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Análisis técnico de Final Fantasy XVI, la mejor versión del épico RPG llega a PC con ciertos problemas
La decimosexta entrega de la popular saga RPG trae la épica y la emoción a PC. Un título con sus altibajos en rendimiento pero que supera gráficamente a la popular versión de PlayStation 5.
En su estreno inicial Final Fantasy XVI ya era un gran portento gráfico y uno de los juegos más vistosos de la consola de Sony junto a Demon’s Souls. Horizon Forbidden West también demostraba la potencia bruta de PS5 y su gran optimización y rango de opciones en PC, algo de lo que tiene que aprender Final Fantasy XVI. ¿Se ve mejor? Sí. ¿Se juega mejor? Depende de tu equipo. Así que vamos a por ese análisis técnico.
Un apartado gráfico espectacular con combates a 60 frames por segundo
En su estreno inicial a principios de 2023, Final Fantasy XVI logró acaparar la atención de muchos fans de la saga con ese toque más occidental. En la revista le otorgamos una nota casi perfecta y, aunque en estas líneas no exista calificación, el juego sigue siendo el mismo. Igual de bueno o igual de regulero, eso va a gustos, pero la épica sigue intacta… Mejor os podríamos decir porque ahora todo se ve y se disfruta con una calidad visual mayor.
Pero como os vamos a detallar los aspectos técnicos ya podemos empezar con ciertas cosas negativas. Final Fantasy XVI no es compatible con monitores ultrawide y las cinemáticas van capadas a 30 frames por segundo. Sí, la comunidad ya ha hecho de las suyas para solucionar esto, pero debemos tratar al juego tal cual nos llegó y, por el momento, esto sigue presente. Por otro lado, debéis saber que Final Fantasy XVI necesita de un buen SSD (M.2 a poder ser) con gran capacidad para sus 170 GB de almacenamiento. Esto ya es un requisito básico en los exclusivos de PS5 en PC, aunque a la larga ya agradeceréis instalar los juegos en un disco duro de alta velocidad. Gracias a ello la compilación de sombras y demás aspectos gráficos apenas nos duró unos 3 minutos de reloj en su primera instalación. Recordemos que es un proceso que realiza una única vez. Las siguientes veces no es necesario y empezaremos a jugar de inmediato.
Opciones gráficas limitadas y con poco margen de maniobra
Dentro de las opciones gráficas lamentablemente no hay mucho donde escoger. Final Fantasy XVI es muy limitado en ese aspecto con opciones predeterminadas que van desde baja a ultra. Sin embargo, las diferencias entre opciones es prácticamente inexistente. Hay diferencias obvias entre baja y ultra, eso está claro, pero entre las opciones media y ultra la gran diferencia la notaréis en el perfilado de las sombras y la calidad de ciertas texturas a lo lejos. De hecho, es tan leve la diferencia en Final Fantasy XVI que el rendimiento es prácticamente el mismo con una diferencia de entre 2 y 5 FPS dependiendo de la opción que toquemos.
De entre todas ellas podemos retocar cosas como la calidad de las texturas, la fidelidad gráfica, sombras, elementos en pantalla… Pero como os decimos la diferencia entre estas es muy leve y apenas marcará la diferencia en el aspecto gráfico de Final Fantasy XVI. Sin embargo hay una opción que prácticamente lo cambia todo: los reflejos. Esta es la opción que más influye en el rendimiento, pero es que es prácticamente indispensable porque parece otro juego si la activas o no. Otras opciones como el reescalado (DLSS 3, FSR…) o el efecto viñeta también están, pero como os decimos, es bastante limitado.
Faltan actualizaciones para estar a la altura de lo que ofrece Final Fantasy XVI
En cuanto al port en sí no creemos que haga justicia con la calidad del título. Se nota que fue concebido para PS5 y eso lastra a la versión de PC. Un ejemplo de ellos son las cinemáticas capadas a 30FPS, pero es que Final Fantasy XVI tiene bajadas puntuales en momentos donde prácticamente todo el escenario está cargado. Creemos que es por la carga de escenarios en segundo plano que hacen que el juego se resienta y baje hasta los 25-30 FPS (hemos jugado con una media de 50-60 variables) cuando simplemente estamos explorando. En combate, eso sí, los 60 frames se mantienen duros como la roca y apenas hay variabilidad. Un lujo teniendo en cuenta los 30 frames que tuvimos que lidiar con PS5.
Final Fantasy XVI nos ha gustado jugablemente aunque la experiencia no haya sido la mejor en PC. De hecho a partir de cierto lugar (a las 10-12 horas de juego) el título pegó un bajón de rendimiento con caídas más frecuentes y texturas de baja calidad cuando anteriormente nos fue muy bien. Creemos que pueden ir ajustando pequeños errores a través de actualizaciones con el tiempo y que quede un producto óptimo y digno de la platafoma. No es para nada un desastre, pero si arreglasen estas indicaciones que hemos hecho en estas líneas se agradecerá. Si estás esperando para jugarlo os recomendamos esperar un tiempo a que saquen un par de parches más, pero si tenéis un buen PC no os preocupéis porque podéis disfrutar de este título único.
Hemos jugado a Final Fantasy XVI a 1200x1920 a 60 frames por segundo con un AMD Ryzen 3600X, una NVidia RTX 2060 y 16 GB de RAM. Como apunte hicimos varios retoques en las opciones gráficas, pero como os dijimos, nada que afectase al aspecto gráfico general del título.
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