Dying Light 2: Bloody Ties, impresiones del primer DLC. Un coliseo sanguinario, ¿pulgar arriba o abajo?

Desde que Dying Light 2: Stay Human salió al mercado, Techland ha continuado trabajando en mejorar el producto. El estudio polaco ha añadido nuevos contenidos y ha lanzado parches para limar asperezas y eliminar bugs. Tras nueve meses en tiendas, la desarrolladora ha puesto a disposición de los jugadores la primera gran expansión. Bloody Ties narra una historia paralela que conduce a Aiden hasta el magnífico Carnage Hall (Sala de Carnicería). Como en el coliseo romano, allí se libran batallas de vida o muerte. ¿Eleverá la "emperatriz" Astrid el dedo hacia el cielo o hacia la arena?

La trama argumental trascurre paralelamente a los acontecimientos del juego base, lo que significa que los diálogos están escritos sin tener en cuenta el final de la aventura principal. Sea como fuere, el guion pasa de puntillas por esos lodazales y apenas hace referencia a aquellos hechos, más allá de tímidas menciones a la hermana del protagonista. La historia se articula en torno al personaje de Ciro, un joven que promete a Aiden fama y riqueza si logra acceder a Carnage Hall.

Guion y personajes: camino a Carnage Hall

La relación entre Aiden y Ciro se forja a través de las pruebas que deben completar para ganarse una invitación al coliseo, misiones que se representan jugablemente a través de misiones centradas en el parkour, el combate o exploración. Al superarlas, solo quedará sobrevivir a la ola de zombis e infectados que se empeña en dejarnos más triturados que la salsa de tomate de bote. Este es quizá el primer gran problema de Boody Ties, que focaliza mucho su atención en las oleadas de monstruos.

La escritura, con sus destellos, tampoco nos ha parecido excesivamente brillante. Las motivaciones de Aiden para probar suerte en Carnage Hall no son convincentes, mucho menos sus dinámicas con Ciro, un tipo que desea fervientemente demostrar su valía, ante la oposición de su padre, que cree que es un debilucho. Sin comerlo ni beberlo, queda encerrado entre los deseos de uno y de otro... quién le mandaba meterse en esto, que arreglen ellos sus disputas familiares, ¿no? Da igual, Ciro desaparece y ya sabéis a quién le toca buscarlo.

De Bloody Ties, lo más reseñable son las espectaculares misiones en el coliseo de Carnage Hall. El objetivo es que Severus, el tipo que nos inscribe a cada una de las batallas, nos proporcione información sobre Ciro. Al mismo tiempo, debemos subir de rango con el fin de enfrentarnos a Skullface, el malo malísimo de este DLC.

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¿Otra historia de coliseos y arenas?

La parafernalia de los coliseos romanos no es nueva en los videojuegos, lo hemos visto mil veces. Sin ir más lejos, sagas como Assassin's Creed han experimentado con ello en varias entregas. En Dying Light 2, cada uno de los desafíos narra una historia ficticia en la que los contendientes interpretan su propio papel. Jugablemente se traduce en una traslación de las mecánicas que ya hemos utilizado en el juego, por lo que se explota el parkour y el combate una y otra vez. No es posible elegir las armas ni el equipamiento, pues están determinadas desde el principio, lo que no permite aprovechar el armamento que hemos ido reuniendo durante la partida.

Aunque los desafíos son variados, no dejan de estar constreñidos por las propias mecánicas del juego. Incluso detectamos problemas en algunas físicas, que no están pensadas para lo que se plasma en pantalla. Por otro lado, solo hay que completar algunos de estos retos para continuar la historia. Disponemos asimismo de nuevas misiones secundarias, que sin ser espectaculares enriquecen el contexto un poco. Una pena que los pocos puzles que implementan sean tan flojos.

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En líneas generales es un DLC disfrutable, un más de lo mismo que gustará a todos aquellos que gozaron del juego principal y que aporta unas diez horas de juego adicionales. No le pedimos un cambio drástico, pero es una expansión que se percibe casi como una misión secundaria muy alargada. Le falta un poco de chispa y además deja en evidencia los problemas que el propio Dying Light 2 ya tenía de serie. ¿Pulgar hacia arriba o hacia abajo? Diremos que hacia uno de los lados.

Dying Light 2: Bloody Ties está disponible en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X, Xbox Series S y PC por 9,99 euros. Lee aquí el análisis del juego base.