Análisis de Fae Farm, labrando la tierra y el corazón

Videojuegos de simulación agraria y social hay decenas. Este mismo año han salido algunas propuestas muy interesantes, incluída una con un gran componente online como lo es Palia. El título que hoy nos atañe es Fae Farm para Nintendo Switch, otra vuelta de tuerca más a este género tan relajante a la par que continuista en la que sus desarrolladores han querido hacer de su producto algo más sencillo para los curiosos.

Desarrollado por Phoenix Labs, los creadores de Dauntless y su único juego hasta el lanzamiento de Fae Farm, la propuesta de los canadienses es muy similar en concepto pero bastante revolucionaria en su jugabilidad. Descubre si Fae Farm o no es para ti con nuestro análisis.

Una granja sin abuelo

Lo primero que llama la atención de este videojuego es que, al contrario que la mayoría de símiles, aquí no heredamos la granja de un familiar cercano. El título inicia con el protagonista, el cual podemos personalizar de manera bastante completa, paseando por la playa que descubre un mensaje en una botella. El texto nos invita a descubrir una región misteriosa en la que están pasando apuros y nosotros, cogemos nuestro barco y zarpamos al mar en busca de la misma.

Una vez llegamos a la isla, accidente mediante, vemos cómo los lugareños nos acogen como si fuéramos uno más de su propia familia. Nos enseñan el pueblo, nos ofrecen un lugar en el que dormir, un terreno del que vivir y hasta incluso nos otorgan un arma con dobles intenciones. Por lo pronto parece un lugar agradable pero no pasará mucho hasta conocer que la isla tiene serios problemas.

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Lo primero que el jugador va a notar nada más entrar en el terreno de juego es que Fae Farm es mucho más ágil en su jugabilidad que propuestas como Story of Seasons o incluso Stardew Valley. Está desarrollado enteramente en tres dimensiones y con una libertad de movimientos nunca antes vista en el género. Podemos mover la cámara a placer, trotar por cualquier lugar —incluido tejados—, explorar Azoria sin pantallas intermedias o cargas e incluso existe un botón para saltar.

Otra diferencia palpable es que gráficamente está a años luz de otros títulos. La isla está infestada de vegetación, animales, efectos, edificios y detalles, lo que unido a su gameplay ágil, a unos diseños que nos recuerdan muy mucho a My Sims y a una paleta de colores pastel preciosa hacen de Fae Farm un título muy vistoso en el género agrico-social.

La contraparte es que si bien cuando funciona lo hace realmente bien, el título adolece de caídas en la tasa de imágenes por segundo así como unas cargas iniciales e intermedias soporíferas. De hecho es posible que los jugadores se enfaden más con el segundo punto que con el primero. Para que os hagáis una idea, su carga inicial sobrepasa el minuto de espera.

Así es Fae Farm

No vamos a extendernos demasiado en las mecánicas de juego porque básicamente cuenta con las esperables de otras propuestas. Hay adiciones interesantes como la de poder crear nuestros muebles pero el resto es pizcas pajas lo ya conocido. Podemos picar minerales, cultivar nuestra huerta con infinidad de semillas, cuidar animales, vender nuestros productos o utilizarlos para la elaboración de otros mejores, cocinar, pescar…

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Hay varias diferencias sin embargo y es, por ejemplo, la posibilidad de personalizar todo lo relacionado con nuestro terreno —o a nosotros— utilizando un amplio catálogo de estructuras que podemos fabricar previo aprendizaje de la receta apropiada. No es algo exclusivo de Fae Farm, se ha visto en innumerables títulos, pero el hecho de que visualmente sea un juego muy agradable y con gran libertad de movimientos hace que esta mecánica brille sobre manera.

Otra gran diferencia reside en que las herramientas se seleccionan automáticamente dependiendo de la acción que vayamos a realizar. Esta característica es algo que, a priori, muchos jugadores de este género demandan a las compañías pero que, por otra parte, también tiene sus detractores. En nuestro caso nos posicionamos en lo primero y es algo que agradecemos pero tal y como está se puede mejorar todavía más. Hay momentos en los que debemos seleccionarla manualmente y algunos diseños de herramientas pueden confundir, lo que se reduce a perder más tiempo de lo habitual.

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A la hora de extraer minerales lo típico siempre es bajar pisos en una mina, sin mucha alma —salvo en Stardew Valley— y con poco o nada que hacer salvo lo susodicho. En Fae Farme el avatar puede disponer de varios hechizos a usar en la mazmorra, extraer minerales, conseguir otros objetos y luchar contra docenas de monstruos. Además de luchar contra el cansancio y el hambre, también hay disponibles pociones que nos ayudarán a progresar en la mazmorra. Ahora bien, a pesar del esfuerzo realizado en este contenido, las mazmorras terminan cansando por lo repetitivas que son.

Multijugador sin multi, nuestra experiencia

Fae Farm cuenta con una característica que puede ser muy atractiva para los más veteranos del género: Multijugador cooperativo local u online. Para lo primero tan solo hace falta contar con dos copias del juego y sendas Nintendo Switch, pera lo segundo una cuenta de Phoenix Labs. Dado que solo teníamos un código para realizar el análisis no hemos podido probar el cooperativo online pero la premisa no difiere demasiado del multijugador online. Es decir, las opciones a realizar son las mismas; misiones, mazmorras, pesca, cultivo, pequeños juegos y otras actividades junto a amigos.

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Ahora bien, tampoco hemos podido probar el multijugador online debido a que, desconocemos por qué —tampoco nos han contestado al correo enviado— nos es imposible crearnos una cuenta de Phoenix Labs, requisito indispensable para jugar conectados a internet. En caso de tenerla el videojuego cuenta con una lista de amigos integrada, la opción de aceptar invitaciones por parte de cualquier jugador conectado o la posibilidad de servir como anfitrión y abrir nuestro mundo a los jugadores adheridos a nuestra lista de amigos.

Para desbloquearlo hay que avanzar un poco en la historia, no demasiado. Una vez logrado, la opción multijugador se encuentra en el menú principal con el icono de dos mandos de control. Como decimos, los pasos para disfrutar de un juego cooperativo son sencillos pero es algo que no hemos podido experimentar de primera mano. Ni siquiera en este momento en el que estamos redactando el análisis.

La historia de Azoria

Un punto en el que destaca Fae Farm, o al menos intenta conseguirlo, es en su narrativa troceada en capítulos. Azoria es misteriosa, eso ya lo conocíamos, pero además cuenta con un gran problema mágico en el que nuestro personaje debe apoyar a los aldeanos. A lo largo del juego aceptaremos misiones de sus lugareños para avanzar en la trama y cuando uno de estos capítulos termina, comienza otro.

Cada misión y/o capítulo desbloquea características del juego, como por ejemplo el romance. Una vez más en el género se nos da la posibilidad de afianzar relaciones con el populacho y otras tantas para comenzar un romance. El problema, y es algo que ocurre también con las misiones secundarias. es que las misiones son algo anodinas y los NPC se repiten en frases constantemente, incluso te hablan de tareas que ya has completado tiempo atrás.

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El videojuego no muestra interés alguno en que por nuestra cuenta queramos relacionarnos con los NPC. Nos envían cartas, nos cuentan sus problemas que debemos resolver y la gran parte de ellos cuentan con pequeños pasajes en la historia principal —unas 30h en total— pero es querer acercarnos a uno de ellos para ver qué nos cuentan y la desidia se hace patente.

Aún con todo Fae Farm no es un mal juego. Tiene detalles muy buenos aquí y allá que, como siempre decimos, se podrían utilizar en juegos posteriores del género pero que nunca se plasman a la perfección. Sorprende mucho en lo visual y buena parte de su encanto reside en ello y en la libertad de movimiento que se nos ofrece pero en ninguna de sus propuestas alcanza el notable.

Como título de entrada al género sí que es recomendable por el carisma que desprende y la facilidad de algunas mecánicas o utilidades, como la selección automática de herramienta, pero a poco que tengáis un poco de experiencia en otras propuestas quizás os sepa a poco. Además está traducido al castellano —aunque hay bastantes errores a lo largo de toda nuestra aventura— por lo que esto no supondrá un problema para los iniciados.