13 Sentinels: Aegis Rim, análisis. Nolan, Evangelion y Dark se citan en Nintendo Switch

13 Sentinels: Aegis Rim es un juego diferente. Y lo es por varios motivos. El primero, porque viene de la mano de una Vanillaware que en los últimos años nos ha deleitado con juegos como Dragon’s Crown, Muramasa u Odin Sphere Leifthrasir. Títulos con una dirección artística muy potente, pero con la acción como seña de identidad. Y aquí nos encontramos un registro totalmente nuevo. Una mezcla de estrategia en tiempo real y mucho de novela gráfica. Una mezcla entre Nolan, Evangelion y, para añadir un nombre nuevo al sinfín de comparativas que ha recibido el juego desde que saliera originalmente en 2019, a Dark, la serie de viajes en el tiempo y bucles temporales de Netflix. Ahora llega a Switch con todas sus virtudes intactas. Y sin dejar indiferente a nadie. 

Porque sorpesa es lo que nos hemos llevado los fans de los títulos mencionados anteriormente. Vanillaware tenía en el beat’em up un filón, por eso todos estábamos dentro de 13 Sentinels sin saber ni lo que era. Daba igual. Aunque al final ha sido tan diferente a lo esperado que es hasta chocante. Pero si algo tiene el título de la compañía nipona es precisamente su capacidad de atraparte. Aunque la estrategia no sea lo tuyo. Aunque seas de los que piensa que estar leyendo líneas de texto constantemente no es jugar a un videojuego. Y ese es su gran mérito.

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El título nos presenta a varios protagonistas (hasta llegar a 13), estudiantes que por diversos motivos que iremos descubriendo están conectados entre ellos. Y lo están también con una trama que se puede resumir en una invasión de monstruos gigantes que quieren -y consiguen- exterminar a la humanidad. Para hacerles frente existen unos centinelas, unos robots gigantes conectados a estos estudiantes que luchan para intentar acabar con esta invasión de kaijus. Pero para complicarlo todavía más, todo ello forma parte de un argumento en el que hay viajes en el tiempo con saltos de 40 años en 40 años, desde un futuro en el que no queda nada en pie hasta la Guerra Mundial con las bombas atómicas de Hiroshima i Nagasaki como telón de fondo. 

Todo ello, con un desarrollo separado en tres pilares principales: la historia de los personajes, las batallas con los centinelas y los archivos que vamos recopilando.

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La historia de 13 Sentinels: Aegis Rim 

Es difícil hablar de la historia sin entrar en destripes -aunque tenemos permiso para comentar hasta el 30% de la misma-, pero para situarnos, explicaremos que se nos presentan personajes que tienen sueños extraños que acaban siendo más reales de lo que ellos parecen, otros que viajan en el tiempo, conectan con su yo del pasado e intentan guiarlos para no repetir sus mismos errores, aunque eso mismo precisamente a veces es lo que lleva al desastre. A todo esto se añaden personajes que no son quienes dicen que son, algunos que se identifican como villanos pero no parece que la trama vaya de buenos y malos y otros que tienen como objetivo romper el bucle en el que se encuentra la historia.

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El juego tiene capacidad para atraparnos porque las historias de los 13 protagonistas avanzan de manera individual y nosotros podemos progresar en la que queramos de forma libre (con matices, ya que siempre hay algunas limitaciones a que hagamos alguna que otra condición), y en cada capítulo interactuamos con otros personajes, avanzamos en los diálogos y descubrimos nuevas verdades que van conformando un puzle complejísimo. Además, hay eventos que podemos resolver de distintas maneras, reiniciándolos y abriendo nuevos caminos para desvelar nuevos secretos descubren diferentes tramas. Ver como el camino de un protagonista se entrecruza con otro, y cuando jugamos con el segundo, vemos que la realidad del primero no era exactamente como parecía, no tiene precio. 

Un personaje tiene pesadillas que son más una premonición de lo que pasará que otra cosa, otra descubre un robot que viene del futuro, otro está enamorado de una chica que resulta ser un chico que lo acaba llevando a otra época temporal, uno es un cadete que en plena Guerra Mundial contra Estados Unidos acaba en 1985… y estos son los casos más normales. Para que os hagáis a la idea.

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La trama es tremendamente compleja y confusa, tanto por saltos temporales que a veces no deja claro donde nos ubica como por la identidad de personajes que no siempre es la que parece a primera vista. Si a todo esto añadimos como se interconectan voluntades, objetivos y acciones de cada uno de ellos, a veces uno se pierde. Pero todos ellos son personajes complejos, con miedos y dudas, y eso enriquece el avance, aunque es cierto que el juego en ocasiones se recrea en querer recalcar ciertos momentos. Lo mejor es que a pesar del embrollo narrativo en el que nos coloca como jugadores (saltaremos de 1941 hasta pasado el 2100) podemos decir que se resuelve de manera satisfactoria, incluso magistral. Y aunque no te gusten las novelas visuales, es irremediable que quieras avanzar para saber más de este, del otro, y de todos.

Las batallas: estrategia en tiempo real 

Aunque en el prólogo se intercala la presentación de los protagoninstas con secuencias de batalla, superado esta primera parte nos encontramos que el juego separa ambas realidades (eso sí, necesitaremos avanzar en ciertas batallas para poder desbloquear nuevas historias). Las batallas se suceden como un juego de estrategia en tiempo real con elementos de Tower Defense, ya que normalmente tendremos que acabar con los enemigos mientras defendemos unas torres en el mapa. Es ahí donde los personajes, cada uno con su centinela, interactúa luchando contra los kaijus, que los hay de distintas maneras. 

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El sistema de juego es muy dinámico y activo. A medida que se rellena la barra de cada personaje podremos lanzar alguna acción, ya sea ataques (desde misiles a distancia a golpes cuerpo a cuerpo, pasando por ataques PEM para desactivar enemigos), moviéndonos por el escenario que son las calles de la ciudad o haciendo acciones de defensa. Los enemigos van variando, así que si vienen enemigos voladores tenemos que atacar con misiles aéreos y si son enemigos pesados, lo mejor es lanzar ataques cuerpo a cuerpo. O, claro está, combinar: un personaje lanza una taque PEM para que un enemigo volador de peso caiga al suelo y podamos asaltarlo con nuestros centinelas más poderosos, por poner un ejemplo del primer tramo de juego. 

A medida que ganamos batallas -hay distintas fases, con jefes finales incluidos, y distintas zonas con fases- subimos de nivel y ganamos metachips que podemos usar para desbloquear nuevas habilidades o mejorar las existentes, pudiendo perfilar a los personajes con distintos estilos de combate. Hay más detalles interesantes, como el hecho de escoger a quienes usamos para combatir, la importancia de dar descanso para que se recuperen y habilidades poderosas desde la torre que pueden cambiar el signo de la batalla.

Aunque es un modo ágil, lo cierto es que la presentación visual no está al nivel de la historia ni de Vanillaware, siendo todo muy esquemático y minimalista, y tampoco son batallas excesivamente complejas de superar aunque no seais amantes del género, dicho sea de paso. 

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Los Archivos: dando sentido a lo descubierto

El tercer pilar de 13 Sentinels: Aegis Rim son los archivos, un apartado en el que el jugador podrá conectar los secretos que va revelando a nivel general y de personajes, para conectar la trama y hacia donde van los tiros. Es como un backlog en el que vamos recopilando escenas, momentos y descripciones de lo acontecido, pero que va muy bien para poner todas las piezas del puzle encima de la mesa y acabar de encajar piezas junto a las tramas (una especie de cronología de cada personaje) y a los archivos secretos que podemos desbloquear para conocer más sobre nombres, eventos y situaciones que se dan en el juego.

Un juego ideal para Nintendo Switch; brillante en OLED

13 Sentinels: Aegis Rim era un juego con multitud de virtudes, principalmente resumidas en este análisis, aunque podéis consultar nuestro texto original aquí. Y por lo tanto, como videojuego y como propuesta rompedora, mantiene intacto todo aquello que lo hizo brillar en 2019 y ser considerado para muchos el mejor juego a nivel narrativo de los últimos años (algo que corroboramos en pleno 2022). Por lo tanto, el juego sigue siendo igual de bueno en PS4 como en Switch. Lo que si que podemos añadir a la pregunta de qué tal el juego en la consola de Nintendo es que es un título que nos parece ideal para el formato portátil de Switch. 

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La estructura del título está planteada para poder disfrutarla a pequeños sorbos y siempre a nuestro gusto: ahora avanzamos un par de capítulos de este personaje, ahora nos ponemos a librar estas batallas, ahora repasamos algunos archivos que hemos desbloqueado. Está todo tan bien fragmentado a la hora de avanzar, que la naturaleza portátil de Switch permite potenciar el poder jugar en pequeños ratos libres desde cualquier lado. En este sentido, la dirección artística de Vanillaware se ve muy beneficiada de la pantalla de Switch OLED, donde personajes, escenarios y secuencias brillan con luz propia. Sigue siendo igual de bueno y ahora te lo llevas donde quieras. 

El estilo visual marca de la casa, los diálogos muy bien localizados al castellano y la banda sonora, capaz de recrear cada época en la que viajamos con acierto, hacen el resto para un juego simplemente imprescindible.