Elden Ring juega otra liga, Sony sale reforzadísima y una Microsoft desaparecida

Los premios iban cayendo uno tras otro sobre God of War Ragnarök, recordando como un martillo pilón el impacto de uno de los mejores juegos de la factoría PlayStation de los últimos años. Algunos esperados y merecidos (mejor actuación, mejor diseño de audio, mejor aventura), otros más que factibles (mejor narrativa, mayor accesibilidad) y alguno más discutible, como el de mejor banda sonora (no porque no sea excelente, sino porque los rivales eran de aúpa). El Dios de la Guerra no dejaba nada para nadie, y es normal. Es un juego brillante, que podría ser GOTY casi cualquier año. Pero no uno en el que estuviera Elden Ring.

El triunfo del último juego de From Software en las dos categorías más importantes, GOTY y mejor dirección, sirvió para poner en valor dentro del mundo del videojuego el impacto que ha supuesto Miyazaki y su equipo en la última década con su fórmula Souls. Un juego que, valga la redundancia, juega otra liga y al que ni la lejanía respecto a su lanzamiento ni el espectáculo mayúsculo que supone Ragnarök han podido frenarlo. Es el segundo GOTY para From Software, única compañía en conseguirlo hasta el momento en este formato de The Game Awards.

Ya hemos escrito y hablado muchísimo (los no fans de From Software dirán que demasiado) sobre las bondades de Elden Ring. Sobre ese mundo gigantesco, esa cantidad de contenido relevante presente a cada paso que damos. El título se llevó el mejor RPG y mejor dirección artística. Un póquer de premios para una forma de entender el videojuego que se debe seguir poniendo en valor en la época de los fuegos artificiales.

Fue un triunfo especialmente relevante por como se desarrolló la gala. Más allá de los premios, la presencia de Sony fue constante y muy medida. Su logo estaba presente en los grandes anuncios, como Death Stranding 2, el DLC de Horizon Forbidden West o Final Fantasy XVI, reforzando la marca y un mensaje potente de dominio en los premios y en los juegos que iban a venir. La gente sabe lo que ha hecho PlayStation y lo que te va a ofrecer. Y eso contrastó muchísimo con una Microsoft totalmente fuera de combate, con Phil Spencer en el escenario, compungido quién sabe si por el revés (no definitivo) de la FTC a la compra de Activision Blizzard.

Fue el propio Spencer quién admitió que la cosa no había sido buena en exclusivos este 2022, y que debía cambiar en 2023. De ese próximo año sabemos que sus juegos Next Gen suben de precio. Pero no hubo espacio para ver Redfall, ni Starfield ni tampoco Forza Motorsport. No hablemos ya de desaparecidos (Hellblade 2 es el más sangrante). Se les puede atribuir el Premio a mayor impacto por As Dusk Falls, y siempre se podrá decir que el juego del año y uno de los mejores de siempre está en su plataforma, claro. Pero lo de ayer no fue nada alentador ni una buena noticia para sus usuarios. Al final, son los juegos los que darán y quitarán razones, y hay varios en camino en los próximos 12 meses, pero con los TGA Xbox cierra un año para olvidar.

Más sorpresas y mejor ritmo

La gala nos dejó sorpresas agradables, que van desde Hades 2 hasta lo nuevo de Ken Levine, pasando por un nuevo Armored Core de parte de From Software, la expansión de Cyberpunk 2077, el impresionante tráiler de Star Wars Jedi: Survivor y una cinemática de Diablo IV que dejaba sin aliento. Bien en anuncios, sin que se filtrasen algunos de los más importantes, y con una repartición de premios que dejó a Nintendo satisfecha (Bayonetta 3 como mejor juego de acción, Kirby como mejor juego familiar, Splatoon 3 como mejor multijugador y Mario+Rabbids de Ubisoft como mejor juego de estrategia) y un exagerado protagonismo de Stray en el universo indie. Con Sifu, Tunic, Neon White, Norco y algunos otros, el gato tuvo más exposición de la que seguramente merecía.

Geoff prometió un evento algo más corto y fue así, pero además lo nutrió de buen contenido a pesar que la hora entre las tres y las cuatro de la madrugada (en España) volvió a suponer un bajón en todo. Pero podemos decir que en general, fue de los mejores The Game Awards que recordamos, aunque queden cosas por optimizar.