“Totalmente cierto”. El narrador de la mítica La Matanza de Texas confirma que le pagaron con marihuana.

La Matanza de Texas es, junto a La noche de Halloween y El Exorcista, una de las películas más influyentes de la década de los 70 del siglo pasado. Tobe Hooper y John Carpenter en particular, fijaron desde el underground y la serie B la figura del asesino inmortal que llega hasta nuestros días. Aquella fórmula se ha replicado en cientos y cientos de películas desde entonces tomando como base a Leatherface y Michael Myers. En videojuegos la influencia también es patente. Sin ir más lejos, mirar esta imagen de La Matanza de Texas que ponemos bajo estas líneas es pensar directamente en cierta escena de Resident Evil VII.

Una producción modesta que cambió para siempre el cine de terror

El rodaje de La Matanza de Texas se adivina complicado en ejecución y austero en medios con solo ver el resultado en pantalla. Y creemos que el hecho de que se transmita que era un grupo de hippies rodando de forma precaria en la América profunda beneficia a la película. Seguramente Hooper y compañía no sabían que estaban creando un clásico, lo que se traduce en frescura, radicalidad y riesgo.

Por supuesto, las anécdotas del rodaje que han ido surgiendo en todos estos años han sido numerosas. Algunas ya no son comprobables por la muerte paulatina de los miembros del equipo, pero otras como la que contamos hoy, dejan por fin de estar en el campo de la especulación.

Son palabras de John Larroquette a Parade sobre su labor como narrador de La Matanza de Texas. Ni qué decir tiene que tras el descomunal e inesperado éxito de la película se volvió a contar con sus servicios en otras producciones y que su figura es ahora mito que se pasea tranquilamente por convenciones de fans y tabloides cinéfilos. Lo gracioso del asunto es que Larroquette no ha visto ninguna de las entregas de la saga: “No soy un gran fanático de las películas de terror”. Maravilloso.

Fuente | Parade