Análisis de Beat the Beats VR, una forma divertida de ponerse en forma

Los videojuegos de ritmo llevan entre nosotros desde hace décadas, especialmente desde el boom del género en los salones arcade con esos muebles tan llamativos como aparatosos. Y es gracias a la realidad virtual y los dispositivos más avanzados a nivel de movilidad y detección de movimientos que podemos disfrutar de una segunda edad de oro de esta forma tan curiosa y energizante de entender el videojuego. Ahora, y tras el éxito de propuestas como las de Beat Saber, tenemos entre manos lo último de Parallel Circles -creadores del minimalista Flat Heroes- con Beat the Beats VR, título que apuesta por una explosiva mezcla de música y boxeo, dando lugar a la experiencia fitness de realidad virtual más cercana a lo que sería una clase de aeróbic, todo ello desde la comodidad de nuestro hogar. No te pierdas nuestro análisis de Beat the Beats VR para PlayStation 5 a través de PS VR 2, también disponible para dispositivos PC VR en Steam.

Golpes virtuales a ritmo de música electrónica

El gran atractivo de este tipo de propuestas es que nos sumergimos de lleno en un mundo virtual estrictamente diseñado para animar al jugador a superarse a sí mismo, en este caso, con una demanda de ejercicio físico por encima de la media. Y es que a poco que juguemos con una temperatura ambiente agradable, no tardaremos en sudar; más aún en verano, eso por descontado. Aquí no podemos permanecer sentados o estáticos; debemos movernos de forma constante, incluso realizando esquivas con el cuerpo. Todo ello a través de una premisa tan sencilla como adictiva: golpear al estilo boxeo a través de un constante desafío rítmico al son de temas electrónicos de lo más animados de la mano de artistas del panorama independiente; y suenan bastante bien, a decir verdad.

Y es que como buena propuesta indie, sus desarrolladores no han apostado por temas populares de grandes artistas, sino que se nos ofrece una banda sonora de hasta 30 temas diferentes de toda clase de estilos dentro de la música electrónica. Y muchos de ellos son una auténtica pasada; tras unas cuantas partidas y a poco que nos guste la música, estaremos tarareando varios de ellos, sin duda. Pero lo que hace verdaderamente único a Beat the Beats VR es la forma en la que interactuamos con sus diferentes -aunque no tan variados- desafíos. Si bien en la mayoría de juegos rítmicos, los obstáculos con los que debemos interactuar nos vienen de frente, aquí nos llegan a través de diferentes trayectorias.

Cuadrados tridimensionales que vienen hacia nosotros al son de la música de cada nivel y que nos invitan a realizar los típicos golpes de boxeo, ya sea el puñetazo directo, los jabs, los ganchos y los uppers, además de la posibilidad de bloquear en los niveles más avanzados. Al poco rato estaremos encadenando un buen repertorio de golpes, aunque para ello sea necesario cierto nivel de reflejos, coordinación y, por qué no decirlo, cierto nivel de forma física, especialmente en las capacidades aeróbicas del jugador. Sin duda, Beat the Beats VR puede ser usado como aplicación de entrenamiento; y una bastante efectiva, ciertamente.

En líneas generales, Beat the Beats VR responde bastante bien a nuestros movimientos virtuales; incluso tendremos que esquivar elementos de mayor tamaño inclinando el cuerpo de lado a lado, por lo que será necesario contar con un espacio amplio si no queremos romper algo o darnos un golpe con algún elemento de nuestro hogar. Eso sí, en algunos temas desearíamos contar con una mayor coordinación rítmica entre los elementos a golpear y el propio ritmo de la canción. Y qué decir de su apuesta visual minimalista, marca de la casa; y es que cada categoría de niveles cuenta con su propio estilo a través de espacios y figuras geométricas llenos de detalles luminosos, entornos cambiantes, partículas... Aunque manteniendo un diseño sobrio que le sienta como anillo al dedo.

En este sentido, Beat the Beats VR no cuenta con selector de dificultad, sino que cada grupo de niveles va aumentando su dificultad de forma progresiva, siendo los últimos una auténtica locura audiovisual que requerirá de nuestras mejores habilidades físicas y de coordinación para superarlos. Si bien no es muy rejugable una vez superado, sí tenemos otros modos de juego secundarios como el tema remezclado diario, las caras B de las canciones o el típico desafío de reflejos que podremos superar en unos minutos. El elemento diferenciador que puede devolvernos a su universo rítmico virtual es el propio pique con uno mismo para superar las mejores marcas o el hecho de usar el juego para entrenar, que no es poco, dando lugar a una experiencia fitness en realidad virtual más que un videojuego típicamente arcade.