis o Tom Cruise. Desde luego, en esta ocasión Michael J. Fox no atinó muy bien el tiro, ya que el film fue un rotundo éxito en todo el mundo, amasando una taquilla mundial de más de 500 millones de dólares para un presupuesto de poco más de 20 millones.

Desde luego, la premisa de un romance entre una joven y el fantasma de su difunta pareja no parece lo más atrayente del mundo, aunque no hay duda de que el resultado final funcionó -y sigue funcionando- a las mil maravillas. No en vano, el film logró dos premios Óscar en 1990, tanto al mejor guion original como a la mejor actriz de reparto, precisamente, para Whoopi Goldberg.