El formato físico, ni eterno ni una garantía, lo que hay que exigir es poder acceder a los juegos

Y de repente, Twitter ardió como una chispa díscola en mitad de un bosque lleno de árboles. Un mensaje de Steam dio a entender que Assassin's Creed Liberation HD iba a ser descatalogado de Steam, y que eso iba a suponer la imposibilidad de descargarlo de nuevo, incluso si lo habías comprado previamente. Tras unas horas de confusión, Ubisoft compartió un comunicado en el que confirmaban que el juego base iba a seguir accesible después del 1 de septiembre. El título ha vuelto a la plataforma con un mensaje diferente al original:

“Los DLC y los elementos online de este producto dejarán de estar disponibles a partir del 1 de septiembre de 2022. El juego base continuará siendo jugable”, se lee ahora en Steam.

Volvamos al principio, sí, a las llamas de Twitter. Esas que prenden igual de rápido que la caja de plástico de un videojuego, aquellas que colocamos en las estanterías y que confiamos que van a acompañarnos toda la vida. Permitidme deciros que las cajas igual sí sobreviven al paso del tiempo, ¿los juegos en disco? Lo dudo mucho. Uno de los debates que ha generado esta noticia es el que siempre se escucha en estos casos, aquel que pone un formato por encima del otro.

La cuestión no es si el formato físico es mejor o peor que el digital. A mi entender, ninguno de ellos supera al otro, solo tienen distintas ventajas y desventajas. Lo importante es vislumbrar el verdadero problema que se esconde tras la humareda: que las compañías retiren juegos del mercado y que sea imposible acceder a ellos o a parte de su contendido. Esto ya está ocurriendo con algunos títulos, y si tomamos de ejemplo a Assassin's Creed Liberation HD, sus DLC serán inaccesibles desde la fecha prevista por la empresa.

Pongamos que tienes un juego en formato físico. Eso no va a evitar que las funcionalidades online desaparezcan cuando así lo considere la compañía en cuestión. Además, el desarrollo contemporáneo contempla los videojuegos como un producto que evoluciona con el tiempo, incluso en el caso de los single-player. El día en que las actualizaciones dejen de estar activas, tampoco tendrás la posibilidad de disfrutar de la versión más pulida del juego. Teniendo en cuenta que casi todos necesitan un parche del día 1, eso dibuja un panorama poco halagüeño para el futuro próximo.

Apagado o al menos contenido el fuego de Twitter, la conversación debería versar sobre la necesidad de establecer algún tipo de protección para el consumidor, que es al final el mayor damnificado por esta clase de decisiones. Yo no atesoro la solución, que a priori me resulta muy complicada, pero tengo claro que habría que legislar el asunto de alguna manera. No hablo ya de preservación, que también, sino del hecho de que los jugadores puedan seguir gozando del producto que han comprado.

Al final, como la vida misma, ni el formato físico ni el digital son eternos, nada prevalece para siempre. Con todo, la regulación siempre es una buena base para garantizar los derechos de los consumidores durante el mayor tiempo posible.