Tunic, análisis PS4, PS5 y Switch. Magia intacta para uno de los grandes juegos de 2022

Tunic, la esperada aventura de acción isométrica que, de un modo u otro, rinde homenaje a los Zelda clásicos, llega ahora a PS4, PS5 y Nintendo Switch con un port muy esperado para sus usuarios tras su notable estreno en PC y consolas Xbox a inicios de este mismo 2022. Así, y con medio año de diferencia entre lanzamientos, por fin el título de Andrew Shouldice -ahora como parte del TUNIC Team- junto a Finji está disponible en todas las principales plataformas de juego del mercado. Una oportunidad única de disfrutar de toda una experiencia tanto en lo jugable como en lo audiovisual que apuesta por el “menos es más” para convertirse en toda una referencia en el género. Sumerjámonos una vez más en el misterioso universo de Tunic y dejémonos llevar a través de sus puzles, desafíos y misterios en nuestro análisis para PlayStation y Switch.

Tunic, un regreso muy especial en PlayStation y Switch

En nuestra reseña dedicada al port de Tunic para consolas PlayStation nos centraremos en la experiencia de juego en PS4 y PS5, así como su rendimiento en la híbrida de Nintendo; si queréis profundizar más en las cualidades del título del TUNIC Team, os animamos a leer nuestro análisis original de compatibles y consolas Xbox del mes de marzo de este mismo año. Pero repasemos antes las claves de esta pequeña maravilla que nos trasladará, irremediablemente, a nuestra infancia a través de célebres aventuras como las entregas clásicas del héroe de Hyrule -nótese A Link to the Past- y otras similares.

Así, el gran protagonista de Tunic es su desconocido y enigmático mundo, el cual tendremos que explorar para descubrir sus más variados parajes, sus rutas escondidas y sus particulares habitantes. Todo ello acompañado de una constante sensación de enfrentarse a lo desconocido a través de un idioma que no entendemos, glifos de lo más misteriosos, estructuras que parecen sacadas de otros mundos... La curiosidad nos invadirá desde nuestros primeros pasos. Empezaremos como el clásico personaje -en este caso un simpático zorrito antropomórfico- que despierta en un lugar inhóspito, sin nada entre sus manos y con todo por conocer.

Pronto tendremos que enfrentarnos a nuestros primeros enemigos palo en mano, para pronto desbloquear nuevas armas y equipamiento, con una lograda sensación de evolución constante, uno de sus pilares. Aunque también recogeremos diferentes objetos, a cada cual más peculiar. Y es que no entenderemos ni su nombre ni su función; tan solo nos quedará experimentar y comprobar sus efectos sobre nuestro entrañable personaje, sobre los enemigos o el propio entorno. Esta será la premisa de toda la aventura, un sinfín de descubrimientos y sorpresas, todo ello plasmado en el principal coleccionable del juego: un manual de instrucciones a la vieja usanza cuyas páginas se encuentran repartidas por el enorme escenario de Tunic y que deberemos recoger para descubrir pistas, entender sus mecánicas y darle sentido al mundo que nos rodea.

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Otra de las principales características de Tunic son sus combates, con movimientos de ataque, defensa, esquiva y magia, además del uso de diferentes objetos. A medida que vayamos creciendo como jugadores y como personaje, iremos desbloqueando nuevas habilidades que serán vitales para salir airosos de enfrentamientos para nada sencillos. A decir verdad, Tunic apuesta por una acción desafiante, a menudo bastante exigente, especialmente frente a los enemigos más poderosos o los imponentes jefes finales.

Para ello contaremos con una barra de salud, otra de resistencia y una por desbloquear de magia; y como no podía ser de otra manera, tendremos que equilibrar el uso de las tres barras en pleno combate para no quedarnos vendidos y perecer en el intento. Momento en el que regresaremos a nuestro último checkpoint en forma de estatua; ¿reminiscencias de las hogueras de los Souls? Desde luego, ciertos elementos de Tunic recuerdan a tan celebrada forma de abordar el RPG de acción de From Software, incluyendo la recuperación del alma del protagonista con parte de su dinero, con el que comprar objetos y power-ups en ciertas tiendas regentadas por cierto personaje...

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Y qué decir de su apuesta audiovisual. Con un mundo plasmado con maestría aunque sencillez, en vista isométrica y con un diseño artístico que apuesta casi por lo minimal y elementos low poly, el aspecto visual de Tunic resulta tan atractivo como entrañable. En términos similares podemos hablar de su estupenda banda sonora con ritmos new edge de la mano de Lifeformed. Pero, ¿cómo luce tan sensacional puesta en escena en los sistemas en los que llega ahora? Empecemos con las consolas PlayStation; en el caso de PS4 Pro y PS5, Tunic se mueve a 60 fps, a 1080p en la primera y a 4K en la segunda. O lo que es lo mismo, las mejores versiones de Tunic visualmente hablando junto a las de Xbox One X y Xbox Series X|S, además de PC -con un hardware a la altura, claro-.

En el caso de PS4 el rendimiento se queda en 30 fps, los mismos frames que en Xbox One, Xbox One S y Nintendo Switch, en este caso, con ciertas caídas en momentos concretos; además, en la consola híbrida de Nintendo los gráficos lucen menos nítidos por lo general, quedándose algo por debajo a nivel de resolución. Respecto a la versión de PS5, Tunic ofrece las ya clásicas características del DualSense a nivel de gatillos adaptativos o vibración háptica, además del sistema de ayuda de la consola para el seguimiento de coleccionables. Como en Xbox Series X|S permite pantallas de carga casi instantáneas, aunque también presentes al saltar entre ciertas partes o secciones del mundo.

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