Impresiones Palia, un MMORPG social para todos los públicos

Anunciado en 2021, dentro de muy poquito podremos disfrutar de Palia, un pseudo mmorpg que plantea una jugabilidad muy distinta a la que estamos acostumbrados en este género. Tras varias pruebas cerradas y una inminente beta abierta donde todo el mundo podrá jugar y progresar sin miedo a que borren su avance, podemos asegurar que por lo que hemos probado, asegurará cientos de horas de diversión para cualquiera que se adentre en su mundo.

Desarrollado por veteranos de la industria anteriormente afincados en empresas como Blizzard, Riot o Sony entre otras, Palia combina fuertemente la característica social de los juegos online con la simulación agrícola o caza cooperativa. Nosotros lo hemos jugado en PC, pero estará disponible de forma gratuita también en Nintendo Switch. Así es Palia.

Palia te va a enamorar

El género mmorpg se asocia a épicos héroes con armaduras rimbombantes, destrozar todo aquello que se nos planta en medio o visitar mazmorras alucinantes. Si bien la definición es totalmente válida para prácticamente la mayoría de propuestas actuales y pasadas, no todos son así. Es el caso de Palia, un videojuego que aunque acaricie el modo masivo —aunque bastante reducido en proporciones— y necesita de conexión a internet para jugarse, es totalmente distinto a lo habitual.

En el mundo de Palia es todo muy distinto. Para entender cómo es en realidad hay que fijarse en títulos como Animal Crossing, Stardew Valley o Story of Seasons entre otros, pero con un modo online permanente donde podemos ver al resto de jugadores realizar sus tareas diarias cotidianas. Ahora aplicad el componente online a reforzar lazos sociales, obtener mejores trofeos de caza con ayuda de amigos o ayudar al prójimo con una petición. Esto grandes rasgos es lo que significa Palia.

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Encarnamos a un personaje sin género definido que ha llegado a este nuevo mundo en el que los humanos son una especie extraña. Llegamos con lo puesto por lo que pronto necesitaremos un lugar en el que residir y seguir con nuestra vida mientras resolvemos cómo volver a nuestro lugar de origen y comprender qué es Palia. La trama no da para mucho más —aunque en etapas más avanzadas se irán descubriendo más secretos—, pero esto es habitual en juegos de este género, comúnmente llamados “cozy games”.

Una vez en Palia pasamos a conocer a los diferentes residentes del pueblo que nos irán dando información sobre qué hacer o cómo lograr asentarnos. Primero es conocer el campo en el que construiremos nuestra casa, quitar las malas hierbas y montar una tienda de campaña provisional. A partir de ahí todo girará alrededor de nuestra parcela, cómo desarrollarla, extraer bienes del suelo plantando verduras o mejorar el hogar. Os suena, ¿verdad?

La amistad ante todo

El componente social también juega una parte muy importante en Palia, sobre todo para conseguir mejores materiales o completar ese proyecto que se nos hace difícil. Hay un tablón de peticiones en el que los demás residentes pueden pedir objetos, animales u otros y que cualquiera de los jugadores puede atender fácilmente. Si Fulanito necesita una mariposa y nosotros la tenemos en el inventario, basta con clicar en la petición y adjuntar ese animal en cuestión.

También podemos colaborar cazando animales de gran envergadura o, al menos, hacer que este “deporte” sea algo más sencillo y divertido. Cada ciudadano de Palia cuenta con un arco y flechas —que podemos crear nosotros mismos— para poder capturar presas que luego nos servirán para desarrollar otros productos en la mesa de elaboración. Por ejemplo, algo que requiera de piel de ciervo o simplemente un estofado, ya que también podemos subir nuestro nivel de cocina.

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Otro matiz de este componente social es que Palia no es gigantesca, pero sí ofrece multitud de opciones para los amantes del rol. Hay una decena de edificios en donde sentarnos, realizar fiestas u otras actividades con el resto de jugadores y si ninguno de ellos os parece el ideal, siempre podemos invitar a un grupo de colegas a nuestra propia residencia y hacer el evento de forma privada.

El housing o decoración es un elemento importante en Palia, que además se extiende a la personalización del personaje. Muebles, detalles, figuras, ropaje, tintes y cualquier otro objeto o característica que implique darle un toque final a nuestra creación está disponible en el videojuego. Los amantes de la personalización extrema estarán sin duda agradecidos por la propuesta de Singularity 6, los desarrolladores del título.

Impresiones de Palia

Aunque no hemos tenido la oportunidad de desentrañar todos los misterios de este juego gratuito, sí podemos trazar una ruta de qué es lo que pretende conseguir Singularity 6 con él. Lo primero y más importante, ante todo, es que el título sea un lugar al que llamar hogar donde todo el mundo tiene cabida. Hay una gran comunidad tras él y unos valores que los creadores han tratado de imprimir constantemente con cada nuevo anuncio sobre Palia.

Es un juego ágil en el sentido de que no hay combinaciones farragosas ni complicados menús para realizar cualquier tarea. Se siente como un juego de acción en tercera persona y todo fluye de forma natural. Las casillas, tan habituales en los juegos de simulación agraria, no existen salvo a la hora de personalizar nuestro terreno.

Cada proceso que llevamos a cabo requiere su tiempo. Por ejemplo, para plantar hortalizas habrá que esperar varios días de juego, lo mismo que para crear tablones requiere de varios minutos. Esto obliga al jugador a realizar otras tareas mientras las que hayamos hecho con anterioridad se completen, ya sea recolectar más útiles, subir la amistad con otros ciudadanos o explorar.

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Ahora bien, al juego todavía le faltan apartados por pulir y que deberían de estar en mayor o menor medida solventados para su beta final. Uno de los elementos a mejorar son los textos al español. No solo son de calidad Google —Play, de jugar, se ha traducido como Reproducir— sino que además un gran porcentaje del videojuego se encuentra sin localizar. Si además tenemos Palia configurado para que se ejecute en español, hay apartados en el juego que dan problemas, como el inventario, que no muestra el número total de objetos que llevamos encima.

Hay otros errores visuales o pérdida de elementos en pantalla que afean un poco el producto, cierres inesperados del cliente —aunque cada vez menos habituales— así como algo de lag cuando los servidores se encuentran en hora punta, sobre todo cada vez que envían nuevas invitaciones a usuarios para que entren en la beta cerrada.

Echamos también en falta un medio de transporte en las primeras etapas del juego y menos paseos. Palia, en su contenido principal, tiene un mapa pequeño pero lo suficientemente grande para que el jugador se canse de andar de aquí para allá por tonterías. En algunos momentos nos ha dado la impresión de que estábamos jugando a un título de móvil, ya que entre paseos y tiempos de espera para poder llevar a cabo las diferentes tareas, sólo hacíamos que recolectar para matar el tiempo. Y ojo, hay teletransporte, pero requiere de la moneda virtual que, en los primeros compases del juego, no sobra precisamente.

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Palia será completamente gratuito tanto en PC como en Nintendo Switch, y lo único que se podrá conseguir con dinero real, al menos en la actualidad, son prendas de ropa o disfraces, aunque a un precio que creemos es prohibitivo. El atuendo más caro en la actualidad y que tampoco es para echar cohetes cuesta unos 17 euros aproximadamente. Hay prendas más baratas, por supuesto, pero no se distinguen demasiado de entre la amplia selección gratuita de la que trae por defecto el videojuego. A nosotros, de momento, nos crea dudas este modelo de negocio.

Aún y con todo Palia lleva camino de ser un videojuego gratuito de gran éxito. Visualmente es una delicia, la banda sonora no despunta, pero hace muy bien su trabajo y resulta agradable; las posibilidades son ilimitadas y la extrema personalización de prácticamente cualquier característica asociada a nuestro personaje hará las delicias de sus jugadores. Está claro que tiene que mejorar pero la base es muy buena y de momento —aunque mejor en inglés— es totalmente jugable. Arreglar los problemas con nuestro idioma y añadir pequeñas mejoras en forma de calidad de vida lo harían un juego extremadamente disfrutable.