Análisis de I Am Your Beast. Uno de los mejores FPS del año

Corren buenos tiempos para los disparos en primera persona. En los últimos años estamos recibiendo una avalancha de títulos que evocan las sensaciones de los clásicos de los 90 que sentaron las bases del género. Juegos como Dusk, Prodeus, Amid Evil, Turbo Overkill, Ultrakill o Warhammer 40.000: Boltgun son buena muestra de ello. Las sagas modernas como Call of Duty, Battlefield o Halo nos siguen ofreciendo nuevas entregas que mantienen la vertiente actual del género vigente. Por no hablar de subgéneros derivados, como los immersive sim con Deathloop, Prey o la saga Dishonored, o los puzles en primera persona popularizados a raíz de la eclosión de Portal y que entre otras nos ha dejado la magistral saga The Talos Principle. Tras traer de vuelta a la serie que dió origen a esta vorágine con Wolfenstein: The New Order y The New Colossus, la gente de MachineGames ha apostado por la primera persona para la esperadísima nueva aventura del arqueólogo más famoso del celuloide. Para rematar, el rey pronto estará de vuelta, con un Doom: The Dark Ages que pinta brutal y nos tiene contando los días para poder disfrutarlo.

Efectivamente, buenos tiempos para los seguidores de darle al gatillo en primera persona. El sector independiente del videojuego es uno de los principales culpables de esta situación, y dentro de la infinidad de títulos de calidad de este corte que recibimos actualmente, se publicó hace un par de meses una auténtica joya del género que ha pasado un tanto desapercibida, este tremendo I Am Your Beast que hoy nos ocupa. Enfocado al speedrun, la repetición de niveles para obtener el mejor rango en cada uno de ellos e ideal para partidas cortas, este visceral fps nos ha conquistado totalmente por su brutal núcleo jugable, su estupendo diseño de niveles y una narrativa sorprendentemente satisfactoria. Un título que si bien es escaso en contenido, dado lo ajustado de su precio y lo certero de su propuesta, se convertirá en una de esas experiencias inolvidables que dejarán plenamente satisfechos a los seguidores más acérrimos de los disparos en primera persona.

Batallón de un solo hombre

El protagonista del título es el exagente secreto Alphonse Harding, una auténtica máquina de matar curtida en mil batallas. Pese a que teóricamente lleva seis años retirado, su antiguo superior en la agencia militar gubernamental conocida como Iniciativa de Operaciones Encubiertas (IOE) no para de pedirle un “último trabajo” antes de retirarse definitivamente, hasta agotar finalmente la paciencia de nuestro protagonista. Éste decide plantarse, y rechaza el encargo definitivo que le pretenden asignar, buscando asentarse en su vida bucólica en un solitario bosque perdido de la mano de Dios. Lejos de resignarse, su superior envía a todo un ejército a dicho bosque para reclutar por las bravas a Harding, lo que desencadena una encarnizada guerra de guerrillas entre este y los soldados que envían a por él, los cuales serán masacrados sin piedad por el agente retirado.

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Llama la atención lo bien que funciona la narrativa en el título, tanto por el hecho de que en los juegos de este tipo la trama suele ser una mera excusa para el frenesí mortal, como por la curiosa forma en que está implementada en el juego. El mismo no utiliza ninguna escena cinemática, y toda la narrativa se desarrolla en unos diálogos escritos en pantalla sin mayor añadido. Dichos diálogos están magistralmente escritos, y sin buscar ser profundos ni tomarse a sí mismos demasiado en serio, logran añadir una estupenda atmósfera y capa narrativa a un videojuego centrado en lo visceral de su propuesta y en motivar a que el jugador mejore su desempeño en el mismo. El trabajo de doblaje de los diálogos, en inglés, raya a un muy buen nivel, por lo que logra captar la atención del jugador en los interludios entre niveles donde se desarrollan, ayudando a entender las motivaciones de los personajes y a empatizar con el protagonista.

Como hemos comentado, no estamos ante un título demasiado extenso, ya que en unas 3-4 horas habremos recorrido los 27 niveles que componen su campaña principal, y probablemente en ese tiempo también completemos los niveles extras añadidos recientemente. Estamos ante uno de esos juegos centrados en la rejugabilidad y en la mejora del desempeño del jugador, ya que recibiremos un rango en cada nivel, y desbloquearemos la posibilidad de obtener logros en cada uno de ellos cumpliendo una determinada condición, lo que pica al jugador a repetir y mejorar. De hecho, el sistema de progresión de la campaña es un tanto exigente y en ocasiones nos obligará a repetir niveles para obtener un determinado rango o cumplir un número concreto de objetivos de nivel, cosa que quizá no guste a todo el mundo.

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Frenesí asesino de deliciosa jugabilidad

Es difícil encontrar un videojuego de disparos en primera persona con un núcleo jugable más satisfactorio que el de I Am Your Beast. Manejamos a una auténtica máquina de matar, tremendamente ágil y con un dominio de las armas y diversos elementos del entorno para aniquilar enemigos digno del asesino encarnado por Keanu Reeves en su famosa saga cinematográfica John Wick. Harding posee habilidades de parkour básicas, el talento de correr a gran velocidad, deslizarse por el suelo y en general una movilidad pasmosa. El hecho de no portar armas en determinado momento no será obstáculo para la determinación del protagonista. Podemos eliminar enemigos pateándolos, saltando sobre ellos desde la alturas, usando cepos de osos o panales de abejas que hábilmente haremos caer sobre sus cabezas.

Comenzamos un nivel desarmado, corremos a gran velocidad, trepamos ágilmente a ese árbol, saltamos brutalmente sobre un soldado para eliminarlo de una certera patada en la cabeza. Recogemos un cuchillo clavado en un tocón de árbol y se lo lanzamos al otro guardia, recogiendo al vuelo su pistola mientras cae. Corremos y nos deslizamos entre tres guardias más, apuntando a sus cabezas y dando buena cuenta de ellos con las tres balas de la pistola. No tenemos más munición, por lo que tiramos la pistola descargada a ese guardia que corre a por nosotros por detrás, noqueándolo con el lanzamiento para rematarlo en el suelo de un puntapié, recoger su ametralladora y continuar con la sinfonía letal de plomo. Una auténtica gozada, acompañada por la gran movilidad del personaje y por un manejo de las armas de lo más satisfactorio.

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Los niveles son muy cortos, con una duración que oscila entre un par de minutos e incluso segundos, con alguna excepción de algo más de duración. Normalmente habrá que cumplir una serie de objetivos para finalmente alcanzar el punto de salida del nivel, con tareas como eliminar a todos los enemigos de la fase, inutilizar unas estaciones de satélite o sobrevivir a oleadas de soldados. Una vez superado el nivel recibiremos un rango por el tiempo empleado y por los combos de muertes encadenadas y la variedad de las mismas, y se nos ofrecerá la posibilidad de repetirlos para mejorar rango o cumplir objetivos adicionales, como realizar asesinatos de un determinado modo, superar el nivel sin causar bajas y una amplia variedad de requisitos más.

El título es exigente y desafiante, pero sin pasarse, el protagonista resiste bastante castigo antes de caer (no morimos de un tiro como en Hotline Miami y similares). El verdadero desafío es alcanzar el rango S en cada nivel y cumplir ciertos objetivos adicionales que sí resultan muy complejos. El diseño de niveles está muy cuidado y exige estudio y planificación para alcanzar los rangos más altos. Hasta aquí todo perfecto, el título nos tiene totalmente enamorados. Los problemas vienen del escaso contenido, que se hace corto y de la excesiva repetición de enemigos, así como de la poca variedad de armas y elementos de los que hace gala el juego. La rejugabilidad y el pique a repetir y mejorar es su principal baza junto con su excelente narrativa y su sólido núcleo jugable. Si nos limitamos a darle una pasada rápida al juego sin buscar rangos altos nos quedaremos con la sensación de estar ante un juego corto en exceso. Es más, el título brilla con más fuerza a medida que nos volvemos expertos en su propuesta, hasta el punto de crear brutales coreografías de muerte y destrucción realmente espectaculares que quedarán en la memoria del jugador. Un título con claro espíritu speedrun y de masterización de sus niveles.

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Sangre estilo cómic

I Am Your Beast apuesta por un estilizado acabado estilo cómic para desplegar en pantalla su impactante acción llena de sangre y violencia. Los escenarios son atractivos aunque sin excesivo detalle, cosa que también acontece en los modelados de los enemigos, que además se repiten en demasía. Lo realmente importante en un juego de este calado es la estabilidad en la tasa de imágenes por segundo, requisito que aquí se cumple a la perfección. El título se mueve de manera fluida incluso en equipos modestos. por lo que el rendimiento no será obstáculo para el goce pleno del juego.

La banda sonora de corte electrónico machacón a cargo del galardonado compositor RJ Lake acompaña a la perfección a la visceral propuesta del título, ayudando a impulsar el frenesí y el altísimo ritmo del título. Como ya hemos comentado, el trabajo de doblaje de las voces resulta magnífico, caracterizando a las mil maravillas a los personajes del juego y reforzando con gran acierto la narrativa del mismo. Un estupendo envoltorio audiovisual para una de las grandes sorpresas del año, un nuevo imprescindible para los amantes de los disparos en primera persona.

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