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MySims

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Diversión menuda

Electronic Arts simplica la fórmula de Los Sims también en PC para conquistar a nuevos públicos. Los más pequeños de la casa pueden disfrutar de una experiencia adaptada a sus necesidades con MySims. Simulamos una pequeña villa para conocer más sobre esta adaptación.

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Electronic Arts y Maxis llevan bastantes años aprovechando el tirón mediático de Los Sims, una de sus muchas licencias de éxito. Millones de jugadores en todo el mundo apoyan cada iniciativa de sendas empresas con una positiva respuesta en las tiendas. Así, la franquicia original, Los Sims, cuenta con dos entregas principales, cada una con sus respectivas expansiones y con versiones especiales para consolas.

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Si bien las ediciones para ordenador han sido siempre las que se han llevado la palma en términos de ventas, los usuarios de consolas no han estado ni mucho menos desantendidos por Electronic Arts en lo que a Los Sims respecta. De ahí que el pasado año la compañía anunciara y lanzara una entrega dentro de la licencia completamente ínédita y de nuevo cuño, My Sims. La primera entrega de esta subserie aparecía exclusivamente en DS y Wii. Visto su éxito comercial, poco tardó en ser anunciada una edición para PC y una nueva entrega para los sistemas de Nintendo.

Plantando un árbol

Ahora, con My Sims de PC sobre nuestra mesa y ya disponible en las estanterías de las tiendas, echamos la vista atrás y analizamos cómo le sienta el cambio de sistema a la licencia que simplifica la franquicia de simulación social de Maxis y la convierte en un producto sumamente atractivo para los más pequeños de la casa. Porque ellos también tienen el derecho de jugar en ordenador...

DJ Canela nos montará una discoteca en el pueblo

Conquistando a los más pequeños

Antes de seguir con el texto, debemos dejar un aspecto muy claro. My Sims no busca alcanzar la profundidad de otras entregas dentro de Los Sims. Ni siquiera competir con otros grandes del género. Este juego es un acercamiento de la franquicia a las generaciones más jóvenes de usuarios, es decir, un producto destinado en exclusiva a los más pequeños de la casa. Es por ello que se debe comprender la sencillez que soporta el título, su simplicidad y su toque meramente infantil, por lo que decidimos enmarcarlo dentro de nuestro sello 'casual'.

Pescando esencias en uno de los lagos de la villa

Hecha esta aclaración, la instalación de este software nos llevará a disponer de una singular pequeña sociedad, que podremos modificar prácticamente desde sus comienzos. Así, iniciamos la partida seleccionando cómo llamaremos a nuestro pueblo y diseñando, por supuesto, a nuestro avatar virtual. A diferencia de Los Sims, en My Sims sólo crearemos un único personaje, y no a una familia al completo. Esto facilita considerablemente las tareas y ofrece una jugabilidad más directa. Muchos estaréis pensando en ello: es el mismo esquema que siguen otros juegos como Animal Crossing.

De ahí pueden salir esencias muy oscuras

Desde el menú de creación generamos a nuestro Sim de forma ágil y rápida, combinando las diversas opciones disponible a nuestro antojo (rostro, pelo, color, gafas, ropa, etc.) Aunque el número de opciones es reducido, la posibilidad de alterar aspectos como la voz del Sim es de agradecer. En cualquier caso, si la estética de nuestro avatar termina por no gustarnos durante la partida, siempre podremos mirarnos al espejo de la casa para reconstruir de nuevo desde cero al personaje. Y no sólo eso, sino que también dispondremos de todos aquellos trajes especiales y objetos que hayamos obtenido durante la partida. Sin duda, una vía acertada para contentar a los indecisos y las indecisas.

Nuestra sim, socializando

Con el avatar sobre la pantalla, llegamos al pueblo, que será confirgurado automáticamente por el juego, y donde nos recibirá la alcaldesa Rosalía. Tras arreglar el pertinente papeleo en el Ayuntamiento, Rosalía nos informará sobre el estado actual de la villa: desastre total. Faltan habitantes, casas y zonas de recreo; no hay lugar por donde pasear ni tampoco locales de ocio. En definitiva, un pueblo excesivamente aburrido, algo que debemos solucionar con nuestras acciones durante la partida.

Amasando pan en la cocina del pizzero

Pero antes de comenzar a trabajar por la comunidad necesitaremos un hogar donde dormir. La alcaldesa nos acompañará a nuestro solar, donde construiremos la casa utilizando las piezas y los elementos decorativos deseados. Tras este paso, Rosalía nos invitará a construir el que será el pilar básico de la esta microsociedad, nuestro taller de construcción de objetos. Aquí trabajaremos durante todo el juego para elaborar aquellos ítems que otros sims soliciten. La faceta creativa será uno de los puntos más importatantes durante el juego, quizás demasiado, pues prácticamente toda la vida del sim la pasaremos elaborando en el taller.

Nos pidieron una escultura y así quedó la cosa...

El taller funciona de igual forma que el proceso de construcción de casas o el de decoración. Al acceder a él, nos situaremos ante una cuadrícula en la que aparecerán los materiales disponibles. Con el ratón seleccionaremos y utilizaremos los bloques en función del diseño a construir. Siempre se nos darán indicaciones sobre cuáles serán las piezas necesarias, que aparecerán resaltadas, así como dónde deben ser insertadas. Como jugadores también tendremos libertad a la hora de realizar diseños, siempre y cuando no nos encontremos cumpliendo una tarea encargada por otro sim. El plantel de piezas es amplio e irá incrementándose. Además, existen diversas formas geométricas, que en todo momento podremos rotar utilizando las teclas "W", "S", "A" y "D".

Qué habrá detrás de esa madera... sube el nivel del pueblo y lo sabrás

Desde el taller no sólo podremos unir bloques con este LEGO o Mecano simplista y sencillo, sino también pintarlos utilizando las esencias, que serán elementos claves durante toda la partida. Las esencias son, a grandes rasgos, los objetos que servirán para brindar el toque de distinción a cada una de nuestras creaciones. Son, sin ir más lejos, objetos que recolectaremos en nuestra villa, como frutos, madera, chocolate, lápices de cera, etc. y que utilizaremos como base para la pintura.

El Chef Gino disfruta con la cocina que le hemos construido

Nuestra prioridad es contentar al vecindario, que en un primer momento será mínimo. El nivel de felicidad se medirá con las cinco estrellas que podremos alcanzar durante la partida al completar el indicador. Para lograrlo, basta con cumplir las misiones que nos vayan concediendo los vecinos. Por ejemplo, al comenzar la partida la alcaldesa nos encargará un atril y nos dará una serie de indicaciones para elaborarlo. Conociendo qué necesitamos, nos lanzaremos a la recolección de las esencias necesarias y, una vez las tengamos en el inventario, nos desplazaremos al taller, donde construiremos el encargo.

Construyendo que es gerundio

Con el objeto elaborado, nos acercaremos a la casa del sim que nos lo encargó y se lo entregaremos. Esto no sólo mejorará nuestra consideración social con él, sino que incrementará la barra de felicidad de todo el pueblo, haciendo que crezca el número de vecinos. Además, cada vez que entreguemos un encargo recibiremos objetos y extras a cambio. Y si subimos una estrella, hasta se nos desbloquearán habilidades adicionales y otras zonas de la villa.

¡Sube el nivel del pueblo!

Y hablando de la extensión del pueblo, no podemos olvidar decir que está compuesto de diversas zonas, que a su vez representan estéticas diferentes e incluyen parcelas para construir hogares destinados a los nuevos inquilinos, que irán llegando al hotel y que podremos alojar en estos solares previa construcción de una simpática casita. Mientras más residentes, mejor y más divertido será el pueblo. Y todos tendrán algo que aportar y encargos que ofrecer. La variedad se situaciones es destacable, pues nos toparemos con personajes estereotipados que fácilmente serán reconocidos por los pequeños, como el pizzero italiano, la fiestera, el joven holgazán o el director del museo, entre otros.

Alguien nos está encargando una tarea

El hecho de que construyamos las casas de los vecinos, así como la nuestra y otras estancias, cuando estos se muden, no quita que en cualquier momento durante la partida podamos modificar con total libertad cualquiera de los hogares desde el modo construcción. De igual forma, siempre tendremos la oportunidad de elaborar en el taller objetos de forma voluntaria, es decir, fuera de los objetivos principales, y de regalarlos a cualquier vecino para que decore su morada.

Sobre esa cuadrícula y con esas piezas construimos la casa

El control de nuestro sim es verdaderamente sencillo y dinámico. Utilizando las teclas de dirección del teclado ("W", "S", "A" y "D") o el ratón dirigiremos el movimiento del avatar. La cámara queda reservada para la rueda del ratón y la rotación de ésta para las teclas "Q" y "E". Para ejecutar las acciones disponibles bastará con hacer click sobre el objeto o la persona, y en la zona inferior de la pantalla se desplegará un intuitivo menú de iconos que podremos utilizar. Muy pocas teclas son necesarias para este juego que prescinde de combinaciones complejas, aspecto que lo convierte en un título perfecto para que los pequeños entren en contacto con el PC.

El taller nos servirá para construir de todo

Esta simplificación de la fórmula sim también tiene sus efectos sobre el carácter social del juego y sobre las acciones que podremos realizar. Y es que My Sims no presenta un sistema de simulación social tan complejo como el de su hermano mayor. Aquí las relaciones con los vecinos se basan en mantener el equilibrio entre el ser simpático o antipático, el regalar o el obviar. Con muy pocas acciones caeremos divinamente al prójimo o nos ganaremos sus improperios. Todo sea -repetimos- por no complicarle la vida en exceso al público objetivo del juego. Incluso así, las posibilidades de interactuar con el entorno son más que suficientes: cavar, regar, plantar, talar, salpicar agua, pescar, bailar, comer, etc. son sólo algunos ejemplos.

¿Homeless?

Este toque simplista no podía dejar de estar acompañado de un apartado visual alegre y colorido, muy cercano a la estética de los dibujos animados y con personajes agradables a la vista. Pequeños y cabezones, pero con una gesticulación suave y marcada, donde la felicidad y la tristeza siempre aparecen de forma clara en sus rostros. Una de las virtudes del juego es que su motor gráfico responde con solvencia prácticamente en cualquier PC sin necesidad de que posea un hardware de última generación.

Dando un poco de por saco al prójimo

Electronic Arts no ha olvidado la faceta multijugador, por lo que My Sims cuenta con un correcto sistema de juego online mediante el que el jugador podrá compartir experiencias de juego con otros. Desde la estación, que se abrirá una vez cumplamos una serie de objetivos, podremos visitar nuestro jardín e invitar amigos a él. Las invitaciones se gestionarán desde nuestra cuenta de EA Online, que abriremos desde el juego y desde donde también podremos agregar amigos y mandar invitaciones. Por esta vía el usuario está siempre protegido de intrusiones poco deseadas y conoce siempre con quién está jugando.

Será necesario que nos identifiquemos para entrar en el modo online

My Sims es un juego construido desde cero por y para el público menor de la casa. Se trata de un intento de adaptar la licencia de Los Sims, simplificándola con respeto y acercándola al nuevo usuario. Y desde luego, es algo que el equipo de desarrollo de Electronic Arts ha conseguido.

Sus contenidos y su diseño artístico son muy apropiados para que los chicos y las chicas se adentren en el mundo del ordenador y conozcan con un singular toque de color qué se siente al ser un avatar virtual. Construye, crea y comparte son tres valores que están muy presentes en el juego.

Olvídate de complejas redes sociales de vecinos, de desesperadas carreras por mantener las estadísticas óptimas para tus personajes e instalables con objetos extras y expansiones, y haz que los infantes conozcan de qué va esto de controlar un Sim sin miedo a perderse. Un recomendable si tienes pequeños en casa a los que quieras iniciar en el mundo del ocio digital.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.