Madden NFL 24, análisis. Una saga estancada como Dak Prescott

Jugar a Madden NFL 24 es como el fichaje de Jimmy Garoppolo por Las Vegas Raiders. Sabes que te va a dar buenos momentos, tal vez incluso muy buenos, pero en el fondo también eres consciente de que te estás conformando con lo que hay y que tampoco vas a ir muy lejos. Al igual que el quarterback del equipo de Nevada, esta nueva entrega es bastante agradable a la vista, y de hecho, por fin podemos vislumbrar cierto progreso técnico sobre todo en el modelo de los jugadores, rostros, reflejos en los cascos –espectaculares-… pero es inevitable pensar que las novedades no dejan de ser insuficientes un año tras otro y que el potencial de una liga como la NFL está en cierto modo desaprovechado.

Vamos a decir aún más: la experiencia en el campo está muy por encima de la misma fuera del mismo, lo que a priori es un piropo, pero estamos en un momento de la industria, y de los simuladores deportivos concretamente, en que es exigible al mismo nivel una simulación satisfactoria y una ingente cantidad de contenido y opciones fuera del césped. Y es ahí donde Madden, una entrega más, no está a la altura.

Progreso sobre el césped

Queremos dejar clara una cosa, que pensamos que ya hemos hecho anteriormente: Madden 24 tiene un buen gameplay, aún con algunos vicios del pasado, pero suficientemente bueno para resultar un juego satisfactorio para los fans del football. La tecnología FieldSense ha permitido añadir más de 1500 animaciones nuevas, y de esta forma, se nota una mayor fluidez y por ejemplo, se han disminuido aquellos molestos y ya clásicos bugs en los que algunas extremidades atravesaban los cuerpos de otros jugadores al encontrarse muchos de ellos en un espacio pequeño. No era algo sencillo, como muestra el hecho de que es un defecto arrastrado ya desde hace varios años, y por eso es algo que creemos que debe ser señalado positivamente.

Curiosamente, donde más hemos vislumbrado estos avances en términos de IA y animaciones es en la línea de ataque. Frecuentemente, en entregas anteriores, descubríamos como estos jugadores bloqueaban de una manera demasiado predeterminada por la jugada elegida, mientras que ahora reaccionan de forma más natural al recorrido del corredor o del quarterback si este se ve bajo presión. Por ello, al jugar por ejemplo en dificultad All Madden, nuestro mariscal de campo será víctima de menos sacks, una constante en ediciones pasadas.

Pero estas nuevas animaciones van más allá de lo estético, y repercuten directamente en lo jugable. Por ejemplo, los receptores son capaces de llevar a cabo más acciones a la hora de atrapar un pase, con lo que si lo ejecutamos correctamente, nuestro wide receiver o tight end ya no tendrá excusas para no cogerlo, contando con más recursos para ello.

Franchise, el mayor pozo de horas de Madden 24

Lamentablemente, es cuando salimos a los menús cuando Madden 24 comete un fumble. Principalmente, a primer golpe de vista, por una lentitud fuera de lo normal a la hora de navegar por los mismos, algo que se agrava al aparecer una ventana emergente con las novedades del juego cada vez que salimos al menú principal. Además de ello y de cierto lag, se denota cierta dejadez con una presentación de la interfaz demasiado sobria, que se aprecia en detalles como el apartado de los jugadores con habilidades X-Factor o Superstar, y que por el momento –no sabemos si llegarán con una actualización- carecen de fotografías de los protagonistas. No es algo que afecte en demasía a la experiencia, pero si algo cuya ausencia llama la atención para mal.

El modo de juego favorito de los jugadores de Madden desde siempre es Franchise, y después de la gran mejora que experimentó Madden 22, posteriormente se ha tratado simplemente de ir sumando pequeños añadidos que sumen hasta dar como resultado un modo completísimo. Después de mejorar considerablemente el sistema de agentes libres y scouting en otras entregas, en esta ocasión la protagonista es la posibilidad de trasladar nuestra franquicia a otra ciudad, así como editar uniformes y todo lo relativo a la personalización del equipo. No son novedades importantes, pero para ser sinceros, por el momento, pocas de peso quedan ya por sumar.

Mientras, la apatía por insuflar algo de vida a Ultimate Team, que ni de lejos alcanza la popularidad de su homólogo en la saga FIFA –ahora EA Sports FC- contrasta con la voluntad de innovar con el nuevo modo Superstar. Este sustituye al otrora denominado Face of the Franchise, y creemos que acertadamente, prescinde de cualquier tipo de contenido narrativo salvo someras escenas cinemáticas que simplemente nos ponen en situación ante eventos importantes como el Combine, el Draft de la NFL, etc…

Pudiendo crear un jugador en varias posiciones –también un linebacker o un cornerback-, disputamos los partidos de la NFL con una cámara centrada en nuestro protagonista, consiguiendo experiencia para mejorar sus atributos, siendo este proceso algo que hemos visto no ya en otras entregas, sino también en otras sagas. Sin embargo, mejorando lo que vimos en su momento en The Yard e intentando resucitar el espíritu de NFL Street, podremos disfrutar de partidos online entre dos equipos de 6 jugadores cada uno que si bien no hará las delicias de los amantes de la simulación, sí lo hará de aquellos que quieran diversión directa.